Salimos media hora tarde, sin embargo, Lisandro no deja de sonreír. Yo me maquillé para que no se me noten las marcas y mis hijos no se preocupen. Aunque también lo hice por él, cuando ve lo que Paul me hizo se pone mal.Durante el vuelo duermo, mientras él trabaja desde su computadora. Aun así, no se separa de mí ni por un momento. Siento su mano acariciarme cada tanto, mientras duermo. Aun así, no sé qué me pasa que al estar con él no puedo dejar de pensar en la primera vez que estuve con alguien. Paul fue tan dulce como Lisandro, sin embargo, cuando volví a estar con él ya no pudo hacerme sentir nada.Otra de las cosas que no comprendo es quien se supone que es la chica que le gustaba. Si no es la hermana de Paul, ¿de quién se enamoró Lisandro en el pasado? Es extraño, yo estuve embarazada después de estar con Paul y su hermana después de estar con Lisandro. ¿Por qué esa coincidencia no me cierra? Necesito averiguar más sobre Paula.—¿Estás despierta? —me pregunta Lisandro cuando c
He recibido bombardeo de información sobre la enamorada de Lisandro. Al principio me decía a mí misma que no era posible. Sobre todo, porque Paula parecía ser esa chica. Pero después de lo que me contó él en su habitación de hotel y las cosas que he escuchado hoy de boca de su propia familia, no puedo seguir con esto. Necesito que Lisandro me diga cómo se llama la chica que lo enamoró cuando era joven, la que lo dejó completamente obnubilado. —¿Es necesario que diga su nombre? —pregunta, pero no puedo verlo, ya que apoya su mentón en mi cabeza y me tiene abrazada—. Eres una mujer inteligente y perspicaz. ¿Cómo es que aún no te has dado cuenta? —Necesito escucharlo de tu boca —reclamo nerviosa. Si dice otro nombre me sentiré una tonta. —Kiara, tú me gustaste desde el primer día que te vi al lado de mi hermana —dice Lisandro y siento que voy a desmayarme. Recién después de escucharlo decir eso me doy cuenta de que sus exesposas se parecen a mí. En sus gestos y su manera de hablar, en
La madrastra de Lisandro, Tania, hizo que nos dieran una habitación especial para que él y yo pudiéramos dormir juntos si lo deseábamos y a la vez que los niños no se dieran cuenta. De solo pensarlo me siento avergonzada. No puedo creer que lograra preparar los dormitorios tan rápido, no estuvimos mucho en la oficina esa.—Tu familia es… —digo y me detengo.—Lo sé. Es distinta a cualquier otra —responde y me abraza—. Disculpa a Clara, tiene periodos en los que se comporta como una niña mimada. Cada vez que su esposo y ella se separan se vuelve insoportable.—¿Cuántas hermanas tienes? —pregunto y él sonríe.—Hoy conocerás a todas —me indica y después de apartarlo de mí, suspira—. Mi familia no es típica. Mi progenitor se casó joven y tuvo a Clara con su esposa, pero resulta que ella no es su hija. Él la crio junto a su esposa sin importarle eso. Por otro lado, mi padrastro es hermano de Clara. Ya que el hombre con el que estuvo la esposa de mi padre biológico es el padre de mi padrastr
—Buenas noches —le digo a Amanda, la hermanastra de Lisandro, la cual lleva un bello vestido verde.—Es un placer conocerte al fin, Kiara. Alma siempre habla de ti —me dice la mujer de cabello oscuro que se encuentra al lado de su esposo.—Bienvenida a la familia —me dice Zack Sergey, marido de Amanda.Lisandro me explicó que su padre biológico, el señor Li, se casó con Tania cuando esta ya tenía a Amanda. Y que tampoco es hija de Tania, sino que la adoptó cuando tenía diez años, con su anterior pareja. Esta familia cada vez me sorprende más.—Muchas gracias, espero poder adaptarme. Esta fiesta es enorme —digo y Amanda sonríe.—Tranquila, todos aquí son de nuestra entera confianza y te tratarán bien —me asegura Amanda.—Menos Clara, a ella no le prestes atención —me dice Zack, el hombre de cabello rubio y ojos claros se muestra muy animado—. Tendremos que huir de ella.Lo que dice Zack me hace gracia hasta que veo a Clara en la otra punta de la fiesta. Amanda la ve y suspira.—No es m
Voy a asesinar a mi hermana. Obligó a Kiara a tomar alcohol después de casi veinte años que ella no lo hace. Está tratando de forzar las cosas entre Kiara y yo, y lo que menos necesito en este momento es presionarla para que esté conmigo. Sin embargo, me ha dicho algo que me ha dejado en shock. Si bien no recuerdo lo que pasó ese día en la fiesta, a la vez hay unas frases que me han perseguido durante todos estos años. La chica con la que estuve estaba disfrazada y tenía mucho maquillaje en el rostro, se había hecho un bello diseño del día de los muertos.—No voy a hacerlo contigo estando ebria —le dije a esa chica, mientras entrábamos a uno de los cuartos vacíos, las luces estaban apagadas y casi no podía ver su figura. —¿Por qué no? Yo quiero, y te quiero mucho —me reclamó ella. Muchas chicas me habían declarado su amor, pero no sé por qué escucharlo de su boca me hizo recordarlo a lo largo de los años pese a lo ebrio que estaba esa noche. —Tienes mi permiso para hacer lo que s
Despierto con un dolor de cabeza que me está matando cuando veo a Alma entrar a mi dormitorio. Miro mi cuerpo, tengo puesto el pijama. ¿En qué momento me cambié la ropa? No recuerdo casi nada después de que ella y yo comenzamos a hablar y a beber. Trato de hacer memoria y fragmentos de la conversación que tuve con Lisandro aparecen en mi cabeza.—Tienes mi permiso para hacer lo que sea. —No quiero dormir, quiero hacer el amor contigo. —Te amaba, aún te amo. Siento que voy a morir de la vergüenza. Miro a Alma y le pego en el hombro.—¿Cómo pudiste hacerme beber tanto? —le reclamo.—Lo siento, es que los mozos están acostumbrados a llenarme la copa —dice y me sonrojo—. Hicieron el amor con mi hermano, ¿por eso te avergüenzas?—¡Qué! —digo a los gritos y me toco el cuerpo—. No hicimos nada.No me gustaría tener mi primera vez con Lisandro y no recordarla. Me haría quedar muy mal con él. Sobre todo, por cómo lo provoqué estando ebria.—Tranquila, mi hermano te quiere, pero no estaría
—¿Qué es lo que está ocurriendo? —pregunta Lisandro que acaba de aparecer en el pasillo.—Esta mujer, estaba con una cámara en mi dormitorio. Quiero que el abuelo determine si es una espía —reclama Lisandra.—Suéltenla —pide Lisandro y luego mira al guardaespaldas de su hija—. Por favor, guía a la señorita Montiel a la sala. Su manera de actuar me deja atónita, parece estar molesto. Solo salgo, seguida por ese guardia que me devuelve mi teléfono, hasta llegar a donde al fin veo a mis hijos. Los abrazo, y les pregunto si tienen sus móviles encima.—Los dejamos cargando en mi habitación —dice Arthur, les muestro el mío y donde me figuran.—Fui ahí, pero no era su dormitorio —aseguro, y cuando mi hijo ve la pantalla, me explica que en realidad es ahí, solo que ellos están en la planta baja y esa habitación es del primer piso.—Ven, vamos para que las veas bien —dice Philippe y me llevan. Gracias al cielo el guardia no nos sigue.Cuando entro a uno de los cuartos, noto que todo es modern
—Lamento mucho el malentendido —le digo a Lisandro, mientras se acercan para servirnos la comida.—No te preocupes, mi hija está pasando por una adolescencia difícil y si sumamos a que está celosa de ti se vuelve caótica —me comenta, mientras se da vuelta para agradecer cuando le sirven la comida.—¿Celosa? —pregunto entre susurros, mientras me sirven a mí.—Al parecer se enteró de que papá había traído a una amiga, y pese a que no me habla hace unos meses decidió aparecer en la fiesta —comenta él y pide que le sirvan agua, parece bastante desanimado—. No te preocupes, yo era igual a su edad. Solo que soy hombre, si sumamos mi temperamento y las hormonas femeninas todo se vuelve un caos.—¿Te ocurre algo más? —le pregunto al notar que no es capaz de sonreír ni mirarme a la cara.—Mañana tengo que viajar para resolver unos asuntos, así que no estaré de regreso hasta el treinta de diciembre —me indica, y dudo si contarle que debo ir a Argentina.—¿Puedo saber a dónde vas? —le pregunto a