[ZAMIRA]
Honestamente no tengo apetito alguno, la cena esta exquisita eso es obvio Elia nunca falla, pero tener a Sebastien sentado en esta mesa justo enfrente de mi remueve todo mi pasado una vez más. Doy una y mil vueltas al asunto y supongo que si el destino me lo ha puesto nuevamente en el camino a de ser por algo... Quizás él pueda ayudarme a encontrar a nuestra hija...
—Mi amor, ¿Qué sucede? Te has quedado como si estuvieses en otro planeta. — Me dice Iker haciendo que vuelva a la realidad.
—Lo siento, es que me quede pensando en algunas cosas ¿Qué decían? — Pregunto intentado incorporarme a la conversación.
«La mirada de Sebastien sobre mí como queriendo descubrir que me sucede me pone muy nerviosa.»
—Sebastien te estaba preguntando qué has hecho de tu vida. — Me explica mi esposo.
—Estudie arquitectura en Barcelona. Me dedico a eso, tengo mi propio estudio de arquitectura.— Le explico.
Una enorme sonrisa se dibuja en su rostro –Tiene todo el sentido del mundo, recuerdo muy bien cómo te encantaba sentarte en el estudio de mi padre en casa y preguntarle de todo acerca de sus planos. — Comenta.
«Hace las cosas tan difíciles mencionando esas memorias.»
—Sí, pobre... lo volvía loco. — Digo y por primera vez rio de verdad en esta noche al recordad la cara de Hernán.
—Sebastien, déjame decirte que mi esposa es una arquitecta brillante. Ha trabajado en proyectos súper importantes en toda Europa y bueno... esta casa la ha diseñado ella. — Le explica Iker y siento que me sonrojo a causa de la vergüenza que me da este tipo de halagos.
—¿De verdad has diseñado esta casa? Es que antes de entrar me quede observando el exterior y pensaba que mi padre diría que es una verdadera obra de arte. Felicidades. —
—Muchas gracias, envíale mis saludos a tu familia cuando los veas.— Le pido.
La cena sigue transcurriendo en medio de charlas acerca de la carrera de Sebastien y de cómo esta su familia. El tema de mi familia es definitivamente uno que evito a toda costa porque entrar en ese tema seria uno que llevaría a muchas otras cosas que no conversare precisamente hoy con Sebastien.
—Fue un gusto cenar con ustedes y verte nuevamente Zami.— Dice Sebastien cuando estamos en la puerta despidiéndonos. La mirada de Sebastien en una distracción de Iker me dice que espere su mensaje para vernos mañana y yo apenas puedo mantener la calma. Finalmente se marcha, y sé que mañana será un día clave en mi vida. Yo no sé si es lo mejor o no, pero necesito que alguien sepa de todo este dolor que llevo por dentro ¿y quién mejor que el padre de mi hija?
[...]
—Sebastien ya me cae mejor. — Comenta mi esposo mientras nos metemos en la cama para irnos a dormir.
Lo miro confundida y le sonrió —¿De qué hablas? —
—No es el tipo arrogante que creí que era y se nota que te quiere bien... me refiero a que guarda lindos recuerdos de cuando eran adolescentes.— Me dice y no quiero ni pensar en lo que él no sabe.
—Me alegro mucho amor.— Le digo y para zanjar el tema me abrazo a él para poder dormir.
Los años de insomnio que prácticamente acabaron con mi salud se detuvieron tan solo un poco cuando descubrí que los latidos del corazón de él me daban calma. A él le encanta que me abrace así a su cuerpo, y a mí me calma hacerlo.
—Perdóname por haber sido un imbécil celoso estos últimos días. — Me dice al oído y el sentido de culpa se apodera una vez más de mí.
Sé que debería decirle todo, pero soy una estúpida cobarde que tiene pánico de que lo poco bueno que me ha ocurrido en la vida se vaya a la basura. Además, contaminarlo con mi dolor seria hacer que pase por el mismo calvario y que ninguno de los dos esté completamente feliz para hacer que la vida de Nico sea lo mejor posible.
[...]
Al día siguiente
Como cada mañana, me despierto después de que Iker ya se fue al hospital. Me levanto de la cama, preparo el desayuno de Nico, voy por mi hijo a su cuarto y lo traigo conmigo para alimentarlo.
—Eres tan hermoso hijo mío. — Digo sonriéndole para que dé a poco coma su papilla. Me sonríe y eso es lo único que necesito para poder seguir luchando cada día, definitivamente la fuerza que tengo viene por este pequeño.
Estoy casi terminando con él cuando mi celular suena. Lo tomo de la mesita de noche y al ver la pantalla mi corazón late muy fuerte a causa de los nervios.
//Buenos días, ¿Dónde quieres que nos encontremos?//
Es Sebastien...
No puedo decirle todo lo que tengo que decirle en un lugar público...
//Hola, tengo muchas cosas que decirte. No creo que una cafetería sea un lugar apropiado.//
Envió la respuesta y espero.
//¿Mi casa?//
Aunque todo esto parezca malo, creo que es el lugar apropiado.
//Esta bien, envíame la dirección.//
Que sea lo que deba ser… Ya estoy desesperada, los años siguen pasando y no sé nada de mi hija. Necesito ayuda.
[SEBASTIEN]«13 años... 13 malditos años esperando este momento. 13 años donde me pregunte una y mil veces porque se fue así... la misma cantidad de tiempo que llevo sin poder sanar las heridas que deja ese primer amor y que tanto duelen.»Este sofá donde estoy sentado es testigo de mis ansias, de mis miedos, de mis dudas... del caos que hay en mí, y todo empeora cuando escucho el sonido del timbre y debo tomar valor para abrir esa puerta e intentar no reclamarle todo lo que quiero reclamarle de una vez.
[SEBASTIEN]—Sebastien... insúltame, grítame... no sé, dime algo por favor. — Me pide en medio de su mar de lágrimas que ahora es igual al mío.—Tengo una hija...— Logro decir sin poder parar de llorar. —¿Te das cuenta de lo que me acabas de decir? — Le pregunto en lo que es un reclamo. —Después de 13 años, regresas a mi vida y me dices que tengo una hija.— Comento ya que es lo primero que me sale decirle.
[ZAMIRA]Sus brazos no me han soltado en medio de mi crisis, la más fuerte que he tenido en mucho tiempo, pero es que hacía demasiado que no le contaba a alguien el infierno que viví y en el cual sigo viviendo. La última persona que lo ha escuchado ha sido mi psicóloga. Necesitaba dejar de sentir culpa cuando nació Nicolás... llegue a pensar que su llegada me haría olvidar de ella, pero la doctora Carson fue y es un apoyo fundamental en todo esto que me sucede. [ZAMIRA]No sé cuántas horas llevo sentada aquí en este sofá esperando que Iker llegue del hospital. Parezco un soldado suicida esperando entrar a una emboscada que aun sabiendo que va a morir, espera pacientemente la orden para avanzar. En mi mente he practicado una y mil veces las diferentes maneras en que puedo confesarle mi verdad, pero sin importar que tono de voz use o las palabras que use, sé que dolerá. Tengo miedo... me consume y no sé si es peor la espera por largar toda esta verdad de una vez por todas, o lo que me imagino que pueda suceder. [SEBASTIEN]No he dejado de darle vueltas en mi cabeza a todo lo que me he enterado el día de hoy. «Soy padre...» Lo repito una y otra vez a mí mismo y aun no me lo puedo creer. «Es tan fuerte todo esto...»Tengo una hija con la mujer que más he 10. Reacciones
11.Noticias Inesperadas
[ZAMIRA]Entro al hospital y sigo las indicaciones que me ha dado la recepcionista en cuanto a dónde está mi padre. Llego al tercer piso y los medios de comunicación estas aislados a un costado —¡Ahí está la hija de Ramiro Castelo!— Les escucho gritar.No puedo lidiar con ellos ahora, no me importa que mi padre sea uno de los empresarios más importantes de España. Necesito que me diga dó
[SEBASTIEN]2 días despuésNo contesta ni una de mis llamadas ni mensajes. No sé absolutamente nada de ella y ya me estoy preocupando demasiado, necesito saber que se encuentra bien, decirle que he contratado otro investigador para que nos ayude con lo de nuestra hija.—Sebastien, no lo dudes más. Ve a verla. — Me alienta mi hermana que ha venido a apoyarme con todo esto.
[SEBASTIEN]—Huele bien, ¿Qué has cocinado? — Pregunta sorprendiéndome y al voltear a verla debo tragar saliva de manera exagerada. Lleva un pantalón corto de jean con una camiseta suelta color blanca y su cabello mojado cayendo por encima de sus hombros me hace recordar esas tardes en su casa cuando sus padres no estaban y nos íbamos a duchar después de haber estado juntos. Su cuerpo esta diferente, pero para mí sigue siendo aquella Zami de siempre