Hayami entró al club y al estar dentro, se sentó en la barra e inmediatamente pidió un tequila. Bebió este de un solo trago. —Dame otro, por favor. Pidió al hombre que atendía la barra. Él le sirvió rápidamente el tequila que ella pidió, estaba a punto de tomar su trago cuando un hombre rubio se sentó a su lado mirándola, ella se percató de su presencia, pero lo ignoro. — ¿Vienes sola? Hayami lo miró, pero le señaló su odio con negativa. Ella trataba de decir que no lo escuchaba por la música, aunque estaba mintiendo, esa noche no quería lidiar con nadie. Él se acercó más a ella. —¿Qué si vienes sola? Él casi gritó para que ella lograra escucharla. —¡Ahhh, no! Vengo con mi novio solo que fue al baño. Ella señaló con el pulgar en dirección al baño. —Lástima. Contestó el rubio con una sonrisa traviesa. — Si lástima. Ella respondió sarcásticamente fingiendo una pequeña sonrisa. El chico se apartó de ella y cuando lo hizo por fin bebió su trago. Pidió nuevamente otro, cuando
Hayami despertó con mucha pereza, además con una buena resaca, pero sabía que era lunes y debía ir a la oficina, aunque tenía un cargo importante y podía faltar, si ella lo deseaba; no le gustaba faltar por culpa de una noche de fiesta, se levantó de la cama, se quitó la blusa larga con la que había dormido, se metió a duchar. Al salir se vistió con una camisa blanca manga larga y una falda negra recta pegada que llegaba por debajo de sus rodillas, se colocó unas zapatillas negras de meter, el cabello solo lo cepillo dejando sus ondulados sueltos, tomó sus lentes obscuros y su bolso salió de la habitación tratando de no hacer nada de ruido, no quería encontrarse con su hermana que evidentemente le llamaría la atención. Al salir de la casa miró al chófer familiar, se acercó a él y le pidió que la llevara a la oficina, ya que su carro había quedado en aquel lugar de la noche anterior. Noah despertó con un ligero dolor de cabeza, se preguntó si había sido por haber interrumpido su sueño
Ariel avisó a Noah que el taxi estaba esperando abajo, al escuchar esto él se levantó del asiento tomando las llaves del auto de Hayami, que esa mañana dejó sobre su escritorio y ella no se las había pedido. "Seguramente no lo recuerda, con eso que olvida todo" Dijo un poco molesto al meter las llaves dentro de su pantalón. Noah Salió de la oficina, vio a Ariel que lo miraba efectiva de algún alago, pero él solo le sonrió antes de entrar al ascensor. Al bajar y salir de la empresa tal como le dijo Ariel, el taxi estaba esperándolo, al subir a este Noah dio la dirección del lugar donde la noche anterior fue por Hayami. Después de algunos minutos de trayecto, Noah llegó a dónde estaba el auto de Hayami, bajó del taxi pagándole el viaje, caminó hacia el auto de Hayami introduciendo la llave a este que al abrir el auto sintió el aroma de ella, aparentemente le gustaba el perfume al sentirse la presencia de este aroma, pero este siempre era un aroma suave nada hostigoso suspiró, se su
Hayami llegó a su casa y al entrar subió rápidamente las escaleras, Isabel que se encontraba en la sala leyendo un libro, solo la miró pasar muy rápido para después escuchar la puerta de su habitación, retumbar por el golpe, Isabel dejó su libro en el sofá y subió a la habitación de Hayami; después de tocar y no tener respuesta abrió la puerta mirando a su hermana recostada en la cama con su antebrazo en sus ojos cerrados, mientras mordía su labio inferior. —¿Pasó algo en la oficina? Hayami no contestó. — ¿Qué pasó Hayami? Preguntó preocupada Isabel ante el silencio de Hayami. Hayami sacó su mano de su rostro y miró a Isabel que estaba de pie frente a ella. — ¿Qué pasa?... Que la vida me odia así de simple, que mi corazón es un traicionero por latir por alguien que lo destrozó sin remordimiento, sin consideración, que el destino juega conmigo primero haciendo que tuviera algo con Noah y ahora esto. — No entiendo. —Iván llegó hoy a la oficina. El rostro de Isabel se tornó más
Noah bajó de su auto, suspiró, sabiendo que Isabel lo estaba esperando. Al tocar la puerta, la empleada le abrió guiándolo hacia la sala donde estaba Isabel esperándolo. — Ho... — ¡¿Cómo que es tu amigo?! Isabel lo cuestionó de inmediato sin dejarlo siquiera saludar. Él se tocó la frente mientas bajaba la mirada. — Es un excompañero de la universidad, yo no sabía que era el ex de tu hermana. — El ex idiota que la dejó como un cobarde. —Bueno, lo que sea, tú nunca me dijiste el nombre. Noah se acercó a ella tomando asiento a un lado de Isabel. — Lo sé, discúlpame, nunca pensé que en este mundo tan grande ustedes dos se conocieran. —¿Cómo está tu hermana?, supe que salió temprano de la empresa. — No solo de la empresa, sino de la casa también. Él suspiró profundamente. —Conociéndola sé donde está o que está haciendo. —¡Oye! No sabía que tu hermana fuera pelirroja natural, pensé que se teñía el cabello, ¿Acaso es adoptada? No me sorprendería, ustedes son tan distintas. Is
Hugo estaba frente al padre de Isabel que lo miraba muy molesto. — Señor, me casaré con su hija. — No me queda más opción que aceptarlo. Respondió el hombre imponente, pero este miraba a su hija mayor Isabel tomó la mano de Hugo. — Me dijo Hayami que será en un mes, ¿no es así? Preguntó jazmín tranquilamente. —Así es mamá. Respondió temerosa Isabel. —¿Y dónde será la boda? Preguntó nuevamente el hombre sentado con los brazos cruzados. —Si me permiten opinar... Todos los preparativos de mi boda con su hija estaban casi listos, así que sin problema pueden casarse con todos esos arreglados. Opinó Noah que se encontraba sentado junto a Hayami, Isabel le había pedido que estuviera en esa reunión por Hugo porque ella temía por su padre. — Está bien, ya que no pondré ni un solo peso en esa boda. Dijo el padre de las chicas levantándose de su asiento y yéndose. Hayami sonrió por las caras incómodas de los demás. — Bueno hermana, tenemos que terminar con algunos pendientes de es
— ¿Te gustan? —¡Claro que si amor, están hermosos! Respondió emocionada la chica rubia mirando los anillos de alianza. — Sé que no son muy costosos, pero... —Eso no importa, lo importante es que nos amaremos por siempre. Ella lo abrazó dándole un tierno e inocente beso... —¿Hay alguien ahí? Movió la mano Noah frente a Hayami que lucía perdida mientras sostenía unos anillos. —Claro que estoy aquí, ¿qué no me ves? Respondió fastidiada. Los últimos días después de la llegada de Iván, sus recuerdos regresaban como armas que no perforaban su corazón, sino su orgullo, hacía que se sintiera estúpida. —¿Cómo ves estos? Preguntó Noah sin tener idea de lo que pasaba por la mente de ella. — Si me parecen muy bien, están muy lindos ... Eh, ¿por cierto que hiciste con el anillo de compromiso que le darías a mi hermana? — Lo guardé, ¿por qué? ¿Lo quieres? Si es así, puedo dártelo. Ella apretó su tabique con sus dedos. — Eres un inmaduro, ¿te lo han dicho? —Ya lo sé. El río, ell
Iván introdujo la llave y al abrir esa enorme puerta, ambos entraron; el lugar se encontraba un poco oscuro, él se acercó a un apagador para encender las luces del lugar. —¿Cuándo piensas abrir el lugar? Hayami cuestionó mirando a Iván. — En dos semanas calculo más o menos, aún me faltan algunas cosas. Hayami caminó un poco por el lugar observándolo, esté lucia muy bien. — Es lo que veo. Iván tomó suavemente la mano de Hayami que se sorprendió al sentirlo, pero solo lo observó extrañada, aun así no apartó la mano de la de él, Iván sentó a Hayami en la barra mientras caminaba hacia atrás de la barra. — Dígame, señorita, ¿qué desea tomar? — Venimos a trabajar, ¿no? Iván sonrió ligeramente. Esa sonrisa tan atrayente que en el pasado siempre hacía que ella cediera ante él, Hayami colocó su bolso en la barra. —¿Qué me recomienda? Ella recargó sus codos en la barra siguiendo el juego de Iván. —Para esta dulce dama, algo muy suave. Hayami comenzó a reír. —No, dame algo más fuert