Alexandra bajó la mirada con la esperanza de que Berth no se hubiera dado cuenta, ya que llevaba la capucha puesta y le cubría gran parte del rostro.
—¡Fíjate idiota! —Berth le gritó sin tomarle mucha atención.
Alexandra no dijo nada, solo siguió su camino con el corazón en la mano, tenía que salir de aquel barrio sana y salva, estaba dando cinco pasos cuando un niño de doce años, llamado Alan Guedrow con el que robó en alguna ocasión, le gritó por su nombre sin que se diera cuenta de que Berth estaba a solo unos cuantos metros de ella.
—¡Alex! —aquel niño sonrió al verla, pero al notar que Be
Alexandrano podía creer lo que estaba escuchando,Berthera un ser humano horrible, pero ella no quería él mismo destino, tenía que escapar, por lo que tomó aire y sin decir nada más se acercó a las escaleras para salir, pero Ana la detuvo de un tirón.—No voy a permitir que salgas, si lo haces, enfadarás aBerth—le dijo Ana con voz fría.—Por favor tienes que ayudarme, yo necesito...—Ya te dije que no, es mejor que hagamos lo que dice él.—Por favor, imagina que algún día tu hija va a crecer, ¿te gustaría que ella sufriera un destino como el mío?, y si eso pasara, &i
—OlvídaloNathe, es una locura extrema —le dice su madre cruzándose de brazos.—Madre, no te estoy pidiendo permiso, solo te estoy informando de lo que pienso hacer.—¿Pero es qué no te estás escuchando? —la madre deNathecomenzaba a caminar de un lado al otro en la sala de espera del hospital—. Hacerte cargo de una desconocida, darle trabajo como tu compositora personal, cuando ni siquiera ha pasado las pruebas necesarias para ver si es apta, no tiene documentos, sucurrículum, nada, no sabes quién es, o cómo se llama.—Su nombre esAlexandra.—¡¿Y qué más, solo eso?! —su m
Aquellos ojos color azul claro se cruzaron con los suyos, y por instantes Nathe se quedó suspendido en el tiempo, su pasado lo invadía, aquel chico de sonrisa y actitud burlona, aquel que por muchos años atrás fue el único compañero real en los momentos más duros, y más difíciles de su vida, aquel con el que jugo infinidad de veces en los parques, con el que se peleaba a golpes, era nada más y nada menos que Brandon Escostk, o Scoty como Nathe le solía decir.—¿Scoty? —preguntó Nathe con asombro—. ¿Qué haces aquí?.—Vaya, pero que manera tan cruel de recibir a un viejo amigo —Brandon sonrió y se puso más cómodo mientras Nathe veía como su chófer subía al c
La delicada y suave piel deAlex, el agua recorriendo cada poro de su piel, podía ver como aquel cuerpo desnudo y maltratado pertenecía a una chica de la cual no sabía nada, solo su nombre, lo curioso es que cualquier otro chico que la hubiera visto desnuda, sin pensarlo la haría suya una y otra vez, cediendo a su lujuria, pero ese no era el caso deNathe, él estaba impactado por aquellas marcas en su espalda, y nunca olvidaría su rostro asustado al escuchar los truenos, estaba teniendo un buen sueño, hasta que de pronto sintió algo frío en su rostro, ¿estaba en el mar?, ¿se había quedado dormido mientras se bañaba?, no era eso, abrió los ojos poco a poco hasta que se acostumbró a la luz de aquel lugar.—Por fin despiertas chico rico.
CuandoAlexandracerró los ojos los recuerdos de lo que había pasado hace unos minutos atrás volvieron a su mente en fracción de segundos pero tan pegados a la realidad. Ella estaba dormida, teniendo un plácido sueño con su hermana, todo era perfecto hasta que alguien la comenzó a despertar, esa voz la conocía muy bien, así que con un gran esfuerzo abrió los ojos, y al hacerlo su corazón dio un salto de alegría cuando sus ojos se cruzaron con los de su mejor amigoSteve.—¡Alex,Alex, despierta! —le decía rápidamente.—Steve—susurróAlexcon dificultad.—Alex, tenemos que irnos —dijoSte
Natheaún no podía creer que su mejor amigoBrandonhubiera sido el salvador de aquella terriblepesadilla, sabía que muy en el fondo era una buena persona, cuando llegó se sorprendió, pero no pudo darse el lujo de escuchar explicaciones, lo importante era mantener a salvo aAlexy atender a Carlos, por lo que en cuanto llegó la ambulanciaNathese fue conAlexy conBrandonal hospital, solo necesitaba saber que ellaestaba bien de salud, el diagnóstico que le habían proporcionado no era bueno, y no quería que algo malo le pasara, ella se había convertido en elarcoirisde su vida, la tormenta de su corazón se iba poco a poco y no dejaría eso de lado. Cuando llegaron al hospital, la atendieron y estuvo en la sala de espera volviéndose loco, hasta que un doctor nuevo en turno
El verde pasto le daba vida a todo, la cabaña con la que habían soñado tanto estaba terminada, era blanca y estaba llena de flores, tenían dos caballos blancos, que estaban trotando por todo el lugar como si fueran los únicos seres vivos del mundo,Alexandraestaba tomando el sol, el aire era puro, limpio y lleno de una armonía difícil de explicar, esa escena ya la había vivido muchas veces, era el mismo sueño, siempre lo tenía cada que algo malo le pasaba, incluso la noche en la queBerthabusó de ella, cantando soñaba con eso, un prado hermoso, un sol delicioso, dos caballos blancos corriendo, un ambiente feliz, armonioso, lleno de paz,Alexcerró los ojos para sentir el calor de los rayos solares, estaba muy sonriente, sabía que llevaría un tiempo antes de despertar, hasta que de pronto una voz la sac&o
Nathejamás olvidaría aquel día en el queAlexandratuvo que identificar a cada uno de los agresores, desdeBerth, su padre, y cinco sujetos más que al parecer la habían violadomientras estaba sedada, fue duro, no es fácil tener que estar frente a frente con las personas que más daño te hicieron en la vida, afuera del lugar había un verdadero alboroto, miles de reporteros ypaparazzi,Brandony su mánager Elisa, eran los que daban la cara, yNathelo agradecía mentalmente, su madre nunca volvió a aparecer y eso venía bien,Alexseñaló a cada uno, declaró los maltratos a los que había estado sometida durante años, y cuando por fin le tocó señalar a sus padres,Nathepudo ver un odio y una frialdad en sus ojos, que le causó es