Hayami se recostó en su cama quitándose todos los collares; después se levantó de su cama y se miró al espejo, tocó sus labios, rápidamente buscó una toalla húmeda para quitarse la sensación de los labios de Iván. Podía entender y comprobar que lo que una vez sintió por él era cosa del pasado, aunque tampoco negaba que sus labios eran tal cual los recordaba.Decidió meterse a duchar; al terminar, se vistió con una pijama y, aunque aún no era de noche, quiso estar el resto del día en cama."¿Qué querría Noah? Ya no me dijo nada".Se le vino ese pensamiento a su cabeza; realmente se había molestado mucho que no dudó en dejarlo con la palabra en la boca. Tomó su celular para marcar la extensión de la oficina de Noah. Después de algunos tonos de llamada, por fin contestó Ariel que, al escuchar que era Hayami, su tono cambió a uno más apático.—Dígame.—¿Podrías pasarme al Jefe, por favor?Respondió educadamente Hayami, a pesar del tono de Ariel.—Ahora no puede estar en una llamada con su
Hayami sintió cómo la sacudían en su cama. Al abrir los ojos, miró un poco borrosa la imagen de su hermana; su rostro lucía un poco molesto.—Ya sé, ya sé, ahora me doy una ducha súper rápida.—Eres muy dormilona.Cruzó los brazos. Isabel, mientras miraba a su hermana pararse de la cama con demasiada pereza.—Es domingo, día de descanso.—Sí, pero son las 10:00 de la mañana, hermana, ya dormiste suficiente.Hayami se detuvo un segundo y llegó a su mente. Iván, con el que tenía una "cita" esa tarde, hizo una mueca de disgusto.—No tardaré, lo prometo.—Está bien, te espero abajo.Isabel salió de la habitación de su hermana. Hayami se dio un baño rápido tal como lo había prometido. Se puso un short negro con una blusa negra también, se colocó unas sandalias bajitas con pedrería y, finalmente, salió de su habitación y, al bajar, miró a Isabel.—Vámonos, ya estoy lista.Isabel sonrió y tomó su bolso levantándose del sofá. Ambas chicas salieron de la casa; Hayami subió a su auto e Isabel se
Hayami miró su reloj que tenía en la muñeca y se levantó del pequeño escritorio que tenía en su habitación, levantó de la mesa nuevamente sus llaves y bajó las escaleras, pero antes de salir, la madre de esta la detuvo.—Hija, ¿a dónde vas?—Saldré, mamá, con...Pensó que si le decía que saldría con el hombre que la había dejado plantada y que había convertido en objeto de burla a su familia, se enojaría al extremo.—Con una amiga.Terminó la frase Hayami mientras jugaba con sus manos la llave de su auto.—¿Vendrás a cenar?—Mmm, sí, yo creo que sí.—Invité a Noah, es un buen chico, además después de lo que tu hermana le hizo, estoy muy apenada con él.—Sí, claro, mamá.Dijo burlonamente Hayami.—Bueno, te veo en la noche.Jazmín se acercó a su hija y le dio un beso en la frente.—Sí, mami, te veo más tarde.Hayami salió de la casa. Al subir a su auto, se dirigió a Braulio's, que era un restaurante, estacionó su auto en la acera y al salir suspiró. Se dirigió a la entrada del restauran
La cena salió perfecta, muy amena. Entre Hayami y Noah hubo algunas rencillas muy comunes entre ellos, que nadie sospecharía lo que había pasado unos minutos antes. A pesar de que los padres de las dos chicas estuvieran en desacuerdo con la decisión de Isabel, ya lo habían aceptado. No había nada más que hacer. Al término de la cena, Noah se despidió de todos. Hayami subió a su habitación y se tiró sobre la cama. Como era su costumbre, trataba de darse ánimos sobre la decisión que horas antes había tomado."¿Qué puede salir mal?"Se dijo a sí misma...—Se ve muy bonita, como siempre, Lic.Se escuchó decir a Angélica mientras miraba a Hayami con el vestido en color naranja oscuro con mangas largas. El largo del vestido era hasta el suelo, pero tenía una abertura en un costado de la pierna izquierda. El escote del pecho era en "v", dejando ver un poco de su busto.—Si me gusta, me lo llevaré. Dime, ¿ya elegiste el tuyo?—¿Yo? No se preocupe, yo ...—Elige el que tú quieras, yo te lo comp
Hayami sonrió ligeramente y colocó un mechón de su cabello rojo detrás de su oreja, y bebió un sorbo del vino que tenía entre sus manos. Era un buen vino en sus años de vivir alcoholizada; había aprendido de los buenos vinos y de los buenos tragos.—¿Hayami?Iván la miró a los ojos con un ligero brillo.—Mmm.Respondió ella tratando de evadir la mirada de Iván, que en el pasado la derretía, pero en la actualidad, cada vez que lo miraba, le traía recuerdos amargos.—Te amo.Las palabras de Iván llegaron a los oídos de ella recorriendo todo su ser.Ella comenzó a reír como si se tratara de una broma . El momento que estaba viviendo le parecía muy cómico. Él se acercó más a ella y la besó con dulzura, le quitó la copa que ella tenía para dejarla sobre una mesa de centro. Al dejar la copa, volvió hacia ella para besarla de nuevo. Acarició su pierna; los besos recorrían su cuello. Ella cerró sus ojos mientras lo abrazaba por el cuello. Reclinó su cabeza sobre el sillón, su cabello caía como
Hayami miró a Isabel vestida de novia, lucía muy hermosa , estaba muy feliz por su hermana.— Te ves hermosa hermanita.—¿Tú crees ?—¡ Claro que sí ! ¡Preciosa! , qué mala suerte para Noah que no se casó contigo .Hayami comenzó a reír con malicia.— Aún me siento mal por él, no te burles de él, ya te he dicho que es un buen chico.— Pues no me agrada mucho , digo, no lo odio, pero no sé .— Es por qué no te has dado la oportunidad de conocerlo Es un hombre muy respetuoso, además de tener un buen corazón.—Bueno, dejemos de hablar de él, suficiente con verlo todos los días, ahora la importante eres tú .Hayami miró su reloj.—Vamos , se nos está haciendo tarde para ir a la iglesia.Hayami sujetó el velo de Isabel y ambas salieron de la habitación. Al bajar, los padres de ambas estaban esperándola.— Si llegan a preguntar de dónde es tu novio, diremos que...—¡ Papá, ahora no es hora de eso ! Di lo que quieras del novio de Isabel lo que más te beneficie, pero dejala disfrutar de este d
Angélica y Carolina se sentaron junto a Hayami. — ¿Te pasa algo?Preguntó Carolina.—¡Por Dios, qué afán de preguntarme de qué si me pasa algo! No es así.— Estás muy pensativa.—No. Solo estoy analizando mi próxima jugada.—¿Jugada? No entiendo.Frunció el ceño Carolina.— Son cosas mías.Dijo Hayami mientras le sonreía a las dos chicas.Hayami se levantó de su asiento, haló de la mano a Angélica que estaba tomando un poco de agua, la haló hacia la pista. Carolina las siguió.—¡Divertamonos!Las tres chicas bailaron algunas piezas de música. Ya estaban exhaustas, así que decidieron tomar nuevamente asiento. Hayami apartó la bolsa de su mesa y se dirigió hacia donde estaba su hermana con su ahora esposo.—¡Felicidades, hermanita, por tu matrimonio!—Todo es gracias a ti; a mí me faltó el valor para sobreponerme.—No digas eso. Respondió Hayami.—Tengo dos obsequios para ustedes.—No, cómo crees. Lo que has hecho es suficiente.—Para mí es un supergusto.Hayami sacó dos sobres y se lo
Hayami se despertó en su cama. Era domingo por la mañana. Después de haber estado con Iván la noche anterior, se sentía sin ánimos de nada. Al revisar su teléfono, vio un mensaje de Iván.IVÁN:"Lo de anoche fue genial".Hayami cerró el mensaje y arrojó el celular hacia el suelo, fastidiada, y volvió a cerrar sus ojos para dormir un rato más.Después de una hora más de sueño, ella nuevamente despertó, pero esta vez se levantó de la cama y caminó hacia el celular que seguía en el mismo sitio donde lo había arrojado. Al recogerlo, se percató de que se había roto la pantalla, lo dejó sobre su buró y salió de la habitación donde, al bajar al comedor, estaba su madre ya despierta.—Buenos días, hija.—Buenos días, mamá, regresaron tarde anoche o mejor dicho, hoy.—Si no todos los días se casa una de tus hijas, ya solo quedas tú. Una de las empleadas sirvió una taza de café a Hayami.—Sabes lo que pienso del matrimonio.—No por tu mala experiencia significa que no te casarás.Hayami no cont