Punto de vista de Liah
Hoy es uno de esos días en los que muchas personas sueñan con llegar, el día en que una promesa de amor enterno, marca un antes y un después en la vida de alguien.
Si bien este nunca ha sido mi sueño, no puedo decir lo mismo de mi hermana.
El día de hoy, mi hermana gemela Lena; está a un paso de cumplir el más grande de sus sueño: su gran boda.
A pesar de que vivimos en países diferentes, Lena y yo mantenemos una excelente relación.
De hecho, creo que no existen secretos entre nosotras.
Es por esto que al ver sus ojos abrillantados cuando me contó por video llamada que Bruno había pedido su mano, de inmediato supe que eso era todo lo que ella quería, lo que la hace realmente feliz, y por supuesto, yo me siento feliz por ella.
Por tal motivo, gestioné el permiso en mi trabajo y decidí venir a Madrid para la boda de mi hermana ¡y aquí estoy!
Sentada junto a mis padres mientras saboreo un exquisito whisky a las rocas, a la espera de que la novia haga su acto de presencia majestuoso y selle su unión para siempre con el amor de su vida.
Mientras espero, observo a Bruno acercarse a mí, mi futuro cuñado.
–¡Liah! Que gusto verte aquí después de tanto tiempo–dice Bruno con efusividad.
¡Vaya, que guapo está! Mi hermana siempre se caracterizó por su buen gusto a diferencia de mí.
A mí me atraen los hombres más normalitos, en cambio Lena tiene preferencia por los hombres cuyo parecido se asemejan a los de un actor de Hollywood.
Por supuesto, Bruno no es la excepción.
Su piel bronceada que le hace juego con su cabello rubio y con su increíble cuerpo, lo hacen lucir como si fuese sacado de una película de superhéroes.
Además, sus ojos verdes y su sonrisa perfecta son el cóctel idóneo para hacer sentir a cualquier mujer hipnotizada cuando les habla.
Mientras más lo detallo, más entiendo a Lena.
¿Cómo no sentirse enamorada de este monumento de hombre?
–Lo mismo digo, querido cuñadito. Lamento no haber podido venir con suficientes días de antelación, pero ya sabes, el trabajo me consume–respondo.
–Lo importante es que ya estás aquí–responde Bruno con su enorme sonrisa.
–Así es. Ahora cuéntame ¿qué se siente el saber que estás a punto de aguantarte a mi hermana por el resto de tu vida?
Bruno suelta una carcajada.
–Aunque quisiera decírtelo, creo que igual no lo entenderías.
–Ponme a prueba–respondo al instante.
De repente, la sonrisa de Bruno desaparece, y en su lugar, una expresión de confusión se apodera de él ¿acaso dije algo que no debí decir?
Sin embargo, antes de que pueda responder, mi madre interrumpe la conversación.
–Querido ¿no deberíamos haber empezado ya?
–Ehh sí, justo por eso me he acercado. Aura me ha dicho que Lena no le abre la puerta de la habitación ¿podría alguna de ustedes subir y decirle que baje?–pregunta Bruno con evidente preocupación.
–Debe ser que aún no está lista, ya sabes cómo es Lena. Pero descuida, ya mismo subo y la ayudo con lo que haga falta para que baje–respondo.
–Muchas gracias Liah. Estaré esperándola–dice Bruno.
Lena es ese tipo de persona que le encanta hacerse desear, por lo que no me extraña para nada que especialmente hoy, que es la noche de su boda y que todos los presentes la esperan con ansias, quiera alargar lo más que pueda el momento de su entrada triunfal, para luego aparecer con su espectacular vestido de novia y con esas ínfulas de diva caprichosa que son tan típicas en ella.
Aunque soy la que menos quiere arruinar su deseo, me temo que no tengo otra opción más que hacer lo que Bruno me ha pedido.
Sin embargo, mientras me voy acercando a su habitación, me percato de la presencia de Aura, su wedding planner; junto a uno de los botones del hotel en las afueras de ella.
Esto a su vez me causa suspicacia ¿por qué Lena no querría abrirles?
–¿Qué está pasando?–pregunto extrañada.
–Lena no responde, así que he solicitado que abran la puerta de su habitación–responde Aura.
Puedo percibir cierto nerviosismo en ella.
Por supuesto que el solo hecho de imaginar un escenario en el que la novia pudiera haberse arrepentido en el último momento, es lo peor que puede pasar.
Pero conociendo a mi hermana, estoy segura que esto no es más que uno de sus tantos caprichos por hacerse la diva.
–Ya ¿por qué no mejor bajas al salón y te encargas de que todo esté listo para cuando Lena baje? Yo me encargo de ella–respondo.
–Pero es que ella…–dice Aura y yo la interrumpo.
–Quizá solo tiene un ataque de nervios. Yo me encargo, tranquila–insisto.
–De acuerdo. Dile que la espero al final de las escaleras–dice Aura.
Yo asiento con la cabeza. Enseguida, el botones me entrega la llave magnética y junto con Aura, se alejan del lugar.
En ese momento, abro la puerta, y me encuentro con toda la habitación hecha un completo desastre.
Hay botellas de licor vacías por doquier, su ropa está rasgada y tirada en el piso, y por si fuera poco, uno de los tantos espejos que hay en ella, ahora se encuentra hecho trizas.
La verdad, esto me ha puesto de los nervios ¿qué se supone que ha pasado aquí?
Rápidamente busco a mi hermana por todos los rincones de la habitación pero no la encuentro.
Lo único que encuentro es su vestido de novia colgado en el vestier, pero ella no está en ninguna parte ¿dónde está Lena?
Invadida por la incertidumbre al no saber lo que ha ocurrido, llamo a mi madre y le pido que suba de inmediato a la habitación.
Al cabo de cinco minutos, aparece ella, pero contrario a lo que esperaba, no parece estar sorprendida ¿por qué tengo la sensación de que ella sabe algo que yo no?
–Tienes que calmarte. Esto tuvo que haber sido uno más de sus ataques de nervios. Tú más que nadie la conoce. Ella es así–insiste mi madre.
–No, mamá. Estoy segura que si ese hubiese sido el caso, yo sería la primera en enterarme. A Lena le hicieron algo, estoy segura–respondo consternada.
–Pero ¿quién? Si Lena no tiene enemigos. Todos la adoran.
–Eso es lo que vamos a averiguar. Voy a llamar a la policía–respondo al mismo tiempo que saco de nuevo mi celular.
–¡No! No lo hagas–grita mi mamá, y yo la miro confundida.
–¿Por qué no? Lena ha desaparecido.
–Nadie se puede enterar de esto, mucho menos la policía–dice mi madre.
–Pero ¿por qué? ¿acaso no te preocupa lo que ha podido pasar con tu hija? Porque a mí sí.
–Liah, tienes que confiar en mí. Sé que lo que estoy a punto de pedirte puede sonar descabellado, pero te aseguro que si nuestras vidas no dependieran de esto, no te lo pediría–dice mi madre.
–¿De qué estás hablando?–pregunto confundida.
–Toma el vestido de tu hermana, y hazte pasar por ella. Hoy tiene que haber una boda, y si no es con Lena, va a ser contigo.
¡¿Qué?! ¿de verdad esto está pasando?
Punto de vista de Liah –¡¿Qué?! Has perdido la cabeza. De ninguna manera pienso hacer eso–respondo indignada.–Liah, no tenemos otra opción. De aquí no vas a salir hasta que te pongas ese vestido de novia y te cases con Bruno. Además, conmigo no tienes que fingir. Sé que ustedes se intercambiaban millones de veces, hasta con sus propias parejas–dice mi madre.–Pero esto que me estás pidiendo no es un simple intercambio mamá. Estás pidiéndome que renuncie a mi vida en Londres por vivir la vida de mi hermana ¿cómo se te ocurre?–pregunto al borde del colapso.–No te estoy pidiendo que lo entiendas, solo te estoy pidiendo que lo hagas. Te aseguro que cuando Lena aparezca, se volverán a intercambiar y tú volverás a Londres sin problema.–Pero ¿qué te hace pensar que Lena va a volver? Si ni siquiera sabemos qué le sucedió ni tampoco quieres que llame a la policía–insisto desconcertada.–Escucha con atención. La vida de tu padre y la mía, dependen de este matrimonio. Ahora mismo no puedo da
Punto de vista de LiahSi bien no sería la primera vez que Lena y yo compartiríamos una pareja, esto me parece algo mucho más serio; ¡es su esposo! ¿cómo se supone que voy a estar con su esposo?Tengo que hacer algo para evitarlo. Especialmente porque ni siquiera tengo cabeza para pensar en otra cosa que no sea la desaparición de Lena.Es por esto que, al finalizar el baile me escabullo entre los invitados y me dirijo hacia la recepción del hotel.Estoy segura que las cámaras tuvieron que haber captado alguna imagen que me dé una pista sobre lo que pudo haber pasado con Lena.–Lo siento. No puedo ayudarla–responde la recepcionista.–Señorita, creo que no me está entendiendo. Alguien entró a mi habitación e hizo un desastre en ella. Mis cosas están tiradas en el suelo, y alguien me tiene que responder por ello–insisto con un tono de voz elevado.–Según lo que me reporta el sistema, a usted le fue entregada la llave de la habitación. Además de la copia, quien fue solicitada por Aura Rod
Punto de vista de LiahAbro mis ojos lentamente y lo primero que noto es un terrible dolor de cabeza, seguido de las miradas de angustia de mis padres que están puestas fijamente sobre mí.Quisiera poder preguntarles tantas cosas que ahora mismo me tienen abrumada, pero extrañamente me siento sin fuerzas, y esto a su vez, no hace otra cosa más que desesperarme, especialmente porque al ver a mi alrededor, no reconozco el lugar en el que estoy.De repente, un dolor pulsátil en mi brazo izquierdo, hace que un quejido se escape de mis labios, y enseguida, escucho la voz de Bruno que en lugar de calmarme, solo me hace sentir peor.–Tranquila, es solo un analgésico que te hará sentir mejor.Justo en ese instante, observo la presencia de una mujer vestida de enfermera, que está inyectándome algo por una vía que está puesta en mi brazo, pero ¿qué es esto? ¿dónde se supone que estoy?–Querida, ¿cómo te sientes?–pregunta Emma, mi madre.–Como si me hubiese arrollado un camión–alcanzo a responde
Punto de vista de Liah –¿Luna de miel?–pregunto sorprendida.–¡No!–responde Bruno de inmediato–Lena y yo, acordamos en que lo dejaremos para después. Ahora mismo, tenemos mucho trabajo en la farmacéutica.–¿De verdad?–pregunta mi madre evidentemente desilusionada.–Si, además quisiera recuperarme mejor–comento.–Bueno, pero no lo dejen pasar. Miren que cuando llegan los hijos, todo se torna más complicado–comenta mi madre.¡¿De verdad mi mamá está hablando de luna de miel y de hijos, sabiendo que yo soy Liah?! Pero ¿qué le pasa?Mientras lo asimilo, me levanto lentamente de la cama con la intención de salir cuanto antes de ese lugar de terror, pero al hacerlo, siento que todo me empieza a dar vueltas, por lo que, rápidamente Bruno se acerca a mí, e intenta ayudarme, y aunque en mi interior, presiento que él tiene algo que ver en la desaparición de mi hermana, tengo claro que debo acercarme a él para poder desenmascararlo, y asimismo llegar al fondo de la verdad.Al llegar a lo que se
Punto de vista de BrunoCada segundo que paso al frente de Lena, se siente como si estuviera a un paso de perder la cordura, y es que eso es justamente lo que ella me produce, una inquietante sensación de estar en una cuenta regresiva que me conduce hacia mi mayor impulsividad.–¿Y bien?–pregunta Lena con esa expresión de altanería que tanto me desagrada.–En esta casa, no tenemos que fingir. Estaremos en cuartos separados, y aunque puedes hacer uso de todas las áreas de este lugar, no tenemos que estar juntos. En ese sentido, no tenemos que compartir ninguna comida, ni mucho menos actuar como si fuésemos una pareja de verdad.–¿Pero?–Pero no voy a permitir que mi casa se convierta en tu motel, así que para ser justos, ni Abel ni ninguna mujer podrán quedarse aquí. Por lo demás, todo seguirá siendo igual. Ante todo, seremos la pareja perfecta, pero una vez que entremos aquí, seguiremos siendo un par de desconocidos–respondo con la certeza de que estoy a punto de presenciar uno de sus
Punto de vista de Bruno Enseguida, Eva se pasea frente a mí como Dios la trajo al mundo, y yo muerdo mis labios al recorrerla con mi mirada de arriba abajo.Asimismo, se mete al jacuzzi y se sitúa frente a mí.Luego, acerca su rostro al mío y nos besamos apasionadamente.El sabor de sus dulces labios me hace olvidar ese momento amargo que por alguna razón, apareció en mi cabeza, y en cambio, me envuelve en este manantial alucinante de estímulos que activa todos mis sentidos.De inmediato, acaricio su perfecto cuerpo, que con tan solo tocarlo, siento como reacciona ante el deseo avasallante de estar juntos, y esto me llena de satisfacción.Eva es todo lo que necesito ahora mismo, ella es mi vía de escape de la realidad.–Debo confesarte algo–comenta Eva mientras su cuerpo desnudo reposa sobre mí.–Dime–respondo al mismo tiempo que acaricio su cabello húmedo.–Algo se despertó en mí cuando me enteré que te ibas a casar. Aunque sé que tu relación es una farsa, nunca había estado con un
Punto de vista de Liah¡Lo sabía! ¡demonios, lo sabía!Justo ahora me siento como si en la Edad de Piedra, hubiese descubierto la electricidad, así que salgo corriendo de las instalaciones de Pharmamed, tomo mi auto, y me dirijo hacia la casa de mis padres.En el camino, no paro de repetirme en mi cabeza “te voy a encontrar Lena, ten por seguro que te voy a encontrar” me lo digo una y otra vez hasta que sea una realidad.–Liah, ¿qué te pasó? Estás hecha un desastre–comenta mi madre al ver mis fachas, mi rostro demacrado, mi cabello despeinado y mis zapatillas blancas que no le hacen juego para nada a mi ropa.–Tengo días sin dormir, pero eso no importa ahora. He venido para mostrarte algo.Enseguida, saco la laptop de mi bolso, la enciendo, e introduzco un pendrive en ella.Cuando las imágenes de la cámara de seguridad del hotel, comienzan a aparecer en mi pantalla, mi madre no lo puede creer, está tan impresionada como yo, pero al mismo tiempo, su expresión de desconcierto me dice qu
Punto de vista de Liah –No sé de qué me estás hablando, Abel. Pero sea lo que sea, tienes que dejar de comportarte como un niño, y aceptar que lo nuestro se terminó. Ya no quiero estar contigo ¿te quedó claro?Abel ha perdido la cordura, parece un niño de un metro ochenta y cien kilos, en medio de una pataleta.Camina de un lado a otro, desesperado como si estuviera perdiendo su vitalidad, y asimismo, le da golpes a la pared y a la puerta sin control ¡a ver, quien va a pagar estos daños!Porque, por lo que pude darme cuenta, este hombre es solo un parásito que vive de la fortuna de sus padres y su hermano.Es tal, que incluso encontré pruebas de su participación en uno de los robos hacia Pharmamed, lo cual, sigo sin entender, ¿por qué se robaría a sí mismo?–¿Qué va a pasar con nuestro plan? Porque déjame recordarte que me necesitas.¡Oh, por favor! ¿cuál plan?Necesito que hable, quizá ese plan que ha mencionado, es la razón por la que Lena no está.–El plan sigue en pie–respondo en