Cuando Alexandra cerró los ojos los recuerdos de lo que había pasado hace unos minutos atrás volvieron a su mente en fracción de segundos pero tan pegados a la realidad. Ella estaba dormida, teniendo un plácido sueño con su hermana, todo era perfecto hasta que alguien la comenzó a despertar, esa voz la conocía muy bien, así que con un gran esfuerzo abrió los ojos, y al hacerlo su corazón dio un salto de alegría cuando sus ojos se cruzaron con los de su mejor amigo Steve.
—¡Alex, Alex, despierta! —le decía rápidamente.
—Steve —susurró Alex con dificultad.
—Alex, tenemos que irnos —dijo Ste
Natheaún no podía creer que su mejor amigoBrandonhubiera sido el salvador de aquella terriblepesadilla, sabía que muy en el fondo era una buena persona, cuando llegó se sorprendió, pero no pudo darse el lujo de escuchar explicaciones, lo importante era mantener a salvo aAlexy atender a Carlos, por lo que en cuanto llegó la ambulanciaNathese fue conAlexy conBrandonal hospital, solo necesitaba saber que ellaestaba bien de salud, el diagnóstico que le habían proporcionado no era bueno, y no quería que algo malo le pasara, ella se había convertido en elarcoirisde su vida, la tormenta de su corazón se iba poco a poco y no dejaría eso de lado. Cuando llegaron al hospital, la atendieron y estuvo en la sala de espera volviéndose loco, hasta que un doctor nuevo en turno
El verde pasto le daba vida a todo, la cabaña con la que habían soñado tanto estaba terminada, era blanca y estaba llena de flores, tenían dos caballos blancos, que estaban trotando por todo el lugar como si fueran los únicos seres vivos del mundo,Alexandraestaba tomando el sol, el aire era puro, limpio y lleno de una armonía difícil de explicar, esa escena ya la había vivido muchas veces, era el mismo sueño, siempre lo tenía cada que algo malo le pasaba, incluso la noche en la queBerthabusó de ella, cantando soñaba con eso, un prado hermoso, un sol delicioso, dos caballos blancos corriendo, un ambiente feliz, armonioso, lleno de paz,Alexcerró los ojos para sentir el calor de los rayos solares, estaba muy sonriente, sabía que llevaría un tiempo antes de despertar, hasta que de pronto una voz la sac&o
Nathejamás olvidaría aquel día en el queAlexandratuvo que identificar a cada uno de los agresores, desdeBerth, su padre, y cinco sujetos más que al parecer la habían violadomientras estaba sedada, fue duro, no es fácil tener que estar frente a frente con las personas que más daño te hicieron en la vida, afuera del lugar había un verdadero alboroto, miles de reporteros ypaparazzi,Brandony su mánager Elisa, eran los que daban la cara, yNathelo agradecía mentalmente, su madre nunca volvió a aparecer y eso venía bien,Alexseñaló a cada uno, declaró los maltratos a los que había estado sometida durante años, y cuando por fin le tocó señalar a sus padres,Nathepudo ver un odio y una frialdad en sus ojos, que le causó es
Aquella habitación era fría, pero no tanto como su corazón,Alexandracaminaba lentamente, con cada paso que daba sentía como si se hundiera poco a poco, las manos le temblaban y comenzaba a sentir nauseas, al principio no quería identificar el cuerpo de su hermana, pero se lo debía, era lo menos que podía hacer, se lo había dejado muy claro en aquella carta, cuando por fin estuvo frente a frente a aquel cuerpo que alguna vez estuvo lleno de vida, quiso morir, y deseó mil veces ser ella la que estuviera en aquella camilla de metal fría,Carolineodiaba el frío, y odiaba estar frente a ella sin poder hacer nada al respecto, cada que respiraba su alma se iba desvaneciendo, aquel médico se acercó lentamente y quitó la sábana blanca para que pudiera ver el cuerpo, y al hacerlo sintió como su mundo se destru&iacut
Alex traga saliva y con manos temblorosas abre aquella hoja mal doblada y comienza.Caroline:Aún recuerdo cuando te tuve por primera vez en mis brazos, eras pequeña pero con una mirada llena de vida, la verdad no soy muy buena con estas cosas, de hecho escribirlas me costó mucho trabajo, no encontraba las palabras exactas pero quiero que sepas que siempre te tuve en mente, desde que te conocí supe que me pasaría toda la vida protegiéndose de todos los peligros, fallé, al final fuiste tu quien me salvó de la oscuridad, el precio fue alto, tanto, que nunca podré pagártelo, siento que me morí contigo, y es verdad.Nunca te olvidaré, ¿me escuchas?, jamás me permitiré pasar un solo día de vida si pensar en ti, sin recordar aq
Cuando Alex cruza miradas con aquellos ojos azules muy parecidos a los de ella, su alma se cae más bajo de lo que ya estaba, ¿cómo podía ser?, pensó que tal vez todo se trataba de una pesadilla, un sueño, volteó a ver a Nathe y este la miró con un poco de lástima.—De eso precisamente quería hablarte —le dice Nathe con un nerviosismo muy notable, Alex pudo ver que le temblaban las manos aunque quería aparentar que era fuerte—. Ya que tus padres están en prisión y que se están haciendo las averiguaciones correspondientes, confesaron que...—Patito —susurró Alexandra, no prestaba atención a lo que decía Nathe, ella solo quería abrazar a su hermana—. ¿Cómo es posible
—Sabes, cada que mire una estrella me acordaré de ti —Nathesuspira mientras alza una mano hacia el firmamento, el cielo nocturno lo tranquilizaba cuando estaba despejado y estrellado—. Tu nombre lo llevaré grabado en mi corazón por siempre.—Eso es muy cursiNathe—le diceCathalynsoltando una carcajada—. No me gustan esas cosas y lo sabes.—¿Cuáles?.—La palabra siempre estásobrevalorada, solo es una excusa de las personas para sentirse cómodos con algo que nunca cumplirán.—Pero yo si lo cumpliré —Nathese voltea y le da un beso cálido en los labios—. T&ua
En todos los años queAlexllevaba con vida había aprendido de mala gana a defenderse de todo aquel que le hiciera daño, si bien nunca pudo contra sus padres por las razones evidentes respecto a su hermana, usualmente sabía defenderse y eso incluía que no dejaba que nadie pasara por encima de ella, no importa la posición social y económica, ella siempre sabía defender a su hermana.—Llamen a seguridad, una loca se ha escapado —diceBrandontocándose la mejilla.—Cretino —Alextodavía tenía los puños cerrados por si volvía a insultarlas le daría otra paliza.—¡Estás loca! —Brandonestaba hecho una furia—. T