Capítulo 13

Aquellos ojos azules trataban de meterse en lo más profundo de Alexandra, era como estar visitando un mar de recuerdos hundidos en memorias de una muñeca rota. Alex no podía creer lo que estaba viendo, se trataba de Nathe, quien no dejaba de sonreír al verla, era evidente que le hacía feliz a él, pero por su parte, ella no estaba muy convencida de lo que estaba pasando, ¿cómo la había encontrado?.

—Nathe —susurró Alexandra.

—El mismo en carne y hueso, pero no lo grites, nadie sabe que estoy aquí, a decir verdad me he escapado.

—No puede ser, ¿cómo me has encontrado? —Alexandra seguía muy sorprendida.

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