Hugo estaba frente al padre de Isabel que lo miraba muy molesto. — Señor, me casaré con su hija. — No me queda más opción que aceptarlo. Respondió el hombre imponente, pero este miraba a su hija mayor Isabel tomó la mano de Hugo. — Me dijo Hayami que será en un mes, ¿no es así? Preguntó jazmín tranquilamente. —Así es mamá. Respondió temerosa Isabel. —¿Y dónde será la boda? Preguntó nuevamente el hombre sentado con los brazos cruzados. —Si me permiten opinar... Todos los preparativos de mi boda con su hija estaban casi listos, así que sin problema pueden casarse con todos esos arreglados. Opinó Noah que se encontraba sentado junto a Hayami, Isabel le había pedido que estuviera en esa reunión por Hugo porque ella temía por su padre. — Está bien, ya que no pondré ni un solo peso en esa boda. Dijo el padre de las chicas levantándose de su asiento y yéndose. Hayami sonrió por las caras incómodas de los demás. — Bueno hermana, tenemos que terminar con algunos pendientes de es
— ¿Te gustan? —¡Claro que si amor, están hermosos! Respondió emocionada la chica rubia mirando los anillos de alianza. — Sé que no son muy costosos, pero... —Eso no importa, lo importante es que nos amaremos por siempre. Ella lo abrazó dándole un tierno e inocente beso... —¿Hay alguien ahí? Movió la mano Noah frente a Hayami que lucía perdida mientras sostenía unos anillos. —Claro que estoy aquí, ¿qué no me ves? Respondió fastidiada. Los últimos días después de la llegada de Iván, sus recuerdos regresaban como armas que no perforaban su corazón, sino su orgullo, hacía que se sintiera estúpida. —¿Cómo ves estos? Preguntó Noah sin tener idea de lo que pasaba por la mente de ella. — Si me parecen muy bien, están muy lindos ... Eh, ¿por cierto que hiciste con el anillo de compromiso que le darías a mi hermana? — Lo guardé, ¿por qué? ¿Lo quieres? Si es así, puedo dártelo. Ella apretó su tabique con sus dedos. — Eres un inmaduro, ¿te lo han dicho? —Ya lo sé. El río, ell
Iván introdujo la llave y al abrir esa enorme puerta, ambos entraron; el lugar se encontraba un poco oscuro, él se acercó a un apagador para encender las luces del lugar. —¿Cuándo piensas abrir el lugar? Hayami cuestionó mirando a Iván. — En dos semanas calculo más o menos, aún me faltan algunas cosas. Hayami caminó un poco por el lugar observándolo, esté lucia muy bien. — Es lo que veo. Iván tomó suavemente la mano de Hayami que se sorprendió al sentirlo, pero solo lo observó extrañada, aun así no apartó la mano de la de él, Iván sentó a Hayami en la barra mientras caminaba hacia atrás de la barra. — Dígame, señorita, ¿qué desea tomar? — Venimos a trabajar, ¿no? Iván sonrió ligeramente. Esa sonrisa tan atrayente que en el pasado siempre hacía que ella cediera ante él, Hayami colocó su bolso en la barra. —¿Qué me recomienda? Ella recargó sus codos en la barra siguiendo el juego de Iván. —Para esta dulce dama, algo muy suave. Hayami comenzó a reír. —No, dame algo más fuert
Hayami se recostó en su cama quitándose todos los collares, después se levantó de su cama y se miró al espejo, tocó sus labios, rápidamente buscó una toalla húmeda para quitarse la sensación de los labios de Iván, podía entender y comprobar que lo que una vez sintió por él era cosa del pasado aunque tampoco negaba que sus labios eran tal cual los recordaba. Decidió meterse a duchar, al terminar se vistió con una pijama y aunque aún no era de noche, quiso estar el resto del día en cama. "¿Qué querría Noah?, ya no me dijo nada" Se le vino ese pensamiento a su cabeza, realmente se había molestado mucho que no dudó en dejarlo con la palabra en la boca. Tomó su celular para marcar a la extensión de la oficina de Noah. Después de algunos tonos de llamada, por fin contestó Ariel que al escuchar que era Hayami su tono cambió a uno más apático. — Dígame. —¿Podrías pasarme al Jefe, por favor? Respondió educadamente Hayami a pesar del tono de Ariel. —Ahora no puede está en una llamada co
Hayami sintió cómo la sacudían en su cama, al abrir los ojos miró un poco borrosa la imagen de su hermana, su rostro lucia un poco molesto. — Ya sé, ya sé, ahora me doy una ducha superrápida. —Eres muy dormilona. Cruzó las manos Isabel mientras miraba a su hermana pararse de la cama con demasiada pereza. —Es domingo, día de descanso. __ Sí, pero son las 10:00 de la mañana, hermana ya dormiste suficiente. Hayami se detuvo un segundo y llegó a su mente, Iván, con el que tenía una "cita" esa tarde, hizo una mueca de disgusto. —No tardaré, lo prometo. —Está bien, te espero abajo. Isabel salió de la habitación de su hermana, Hayami se dio un baño rápido tal como lo había prometido, se puso un short negro con una blusa negra también, se colocó unas sandalias bajitas con pedrería, finalmente salió de su habitación y al bajar miró a Isabel. — Vámonos, ya estoy lista. Isabel sonrió y tomó su bolso levantándose del sofá. Ambas chicas salieron de la casa, Hayami subió a su auto e Isabe
Hayami miró su reloj que tenía en la muñeca y se levantó del pequeño escritorio que tenía en su habitación, levantó de la mesa nuevamente sus llaves y bajó las escaleras, pero antes de salir la madre de esta la detuvo. —Hija, ¿A dónde vas? —Saldré mamá con ... Pensó que si le decía que saldría con el hombre que la había dejado plantada y que había convertido en objeto de burla a su familia, se enojaría al extremo. — Con una amiga. Terminó la frase Hayami mientras jugaba con sus manos la llave de su auto. —¿Vendrás a cenar? —Mmm, sí, yo creo que sí. — Invite a Noah, es un buen chico, además después de lo que tu hermana le hizo estoy muy apenada con él. —Sí, claro, mamá. Dijo burlonamente Hayami. —Bueno, te veo en la noche. Jazmín se acercó a su hija y le dio un beso en la frente. — Sí, mami, te veo más tarde. Hayami salió de la casa. Al subir a su auto se dirigió a Braulio\'s que era un restaurante, estacionó su auto en la acera y al salir suspiró, se dirigió a la entra
La cena salió perfecta, muy amena, entre Hayami y Noah hubo algunas rencillas muy comunes entre ellos, que nadie sospecharía lo que había pasado unos minutos antes, a pesar de que los padres de las dos chicas estuvieran en desacuerdo con la decisión de Isabel ya lo habían aceptado, no había nada más que hacer. Al término de la cena, Noah se despidió de todos, Hayami subió a su habitación y se tiró sobre la cama, como era su costumbre, trataba de darse ánimos sobre la decisión que horas antes había tomado. "¿Qué puede salir mal?" Se dijo a sí misma... —Se ve muy bonita, como siempre Lic. Se escuchó decir a Angélica mientras miraba a Hayami con el vestido en color naranja obscuro con mangas largas, el largo del vestido era hasta el suelo, pero tenía una abertura en un costado de la pierna izquierda, el escote del pecho era en "v" dejando ver un poco de su busto. — Si me gusta, me lo llevaré, dime, ¿ya elegiste el tuyo? — ¿Yo? No se preocupe yo ... —Elige el que tú quieras, yo te l
Hayami sonrió ligeramente y colocó un mechón de su cabello rojo detrás de su oreja, bebió un sorbo del vino que tenía entre sus manos, era un buen vino en sus años de vivir alcoholizada, había aprendido de los buenos vinos y de los buenos tragos. — ¿Hayami? Iván la miró a los ojos con un ligero brillo. —Mmm. Respondió ella tratando de evadir la mirada de Iván, que en el pasado la derretía, pero en la actualidad cada vez que lo miraba le traía recuerdos amargos. — Te amo. Las palabras de Iván llegaron a los oídos de ella recorriendo todo su ser. Ella comenzó a reír como si de una broma se tratara el momento que estaba viviendo le parecía muy cómico, él se acercó más a ella y la besó con dulzura, le quitó la copa que ella tenía para dejarla sobre una mesa de centro, al dejar la copa volvió hacia ella para besarla de nuevo, acarició su pierna, los besos recorrían su cuello, ella cerró sus ojos mientras lo abrazaba por el cuello. Reclinó su cabeza sobre el sillón, su cabello caía co