[ZAMIRA]
Mi esposo me toma la presión en el sofá de la sala de nuestra casa y me mira entrecerrando sus ojos. —Tu presión arterial está bien cariño.— Comenta. –Creo que lo que tú has tenido ha sido un shock nervioso ¿Me explicaras porque nunca me dijiste que conocías a Sebastien Torres? ¿O guardaras silencio como lo has hecho durante el camino a casa? — Me pregunta bastante serio.
«¿Cómo le explico que me he puesto nerviosa porque me reencontré con el padre de mi hija? ¿Cómo le explico que tengo una hija de casi 13 años en algún lugar del mundo a la cual mi padre hizo desaparecer cuando nació?»
No puedo... no tengo el valor... Enfrentar a Iker seria tener que enfrentar a Sebastien, y enfrentar a Sebastien, conllevaría a arruinarle su vida tan perfecta... esa que ha conseguido con su talento para el futbol.
Los recuerdos del día que cumplí 18 y que salí del internado en el que mi padre me encerró en Suiza vuelven a mi mente. Lo primero que hice fue regresar a Málaga, pero no lo encontré, según me dijo Nadia se había ido a Madrid a jugar para un equipo. Ese día supe que no podía involucrarlo en toda esta mierda, no cuando su futuro era brillante.
—¿Me dirás o no? — Insiste Iker regresándome a la realidad.
—No lo sé amor... como te ha dicho él, fuimos vecinos cuando viví en Benalmádena. Yo creí que no se acordaría de mi. — Miento.
Lo que yo creí es que no me reconocería. Acordarse de mi seguro que lo haría, después de todo fue el primer hombre en mi vida y lo nuestro fue bastante intenso a pesar de la corta edad que teníamos.
—Al parecer lo ha hecho y bastante bien. — Dice de manera fría.
—Amor, por favor. ¿No te pondrás celoso de que Sebastien Torres se haya acordado de su vecinita? ¿no? — Le pregunto mientras me pongo de pie ignorando su estúpido reclamo y voy al cuarto de nuestro hijo.
—No sé, dime tú si debo hacerlo. — Dice mientras camina detrás de mí.
—Vas a despertar a tu hijo y a tu hermana. — Le digo para que termine con su escena.
—Vi su cara cuando dije tu apellido casi se echa a correr hacia ti y ni hablemos de la manera que te ha mirado. — Me sigue reclamando a pesar de que estamos enfrente de la cuna de Nico.
—Ambos nos sorprendimos al vernos. Hemos ido hasta al mismo instituto por casi tres años, ya deja esto por la paz, además... ¿para qué lo has invitado a cenar entonces? — Le pregunto sin entender esa acción tan estúpida de su parte.
—Porque se me ha dado la gana de hacerlo. — Me responde serio y al ver que mi hijo duerme tranquilamente me salgo del cuarto para ir hacia nuestra habitación.
Entro a nuestra habitación y comienzo a quitar los almohadones de la cama. —Perfecto, si quieres discutir la noche de nuestro aniversario puedes hacerlo, pero solo. — Le aclaro.
Al parecer mis palabras le han hecho reaccionar porque me abraza desde atrás y apoya su barbilla en mi hombro. —Lo siento amor, tú sabes lo estúpidamente celoso que soy.— Me dice al oído.
—Y tú sabes que a mí no me gusta que lo seas.— Replico bastante enfadada aunque tengo una mezcla de sentimientos que no sé ni cómo es que me siento.
—Lo sé... sabes que estoy trabajando en ello. — Me dice y besa mi cuello.
—Iker, ahora no. — Digo cortante al notar cuáles son sus intenciones.
—Soy un imbécil, lo siento... además, ese tipo debe tener demasiadas mujeres a su disposición para que se fije justamente en ti. — Comenta y sigue besando mi cuello.
—Por favor... de verdad que no estoy de ánimos para esto. — Le digo un poco más fuerte e intento apartarme.
—De acuerdo— Dice enfadado y me suelta.
No hay nada peor que irnos a dormir enfadados, pero es que realmente odio cuando hace estas escenas. Hacía tiempo que no sucedía esto y justamente sucede por culpa de Sebastien... no quiero ni imaginarme lo que sucedería si se enterara lo que realmente ha habido entre él y yo.
Me meto a la cama con esta tormenta en mi mente y sus brazos rodean mi cuerpo. —Sabes que no me gusta que discutamos, perdóname mi amor. Te amo.— Me susurra al oído.
—Te perdono, pero por favor no me armes más escenas como estas...— Le pido antes de cerrar mis ojos.
—No lo hare, te lo prometo. Ya verás que cuando el venga a cenar aquí no me pondré así. — Me dice y realmente quisiera que esa cena no ocurriera, pero sé que solo empeoraría todo con mi esposo si me niego.
—O.K.— Digo resignada y simplemente me dejo vencer por el sueño antes de que mi mente le gane y sufra otra noche de insomnio.
[ZAMIRA]Dos días despuésAfortunadamente las cosas con Iker han mejorado, pero también creo que tiene mucho que ver que ha tenido guardia en el hospital y que yo he estado concentrada en la finalización de un proyecto, en resumen, no hemos tenido tiempo de discutir más. Aprovecho que se ha ido a llevar a Nico a tomar aire al parque para llamar una vez más al detective que está a cargo de buscar a Roció, aunque dudo que mi hija se llame así ahora...
[SEBASTIEN]Estaba seguro de querer venir a esta cena, pero al ver el lugar donde vive me ha hecho empezar a dudar. Es una casa enorme, prácticamente una mansión. Es completamente blanca con enormes cristales, y con una arquitectura moderna, mi padre diría que es una verdadera obra de arte. Con dudas y todo, toco el timbre ubicado a un lado de la enorme puerta doble de madera y espero pacientemente.La puerta se abre y ahí está él. —¡Hola Sebastien!— Dice con entusiasmo y me saluda –Ven pasa.&mdas
[ZAMIRA]Honestamente no tengo apetito alguno, la cena esta exquisita eso es obvio Elia nunca falla, pero tener a Sebastien sentado en esta mesa justo enfrente de mi remueve todo mi pasado una vez más. Doy una y mil vueltas al asunto y supongo que si el destino me lo ha puesto nuevamente en el camino a de ser por algo... Quizás él pueda ayudarme a encontrar a nuestra hija...—Mi amor, ¿Qué sucede? Te has quedado como si estuvieses en otro planeta. — Me dice Iker haciendo que vuelva a la realidad.
[SEBASTIEN]«13 años... 13 malditos años esperando este momento. 13 años donde me pregunte una y mil veces porque se fue así... la misma cantidad de tiempo que llevo sin poder sanar las heridas que deja ese primer amor y que tanto duelen.»Este sofá donde estoy sentado es testigo de mis ansias, de mis miedos, de mis dudas... del caos que hay en mí, y todo empeora cuando escucho el sonido del timbre y debo tomar valor para abrir esa puerta e intentar no reclamarle todo lo que quiero reclamarle de una vez.
[SEBASTIEN]—Sebastien... insúltame, grítame... no sé, dime algo por favor. — Me pide en medio de su mar de lágrimas que ahora es igual al mío.—Tengo una hija...— Logro decir sin poder parar de llorar. —¿Te das cuenta de lo que me acabas de decir? — Le pregunto en lo que es un reclamo. —Después de 13 años, regresas a mi vida y me dices que tengo una hija.— Comento ya que es lo primero que me sale decirle.
[ZAMIRA]Sus brazos no me han soltado en medio de mi crisis, la más fuerte que he tenido en mucho tiempo, pero es que hacía demasiado que no le contaba a alguien el infierno que viví y en el cual sigo viviendo. La última persona que lo ha escuchado ha sido mi psicóloga. Necesitaba dejar de sentir culpa cuando nació Nicolás... llegue a pensar que su llegada me haría olvidar de ella, pero la doctora Carson fue y es un apoyo fundamental en todo esto que me sucede. [ZAMIRA]No sé cuántas horas llevo sentada aquí en este sofá esperando que Iker llegue del hospital. Parezco un soldado suicida esperando entrar a una emboscada que aun sabiendo que va a morir, espera pacientemente la orden para avanzar. En mi mente he practicado una y mil veces las diferentes maneras en que puedo confesarle mi verdad, pero sin importar que tono de voz use o las palabras que use, sé que dolerá. Tengo miedo... me consume y no sé si es peor la espera por largar toda esta verdad de una vez por todas, o lo que me imagino que pueda suceder. [SEBASTIEN]No he dejado de darle vueltas en mi cabeza a todo lo que me he enterado el día de hoy. «Soy padre...» Lo repito una y otra vez a mí mismo y aun no me lo puedo creer. «Es tan fuerte todo esto...»Tengo una hija con la mujer que más he 10. Reacciones
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