Punto de vista de Liah –No sé de qué me estás hablando, Abel. Pero sea lo que sea, tienes que dejar de comportarte como un niño, y aceptar que lo nuestro se terminó. Ya no quiero estar contigo ¿te quedó claro?Abel ha perdido la cordura, parece un niño de un metro ochenta y cien kilos, en medio de una pataleta.Camina de un lado a otro, desesperado como si estuviera perdiendo su vitalidad, y asimismo, le da golpes a la pared y a la puerta sin control ¡a ver, quien va a pagar estos daños!Porque, por lo que pude darme cuenta, este hombre es solo un parásito que vive de la fortuna de sus padres y su hermano.Es tal, que incluso encontré pruebas de su participación en uno de los robos hacia Pharmamed, lo cual, sigo sin entender, ¿por qué se robaría a sí mismo?–¿Qué va a pasar con nuestro plan? Porque déjame recordarte que me necesitas.¡Oh, por favor! ¿cuál plan?Necesito que hable, quizá ese plan que ha mencionado, es la razón por la que Lena no está.–El plan sigue en pie–respondo en
Punto de vista de LiahPor más que intento eliminar esa amenaza de mi cabeza, se me hace imposible, el solo recordarlo, hace que me paralice y me imagine lo peor.Mi mamá tenía razón, ahora soy el blanco perfecto para los secuestradores de Lena, y lo peor de todo, es que tengo tantos sospechosos, que ni siquiera sé por dónde empezar.Además, tengo el presentimiento que ese viaje a Aruba tiene un propósito, y no precisamente el más agradable para mí.Por tal motivo, he decidido cancelar la reservación que la supuesta Lena hizo. Así que, contacté a otra agencia de viajes para ubicar otro hotel que estuviera lo suficientemente alejado del anterior ¡de ninguna manera pienso correr tantos riesgos!–No me digas que reservaste en esta pocilga –reprocha Bruno al llegar al hotel.–A ver, don engreído ¿por qué no te encargaste de los detalles tú?–¡Porque esta fue tu idea, no mía! ¿recuerdas?–Entonces te aguantas, querido esposito, porque a no ser que quieras salir a buscar un hotel a las doce
Punto de vista de Liah–Ha tenido quemaduras de segundo grado, pero va a estar bien – escucho la voz de un hombre.Abro lentamente mis ojos, y para mí sorpresa me encuentro encerrada en cuatro paredes y acostada en una camilla con un fuerte dolor en mi pecho y en la cabeza.–Lena Méndez ¿cierto? – pregunta este hombre que a juzgar por su vestimenta, asumo que es el médico. Yo asiento con la cabeza –tu esposo te trajo hace alrededor de una hora para acá. Desafortunadamente un calentador a gas que estaba descompuesto, te explotó mientras lo manipulabas. Eso te causó quemaduras en tu pecho y una herida en tu cabeza. Nada que un antibiótico de alto espectro y unas pomadas, no puedan resolver. Para el dolor te estamos colocando por la vía un analgésico, así que al menos por esta noche, tendrás que dormir aquí ¿de acuerdo?–Está bien – respondo un tanto somnolienta.–Es mi deber decirte que puedes levantar cargos contra el hotel. Así que puedo llamar a la policía si así lo deseas.Mi cabeza
Punto de vista de BrunoLa policía me ha pedido salir de la habitación de Lena para poder tomar su declaración, y me parece increíble que a pesar de todo lo que esa mujer me ha hecho, tenga los cojones de amenazarme con denunciarme por lo ocurrido, como si yo pudiera haber provocado tal explosión.Por supuesto que la odio, pero no soy capaz de hacerle daño… al menos no físicamente.–¿Y lo hiciste? –pregunta Mateo, mi abogado y mejor amigo; al otro lado de la línea.–¡Por supuesto que no! Tú sabes que la detesto, pero solo me limito a fastidiarla, no a explotarle un artefacto en su cabeza.–Entonces no te preocupes. No hay forma de que puedan demostrar que tienes algo que ver en eso. No es un crimen apagar un calentador.–¡Exacto! Pero tenías que verle el rostro cuando me dijo que me denunciaría. Es como si se le hubiese entrado el demonio, no lo sé… te digo Mateo, esta mujer está peor que nunca.Mateo suelta una carcajada, mientras yo camino de lado a lado en las afueras de la habitac
Punto de vista de BrunoSigo sus pasos manteniendo algunos metros de distancia hasta que finalmente Lena consigue hablar con una mujer que viste un uniforme rojo.A mi parecer, tiene el aspecto de trabajar para Caribbean Bay.Me acerco lentamente hacia ella aunque no demasiado, solo lo suficiente como para escucharla e intentar entender la razón por la que ha querido venir hasta aquí.–Señorita, entiendo su desesperación, pero le he dicho todo lo que sé –dice la mujer vestida de rojo.–¡Entonces consiga a alguien con quien pueda hablar! No me pienso quedar de brazos cruzados mientras tenga este presentimiento de que mi hermana puede estar adentro todavía – grita Lena al borde de perder los estribos.¿Su hermana? Nunca mencionó que Liah estuviese aquí.–Le aseguro que entre todos los encargados del hotel, logramos sacar a cada uno de los huéspedes. No hay nadie ahí adentro.–¡Mentiras! ¿está viendo esto? –pregunta Lena mientras se desabrocha su camisa, dejando en evidencia sus quemadur
Punto de vista de Bruno–¡Vaya! No me imaginé que tendría tanta suerte hoy –dice el hombre con esa expresión de desquiciado mientras nos ve.–Un paso más, y eres hombre muerto –sentencia Jhon al mismo tiempo que no deja de apuntarlo con su pistola pero en cambio, este hombre suelta una carcajada estruendosa.–Yo no estaría tan seguro, si fuese tú –dice este hombre mientras se quita el sobretodo y deja al descubierto una bomba que está pegada a su cuerpo.Lo que me faltaba ¡un completo enfermo! Lena se ha tornado helada, y aunque en condiciones normales disfrutaría de la expresión de pánico que tiene ahora mismo, mi mente está analizando en este momento todas las posibilidades de escapar ¡de ninguna manera pienso morir aquí!–Puedes matarme ahora mismo si lo deseas, pero no necesito decirte que eso será en vano. De cualquier manera voy a morir, pero ten por seguro que ustedes morirán conmigo.Justo en ese instante, el motín ha ingresado a las instalaciones, y a pesar de que todos apunt
Punto de vista de LiahEl dolor es insoportable, es tanto que apenas puedo respirar.Intento deslizarme lentamente entre los escombros y las cenizas que ha dejado la explosión, pero mientras lo hago, siento que mi pecho previamente herido, sangra sin parar.Quisiera poder levantarme, incluso gritar, pero sería muy optimista de mi parte pensar que pudiera ser capaz de hacerlo, porque la verdad estoy destruida.Cuando siento que mis fuerzas no son suficientes para continuar, escucho una voz que no reconozco, decir algo que me da un poco de esperanza.–¡La encontré! Está aquí.Enseguida, este hombre intenta moverme con delicadeza hasta que con la ayuda de unos cuantos más, logran subirme a una camilla ¡por segunda vez en esta noche!Creo que esta es la forma en que el universo intenta decirme que nunca debí haber salido de esa clínica.Me siento confundida, aturdida y definitivamente adolorida, mientras escucho el sonido de las sirenas, las preguntas sin respuestas de las personas que se
Punto de vista de Liah–Dígame algo más señora Gil, ¿su hermana apareció? –pregunta nuevamente el oficial.–No señor, a pesar de mi lucha por encontrarla, no estaba en el hotel –respondo, a pesar de estar consciente de lo que esto significa.–Emitiré una orden de búsqueda para ella –responde al mismo tiempo que anota en una libreta –mientras que eso suceda, ni usted ni su esposo podrán salir de aquí.–¿Disculpe? Pero ¿por qué? Ninguno de los dos tuvo algo que ver con lo sucedido, nosotros solo estamos pasando nuestra luna de miel aquí… –respondo y el oficial me interrumpe.–Tanto usted como su esposo, pasaron por encima de la ley al ingresar al hotel con una alerta de atentado, bajo la excusa de buscar a su hermana que además no aparece.–Le recuerdo que el oficial Jhon Koolman fue quien permitió nuestra entrada…–Si, y gracias a eso, está muerto junto a dos connacionales más. Como si no fuera suficiente, Austin James era un español al igual que ustedes, que ingresó al país tan solo d