La junta había terminado; Noah estaba aún en trance, no solo en casa de Isabel, que debía tolerarla, sino ahora en el trabajo. Le pareció extraño que Isabel no hubiera mencionado nada referente a la adquisición de una acción de la empresa y que estuviera a nombre de su hermana mayor.Noah se levantó de su asiento. Hicieron un recorrido por la empresa, y el señor Beltrán se despidió para luego retirarse. Noah le indicó la oficina de Alejandro.—¿Cuál será mi oficina?Preguntó Hayami, acercándose a Noah.—Sí, vamos, ahora te lo muestro.Caminaron y, después de pasar por el escritorio de Ariel, llegaron a una oficina justo frente a la de Noah. Las oficinas de la empresa eran de cristal transparente, muy elegantes; se podía ver todo, aunque también tenían una persiana que podía dar privacidad a estas.—Esta será tu oficina, justo frente a la mía.Dijo con un poco de desagrado; no entendía por qué ella le causaba molestia, tal vez era por su forma de ser.—Perfecto. Me imagino que Angélica
Dos semanas habían transcurrido y la relación de Hayami y Noah había estado lo que podríamos decir "tranquila": alguna que otra ocasión de algunos malos chistes entre ambos, pero nada destacable. En el trabajo iba todo muy bien; la empresa estaba marchando como debería ir según las estrategias de Noah que implementó junto con Hayami. Detestaba admitirlo, pero era muy buena en su área.Esa noche, Noah e Isabel saldrían a hacer algunas cosas que tenían aún pendientes de la boda; aunque ninguno de los dos estaba emocionado por dicho evento, era algo que ya habían hablado con anterioridad."Estoy en mi cuarto, sube, quiero hablar a solas de algo importante".Noah leyó el mensaje de su celular. Justo cuando estaba llegando a casa de Isabel, al entrar a esta, la chica del servicio lo llevó a la habitación de Isabel. Al tocar, ella abrió. Noah entró a este e Isabel cerró la puerta...Después de hablar algunos minutos, Isabel se levantó del cojín de su tocador, mientras él aún estaba en la cam
Isabel se levantó de su cama, vio la hora de su despertador, se estiró un poco, se quitó la ropa para meterse a dar una ducha antes de ver a Noah en la boutique de vestidos de novias "Novias"; pensó en el gran ingenio que debieron haber puesto al elegir el nombre de la boutique, pero a pesar del nombre tan obvio, era una de las mejores boutiques que había en la ciudad.Al terminar de ducharse, se colocó un pantalón de mezclilla y una blusa negra y finalmente salió de su habitación. Se dirigió a la habitación de su hermana pensando que ya estaría lista para irse juntas. Tocó la puerta, pero no hubo respuesta. Después de tocar tres veces más, cada uno con más intensidad, abrió la puerta solo para darse cuenta de que la cama de Hayami estaba vacía e intacta.Isabel frotó su frente, fastidiada."No vino a dormir otra vez".Se dijo mientras resoplaba; no entendía cómo, siendo ella la menor de las dos, tenía que reprender a su hermana mayor casi todo el tiempo. Su celular comenzó a sonar; pe
Noah se recargó con los brazos cruzados en la puerta de la oficina de Hayami mientras miraba que ella se encontraba escribiendo en su computadora muy concentrada.— ¿Qué pasó?Preguntó Hayami, dejando de teclear para verlo al sentir la presencia de aquel hombre.—Estarás hoy, ¿no?—Debo, aunque no estoy de acuerdo, estoy segura de que ella no lo desea; estos últimos días ha estado extraña.— Ella ya es mayor para tomar sus propias decisiones, tú no deberías meterte en ellas.Hayami lo miró con descontento, mientras él continuaba recargado sobre la puerta.— Es por eso que odio esta sociedad de "ricos".Hayami siguió tecleando en su computadora; él solo la siguió observándola. Su semblante había cambiado a uno molesto; no entendía por qué una simple pregunta podría haberle arruinado su día.—¿Llevarás a tu novio?—¿A quién?Preguntó nuevamente, mirándolo aún con la aparente molestia.—Al novio que mencionaste aquella ocasión.—Ah... No es mi novio, es un chico con el que salgo, nada del
La noche había caído completamente; había un silencio en la casa. Hayami estaba en su cuarto recostada. Después de suspirar, esta se levantó pensando que ya le había dado el suficiente tiempo a su hermana para que se tranquilizara y así pudiera explicar qué había pasado, ya que no entendía nada. Salió de su habitación acercándose a la de Isabel; no tocó, simplemente abrió la puerta, mirando a Isabel sentada en su tocador, peinándose el cabello que heredó de su padre.—¿Qué pasó? No entiendo.Isabel exhaló, dejó el cepillo en el tocador y miró a Hayami con sus ojos negros e hinchados de haber llorado tanto. Hayami se fijó en ese detalle.—¿Estás enamorada?Soltó la primera pregunta que tenía en mente.Ella sonrió.—Sí, muy enamorada.—Es... de... ¿Noah?Preguntó, dudosa. Ella había pensado que no era así, pero ver esos ojos hinchados de su hermana le generó esa duda.—No. Es del padre de este bebé.—Es lo que no entiendo, explícame.Se sentó en la cama.—Estoy enamorada de otro hombre q
Hayami llegó a la oficina muy puntual como todas las mañanas. Ariel la miró con descontento, pero a pesar de eso, Hayami la saludó educadamente. Después de recibir el "buenos días" de mala gana de Ariel, se acercó a Angélica, que ya estaba en su puesto.—Buenos días, licenciada.Dijo Angélica mientras se arreglaba un mechón de cabello.—Buenos días, "Angie". ¿Hay algo pendiente para mí?No, Lic.—Ok, entonces hazme dos favorsitos: el primero, ¿podrías conseguirme un café con leche de la cafetería? Y el otro es que, ¿sí me puedes comunicar con mi contador?—Sí, Lic. Ahora voy por su café y, en cuanto regrese, lo pongo en contacto con su contador.—Gracias, eres muy linda.Hayami sonrió; Angélica también lo hizo, un poco ruborizada. Su jefa cada mañana le sonreía; estaba muy contenta de trabajar con ella.Hayami entró a su oficina, vio a través de su ventana mirando el cielo un poco nublado, y pensó que ese día no era el mejor que había visto desde que había llegado de Canadá. Angélica p
Isabel se encontraba sentada al lado de su hermana en aquel restaurante. Estaba nerviosa, ya que vería a Hugo después de 5 semanas de no haberlo visto, pero el nerviosismo se debía más a que Hayami lo conocería. Tenía miedo de lo que pensara su hermana de él. En el pasado a ella no le había ido bien con un hombre del mismo estatus que Hugo. Sabía la historia entre su hermana y ese hombre, pero también entendía que había cosas que también desconocía. Realmente no sabía qué pensaba su hermana. Había salido con varios hombres en esos 10 años, pero nunca duraba con ellos. Siempre les rompía el corazón, aunque ella decía que no era intencional, solo que no podía estar con alguien a quien no amaba.Hugo entró junto con Noah al restaurante donde las dos chicas lo esperaban. Noah había organizado la comida para que Hayami lo conociera. Hayami lo miró, notando que era un chico con cabello negro, al igual que sus ojos. Era igual de alto que Noah. Hayami golpeó ligeramente con su codo el codo de
Hayami entró al club y, al estar dentro, se sentó en la barra e inmediatamente pidió un tequila. Bebió este de un solo trago.—Dame otro, por favor.Pidió al hombre que atendía la barra. Él le sirvió rápidamente el tequila que ella pidió, estaba a punto de tomar su trago cuando un hombre rubio se sentó a su lado mirándola. Ella se percató de su presencia, pero lo ignoró.— ¿Vienes sola?Hayami lo miró, pero le señaló su odio con negativa. Trataba de decir que no lo escuchaba por la música, aunque estaba mintiendo, esa noche no quería lidiar con nadie.Él se acercó más a ella.—¿Qué si vienes sola?Él casi gritó para que ella lograra escucharla.—¡Ahhh, no! Vengo con mi novio solo que fue al baño.Ella señaló con el pulgar en dirección al baño.—Lástima.Contestó el rubio con una sonrisa traviesa.—Sí, lástima.Ella respondió sarcásticamente, fingiendo una pequeña sonrisa.El chico se apartó de ella y, cuando lo hizo, por fin bebió su trago. Pidió nuevamente otro; cuando el barman se lo