—Buenas noches —le digo a Amanda, la hermanastra de Lisandro, la cual lleva un bello vestido verde.—Es un placer conocerte al fin, Kiara. Alma siempre habla de ti —me dice la mujer de cabello oscuro que se encuentra al lado de su esposo.—Bienvenida a la familia —me dice Zack Sergey, marido de Amanda.Lisandro me explicó que su padre biológico, el señor Li, se casó con Tania cuando esta ya tenía a Amanda. Y que tampoco es hija de Tania, sino que la adoptó cuando tenía diez años, con su anterior pareja. Esta familia cada vez me sorprende más.—Muchas gracias, espero poder adaptarme. Esta fiesta es enorme —digo y Amanda sonríe.—Tranquila, todos aquí son de nuestra entera confianza y te tratarán bien —me asegura Amanda.—Menos Clara, a ella no le prestes atención —me dice Zack, el hombre de cabello rubio y ojos claros se muestra muy animado—. Tendremos que huir de ella.Lo que dice Zack me hace gracia hasta que veo a Clara en la otra punta de la fiesta. Amanda la ve y suspira.—No es m
Voy a asesinar a mi hermana. Obligó a Kiara a tomar alcohol después de casi veinte años que ella no lo hace. Está tratando de forzar las cosas entre Kiara y yo, y lo que menos necesito en este momento es presionarla para que esté conmigo. Sin embargo, me ha dicho algo que me ha dejado en shock. Si bien no recuerdo lo que pasó ese día en la fiesta, a la vez hay unas frases que me han perseguido durante todos estos años. La chica con la que estuve estaba disfrazada y tenía mucho maquillaje en el rostro, se había hecho un bello diseño del día de los muertos.—No voy a hacerlo contigo estando ebria —le dije a esa chica, mientras entrábamos a uno de los cuartos vacíos, las luces estaban apagadas y casi no podía ver su figura. —¿Por qué no? Yo quiero, y te quiero mucho —me reclamó ella. Muchas chicas me habían declarado su amor, pero no sé por qué escucharlo de su boca me hizo recordarlo a lo largo de los años pese a lo ebrio que estaba esa noche. —Tienes mi permiso para hacer lo que s
Despierto con un dolor de cabeza que me está matando cuando veo a Alma entrar a mi dormitorio. Miro mi cuerpo, tengo puesto el pijama. ¿En qué momento me cambié la ropa? No recuerdo casi nada después de que ella y yo comenzamos a hablar y a beber. Trato de hacer memoria y fragmentos de la conversación que tuve con Lisandro aparecen en mi cabeza.—Tienes mi permiso para hacer lo que sea. —No quiero dormir, quiero hacer el amor contigo. —Te amaba, aún te amo. Siento que voy a morir de la vergüenza. Miro a Alma y le pego en el hombro.—¿Cómo pudiste hacerme beber tanto? —le reclamo.—Lo siento, es que los mozos están acostumbrados a llenarme la copa —dice y me sonrojo—. Hicieron el amor con mi hermano, ¿por eso te avergüenzas?—¡Qué! —digo a los gritos y me toco el cuerpo—. No hicimos nada.No me gustaría tener mi primera vez con Lisandro y no recordarla. Me haría quedar muy mal con él. Sobre todo, por cómo lo provoqué estando ebria.—Tranquila, mi hermano te quiere, pero no estaría
—¿Qué es lo que está ocurriendo? —pregunta Lisandro que acaba de aparecer en el pasillo.—Esta mujer, estaba con una cámara en mi dormitorio. Quiero que el abuelo determine si es una espía —reclama Lisandra.—Suéltenla —pide Lisandro y luego mira al guardaespaldas de su hija—. Por favor, guía a la señorita Montiel a la sala. Su manera de actuar me deja atónita, parece estar molesto. Solo salgo, seguida por ese guardia que me devuelve mi teléfono, hasta llegar a donde al fin veo a mis hijos. Los abrazo, y les pregunto si tienen sus móviles encima.—Los dejamos cargando en mi habitación —dice Arthur, les muestro el mío y donde me figuran.—Fui ahí, pero no era su dormitorio —aseguro, y cuando mi hijo ve la pantalla, me explica que en realidad es ahí, solo que ellos están en la planta baja y esa habitación es del primer piso.—Ven, vamos para que las veas bien —dice Philippe y me llevan. Gracias al cielo el guardia no nos sigue.Cuando entro a uno de los cuartos, noto que todo es modern
—Lamento mucho el malentendido —le digo a Lisandro, mientras se acercan para servirnos la comida.—No te preocupes, mi hija está pasando por una adolescencia difícil y si sumamos a que está celosa de ti se vuelve caótica —me comenta, mientras se da vuelta para agradecer cuando le sirven la comida.—¿Celosa? —pregunto entre susurros, mientras me sirven a mí.—Al parecer se enteró de que papá había traído a una amiga, y pese a que no me habla hace unos meses decidió aparecer en la fiesta —comenta él y pide que le sirvan agua, parece bastante desanimado—. No te preocupes, yo era igual a su edad. Solo que soy hombre, si sumamos mi temperamento y las hormonas femeninas todo se vuelve un caos.—¿Te ocurre algo más? —le pregunto al notar que no es capaz de sonreír ni mirarme a la cara.—Mañana tengo que viajar para resolver unos asuntos, así que no estaré de regreso hasta el treinta de diciembre —me indica, y dudo si contarle que debo ir a Argentina.—¿Puedo saber a dónde vas? —le pregunto a
Una vez que todos los regalos son repartidos, el señor Li invita a los presentes a ir al patio trasero. Es ahí donde me doy cuenta de que la fiesta apenas ha comenzado. Una carpa enorme con músicos está en el jardín de la mansión. Todos salen felices de recibir el espectáculo. Por un momento escucho una canción y recuerdo a mi cantante favorito.—¿Es Titán? —pregunto sorprendida y una mujer se me acerca.—¿Te gustan sus canciones? —me pregunta, mientras me invita a avanzar entre las personas.—Claro, lo he ido a ver a muchos de sus conciertos. Amo la que le escribió a su esposa —digo y ella sonríe.—Mi esposo es un romántico —asegura la mujer y me doy cuenta de que estoy hablando con la famosa productora de música Valentina Novak.—Por dios, ¿cómo no me di cuenta de que era usted? —me pregunto avergonzada.—Tranquila, es que ya no soy tan radiante como cuando tenía treinta años —dice y siento que voy a desmayarme. Ella es la productora de música más grande de todos los tiempos. Su esp
Kiara acaba de llegar, puedo sentir cómo sus piernas se contraen con espasmos musculares. Quiero tenerla así cada noche por el resto de mi vida. Me acerco a su boca y se muestra tímida. Siempre que llega pone esa cara. Una que debí recordar de la primera vez que la hice venirse. Sin embargo, tardé tanto en entender que ella es la chica con la que estuve en esa fiesta que me siento culpable.Voy a darle todo, a consentirla con todo lo que desee de ahora en adelante, hasta que ella obtenga lo que se merece. No dejaré que nadie más la haga sufrir. Incluso esta noche, hice que muchos de los amigos de mi padre vengan a la fiesta de Navidad, porque sé que Kiara no aceptará que sea yo quien le recomiende personas para que le haga entrevistas. Ya me lo dejó claro la última vez. Aun así, haré lo que esté a mi alcance para garantizar su seguridad, su economía y su felicidad.—Quiero hacerlo —me dice como si estuviera suplicando. Me encanta lo dulce y sensual que puede ser.La beso en la boca y
Cambio de idea después de escuchar a Sofí decir que mi familia sabe sobre la procedencia de Kiara. Debo conocer toda la historia. Por lo que llamo a mi hermana Amanda y le pregunto dónde está, necesito verla y saber que se supone que ocurre con Kiara para que Paul esté obsesionado con ella, siendo que está relacionado con los malditos de «los elegidos».Amanda me dice que no puede hablar conmigo de eso por teléfono y maldigo, voy a tener que regresar a la isla, pero aún tengo negocios que no puedo postergar. Por lo que me dirijo al hotel donde me quedaré y cuando llego a la puerta de mi suite, el Ruso me dice que Kiara me envió una sorpresa y que lo mejor será que entre solo a mi dormitorio. Estoy bastante enojado y no tengo ganas de juegos o sorpresas, voy a decir algo cuando él me pide que me calme.—Le gustará —me asegura y pongo los ojos en blanco y suspiro.Al ingresar a la habitación, me encuentro con una escena desconcertante. Sobre la cama, una figura femenina casi desnuda me