Hayami se encontraba sentada en aquella cafetería donde una vez visitó con Noah, le traía recuerdos agradables una taza de café estaba frente a ella, llevaba dos días en Canadá, realmente no había ido a la empresa opto por tener las reuniones que necesitaba hacer por videollamada ya que una extraña sensación rondaba en ella, ni siquiera entendía que hacía en esa cafetería pensó que quizás porque era la última vez que la visitaría.
Hayami miró su reloj vio que era algo tarde, tomó un poco de café.
Noah sentía que la suerte estaba de su lado ese día, porque tenía frente a él a Hayamii los días anteriores la había buscado en varios lugares, incluso fue a la empresa, pero solo para enterarse de que ella no había llegado, buscó también en el hotel que ella siempre elegía para hospedarse siempre que viajaba ahí, el único lugar que quedada era ese lugar donde estuvo con ella, se sentía ridículo por haber ido a esa cafetería esos dos días y estar ahí casi todo el tiempo,
3 años después ...Hayami abrió uno de sus ojos por el sonido proveniente del reloj que estaba en su mesa de noche era tan molesto el sonido que al no poder apagarlo por tener tanta pereza terminó tirándolo al suelo, el sonido finalmente se detuvo, se cubrió de pies a cabeza para tratar de continuar durmiendo, pero nuevamente el sonido del reloj comenzó a sonar, en esta ocasión un poco distorsionada por el golpe contra el suelo.__ Está bien, está bien ya despierto ¡Que fastidio!Al bajar sus pies de la cama se mantuvo sentada en esta y se estiró un poco, se frotó los ojos que sentía con mucha pesadez inmediatamente puso su mano sobre su cabeza, ya que un dolor en esta se hizo rápidamente notorio.Ella se levantó y se dirigió al baño a asearse, se cepilló los dientes aún con el cansancio presente, se lavó la cara para tratar de ahuyentar ese cansancio,Cuando finalmente salió del baño buscó su teléfono que se encontraba en su cama entre las s
La luz del sol sobre el rostro de Hayami hizo que se despertara, esto era debido a que el día anterior olvidó cerrar la cortina debido a la compañía con la que llego a casa, se sentó sobre la cama su desnudez era cubierta por una sabana, miró aún el reloj despertador tirado sobre el suelo esa mañana ya no sonó lo que le hizo entender a Hayami que definitivamente se había averiado, solo sonrió un poco por lo que su pereza había provocado, frotó ligeramente sus ojos, se estiró como era costumbre en ella, volteó a su lado y vio al hombre dormido en la cama inmediatamente miró su reloj que estaba sobre su muñeca era con lo único que había quedado la noche anterior este marcaba las 8:00 de la mañana, se recostó nuevamente observando al hombre que aún permanecía dormido, con su dedo índice tocó el pecho del chico en
Hayami bajó sonriente de las escaleras se dirigió a la sala donde estaban sus padres tomando el té de la tarde.__ ¡Hija que hermosa te ves!Jazmín realizó el cumplido hacia su hija al contemplarla con un vestido de noche verde obscuro era sin ningún detalle brillante era un color liso el corte en "v" del pecho no era pronunciado y elentalle era en la cintura dejando la falta suelta, está llegaba hasta el suelo y tenía una abertura sobre su pierna izquierda, Hayami siempre había preferido vestidos de ese estilo que fuera un poco recatado, pero a la vez con sensualidad, sabía lo que un pequeño vistazo a una pierna podía provocar unas zapatillas negras adornaban sus pies.__ Gracias, mamá.__ Te ves muy bien hija.También alabó el padre de Hayami al admirar a su hija tan guapa, siempre que la miraba sentía un poco de nostalgia, ya que aquel cabello había sido heredado por su madre.__ Gracias papá.
Hayami miraba fijamente los ojos tan bellos de Noah así como él también miraba los de ella, una hermosa sonrisa adornaba los labios de él.Él tomaba sus manos no podía dejar de admirarla, lucía tan bella con ese vestido blanco, este era corto la parte delantera llegaba un poco más arriba de su rodilla y la parte trasera era ligeramente más larga, la parte del busto era un corte de corazón las tiras pasaban por sus hombros el vestido cubría su espalda y un tierno moño en la parte trasera sobresalía, las zapatillas del color del vestido la hacían lucir alta su cabello solo estaba atado con una media cola tan simple pero tan bello__ Bueno, procedamos a la firma.Hayami sujetó la pluma y firmó con decisión, al terminar ofreció la pluma a Noah que igual que el
ACTUALIDAD... Hayami disfrutaba de los brazos de Noah, sentir su calor era como una dulce adicción para ella, aún no entendía como podía amarlo de la manera en la que lo hacía, estaba consciente que de haberse ido en aquella ocasión quizás ambos continuarían con sus vidas superándose por qué así es la cruel vida, pero ese momento era una bendición por no ceder ante sus miedos por seguir lo que su corazón le decía sin importar el temor al futuro que estaba resultando ser hermoso. __ ¿Qué tanto piensa esa cabecita tan hermosa? Hayami sonrió. __ En lo cursi y lo pervertido que eres . __ han pasado varios años y aún no entiendes que no soy un pervertido. Él también sonrió. __ ¿Pero quién dijo que estuviera mal? La dulce sonrisa de Hayami se convirtió en una llena de deseo, algo que agradaba a Noah, él conocía perfectamente esa mirada porque era la misma que él tenía cuando desea perderse en los brazos de su esposa y no saber más nada del mundo. __¡vamos es hora de levantarnos! E
Hayami despertó un poco mareada, frotó sus ojos tratando de enfocar su vista, sentía que su cabeza daba mil vueltas, pensó que aún seguía un poco ebria por la cantidad de alcohol que había consumido una noche antes. Se sentó en la cama y una sabana blanca cubría sus senos que estaban desnudos. Inspeccionó con su mirada el cuarto donde se encontraba dándose cuenta de que claramente era una habitación de hotel, estiro un poco sus brazos, giró un poco su cuello, ya que sentía una ligera molestia, pero se detuvo de inmediato al ver al hombre dormido que estaba a su lado. Hayami observó su torso desnudo fijándose que tenía buenos pectorales, aunque inmediatamente pensó que había visto mejores, el cabello del chico era obscuro, ella lo recordaba castaño, pero aparentemente había estado muy ebria para recordarlo bien Se levantó de la cama sigilosamente recogió su vestido además de su ropa interior que estaba regada por la habitación, se vistió muy rápido, tomó su bolsa y salió de la habitació
Noah estaba listo justo 20 minutos antes de las 8:00 de la mañana. Subió nuevamente a su auto dirigiéndose a la empresa dónde su padre lo estaba esperando, ya que ese día le otorgaría la presidencia de la empresa familiar. Noah, había trabajado arduamente para merecer ese puesto. Noah Márquez Quivera, era el hijo mayor de José Antonio Márquez Rincón, uno de los empresarios más ricos de México, con una de las empresas tequileras más grande del país e internacionalmente. José Antonio había dirigido la empresa por 30 años y ese 2018 le daría la presidencia de la empresa ubicada en Nayarit, México a Noah, su hijo de 30 años. Noah había llegado a la empresa a tiempo y al hacerlo su secretaria Ariel, una mujer muy atractiva, alta y de cabello marrón obscuro, lo saludó. —Buenos días, señor. Su papá lo está esperando en la sala de juntas, me pidió que le informara una vez que llegara. — Buenos días, señorita, muchas gracias ahora voy. Al entrar Noah a la sala de juntas, su padre estaba s
Hayami vio al hombre con quien había estado una noche antes, ahora con la sobriedad podía ver con más detalle, miró su cabello negro con un corte moderno, sus ojos verdes claros que con la luz se apreciaban más que en la oscuridad de un club o una habitación de un hotel. El color de sus ojos resaltaba con su tez blanca, la altura de 1.87 era tal cual ella recordaba. Noah estaba vestido con un traje ejecutivo negro. Hayami se acercó a los 4 que estaban aún de pie, él la miraba con sorpresa e incredulidad. —Si me ves tanto me vas a desgastar. Dijo Hayami riendo. Esa situación le causaba mucha diversión, el ver el rostro atractivo de él, pero lleno de confusión. —Noah, ella es mi hermana, Hayami. Presentó Isabel. —Mucho gusto. Isabel no mencionó que tenía una hermana. Respondió Noah, extendiendo la mano como si fuera la primera vez que la veía. —Claramente, soy la innombrable de la familia. Hayami recibió el saludo de Noah, que aún estaba incrédulo de la situación tan poco inusual