Hayami llegó a su casa y al entrar subió rápidamente las escaleras, Isabel que se encontraba en la sala leyendo un libro, solo la miró pasar muy rápido para después escuchar la puerta de su habitación, retumbar por el golpe, Isabel dejó su libro en el sofá y subió a la habitación de Hayami; después de tocar y no tener respuesta abrió la puerta mirando a su hermana recostada en la cama con su antebrazo en sus ojos cerrados, mientras mordía su labio inferior. —¿Pasó algo en la oficina? Hayami no contestó. — ¿Qué pasó Hayami? Preguntó preocupada Isabel ante el silencio de Hayami. Hayami sacó su mano de su rostro y miró a Isabel que estaba de pie frente a ella. — ¿Qué pasa?... Que la vida me odia así de simple, que mi corazón es un traicionero por latir por alguien que lo destrozó sin remordimiento, sin consideración, que el destino juega conmigo primero haciendo que tuviera algo con Noah y ahora esto. — No entiendo. —Iván llegó hoy a la oficina. El rostro de Isabel se tornó más
Noah bajó de su auto, suspiró, sabiendo que Isabel lo estaba esperando. Al tocar la puerta, la empleada le abrió guiándolo hacia la sala donde estaba Isabel esperándolo. — Ho... — ¡¿Cómo que es tu amigo?! Isabel lo cuestionó de inmediato sin dejarlo siquiera saludar. Él se tocó la frente mientas bajaba la mirada. — Es un excompañero de la universidad, yo no sabía que era el ex de tu hermana. — El ex idiota que la dejó como un cobarde. —Bueno, lo que sea, tú nunca me dijiste el nombre. Noah se acercó a ella tomando asiento a un lado de Isabel. — Lo sé, discúlpame, nunca pensé que en este mundo tan grande ustedes dos se conocieran. —¿Cómo está tu hermana?, supe que salió temprano de la empresa. — No solo de la empresa, sino de la casa también. Él suspiró profundamente. —Conociéndola sé donde está o que está haciendo. —¡Oye! No sabía que tu hermana fuera pelirroja natural, pensé que se teñía el cabello, ¿Acaso es adoptada? No me sorprendería, ustedes son tan distintas. Is
Hugo estaba frente al padre de Isabel que lo miraba muy molesto. — Señor, me casaré con su hija. — No me queda más opción que aceptarlo. Respondió el hombre imponente, pero este miraba a su hija mayor Isabel tomó la mano de Hugo. — Me dijo Hayami que será en un mes, ¿no es así? Preguntó jazmín tranquilamente. —Así es mamá. Respondió temerosa Isabel. —¿Y dónde será la boda? Preguntó nuevamente el hombre sentado con los brazos cruzados. —Si me permiten opinar... Todos los preparativos de mi boda con su hija estaban casi listos, así que sin problema pueden casarse con todos esos arreglados. Opinó Noah que se encontraba sentado junto a Hayami, Isabel le había pedido que estuviera en esa reunión por Hugo porque ella temía por su padre. — Está bien, ya que no pondré ni un solo peso en esa boda. Dijo el padre de las chicas levantándose de su asiento y yéndose. Hayami sonrió por las caras incómodas de los demás. — Bueno hermana, tenemos que terminar con algunos pendientes de es
— ¿Te gustan? —¡Claro que si amor, están hermosos! Respondió emocionada la chica rubia mirando los anillos de alianza. — Sé que no son muy costosos, pero... —Eso no importa, lo importante es que nos amaremos por siempre. Ella lo abrazó dándole un tierno e inocente beso... —¿Hay alguien ahí? Movió la mano Noah frente a Hayami que lucía perdida mientras sostenía unos anillos. —Claro que estoy aquí, ¿qué no me ves? Respondió fastidiada. Los últimos días después de la llegada de Iván, sus recuerdos regresaban como armas que no perforaban su corazón, sino su orgullo, hacía que se sintiera estúpida. —¿Cómo ves estos? Preguntó Noah sin tener idea de lo que pasaba por la mente de ella. — Si me parecen muy bien, están muy lindos ... Eh, ¿por cierto que hiciste con el anillo de compromiso que le darías a mi hermana? — Lo guardé, ¿por qué? ¿Lo quieres? Si es así, puedo dártelo. Ella apretó su tabique con sus dedos. — Eres un inmaduro, ¿te lo han dicho? —Ya lo sé. El río, ell
Iván introdujo la llave y al abrir esa enorme puerta, ambos entraron; el lugar se encontraba un poco oscuro, él se acercó a un apagador para encender las luces del lugar. —¿Cuándo piensas abrir el lugar? Hayami cuestionó mirando a Iván. — En dos semanas calculo más o menos, aún me faltan algunas cosas. Hayami caminó un poco por el lugar observándolo, esté lucia muy bien. — Es lo que veo. Iván tomó suavemente la mano de Hayami que se sorprendió al sentirlo, pero solo lo observó extrañada, aun así no apartó la mano de la de él, Iván sentó a Hayami en la barra mientras caminaba hacia atrás de la barra. — Dígame, señorita, ¿qué desea tomar? — Venimos a trabajar, ¿no? Iván sonrió ligeramente. Esa sonrisa tan atrayente que en el pasado siempre hacía que ella cediera ante él, Hayami colocó su bolso en la barra. —¿Qué me recomienda? Ella recargó sus codos en la barra siguiendo el juego de Iván. —Para esta dulce dama, algo muy suave. Hayami comenzó a reír. —No, dame algo más fuert
Hayami se recostó en su cama quitándose todos los collares, después se levantó de su cama y se miró al espejo, tocó sus labios, rápidamente buscó una toalla húmeda para quitarse la sensación de los labios de Iván, podía entender y comprobar que lo que una vez sintió por él era cosa del pasado aunque tampoco negaba que sus labios eran tal cual los recordaba. Decidió meterse a duchar, al terminar se vistió con una pijama y aunque aún no era de noche, quiso estar el resto del día en cama. "¿Qué querría Noah?, ya no me dijo nada" Se le vino ese pensamiento a su cabeza, realmente se había molestado mucho que no dudó en dejarlo con la palabra en la boca. Tomó su celular para marcar a la extensión de la oficina de Noah. Después de algunos tonos de llamada, por fin contestó Ariel que al escuchar que era Hayami su tono cambió a uno más apático. — Dígame. —¿Podrías pasarme al Jefe, por favor? Respondió educadamente Hayami a pesar del tono de Ariel. —Ahora no puede está en una llamada co
Hayami sintió cómo la sacudían en su cama, al abrir los ojos miró un poco borrosa la imagen de su hermana, su rostro lucia un poco molesto. — Ya sé, ya sé, ahora me doy una ducha superrápida. —Eres muy dormilona. Cruzó las manos Isabel mientras miraba a su hermana pararse de la cama con demasiada pereza. —Es domingo, día de descanso. __ Sí, pero son las 10:00 de la mañana, hermana ya dormiste suficiente. Hayami se detuvo un segundo y llegó a su mente, Iván, con el que tenía una "cita" esa tarde, hizo una mueca de disgusto. —No tardaré, lo prometo. —Está bien, te espero abajo. Isabel salió de la habitación de su hermana, Hayami se dio un baño rápido tal como lo había prometido, se puso un short negro con una blusa negra también, se colocó unas sandalias bajitas con pedrería, finalmente salió de su habitación y al bajar miró a Isabel. — Vámonos, ya estoy lista. Isabel sonrió y tomó su bolso levantándose del sofá. Ambas chicas salieron de la casa, Hayami subió a su auto e Isabe
Hayami miró su reloj que tenía en la muñeca y se levantó del pequeño escritorio que tenía en su habitación, levantó de la mesa nuevamente sus llaves y bajó las escaleras, pero antes de salir la madre de esta la detuvo. —Hija, ¿A dónde vas? —Saldré mamá con ... Pensó que si le decía que saldría con el hombre que la había dejado plantada y que había convertido en objeto de burla a su familia, se enojaría al extremo. — Con una amiga. Terminó la frase Hayami mientras jugaba con sus manos la llave de su auto. —¿Vendrás a cenar? —Mmm, sí, yo creo que sí. — Invite a Noah, es un buen chico, además después de lo que tu hermana le hizo estoy muy apenada con él. —Sí, claro, mamá. Dijo burlonamente Hayami. —Bueno, te veo en la noche. Jazmín se acercó a su hija y le dio un beso en la frente. — Sí, mami, te veo más tarde. Hayami salió de la casa. Al subir a su auto se dirigió a Braulio\'s que era un restaurante, estacionó su auto en la acera y al salir suspiró, se dirigió a la entra