Capítulo cuarenta y ocho - La verdad a la luz

Kiara y yo entramos al estudio, ella observa todos los libros que tengo abiertos y me mira.

—¿Qué más me ocultas? —me pregunta.

—Para empezar, disculpa a mi padre. Está enfermo y su temperamento es complicado —le digo y le alcanzo la silla para que tome asiento.

—¿Qué tiene? —me pregunta ella, y le cuento que se está muriendo—. Lo lamento, fui muy grosera con él.

—No te preocupes, él lo fue más contigo. Además, no creo que a mi padre le importe si viene de ti. Al parecer le recuerdas a como era Tania cuando se conocieron —digo y acaricio su rostro.

—Aun así, me disculparé con él —replica ella y baja la cabeza, como si se incomodará.

—¿Qué te ocurre? —le pregunto, ya que he notado que está más nerviosa de lo habitual.

—¿Vista a la hija de Pavel hoy? —me pregunta y respondo que sí.

Kiara me explica que se dio cuenta de que la hija de Pavel se parecía mucho a ella. Y aunque no tiene hijas, le pareció extraño. Sobre todo, porque ambas comparten un mismo lunar. Además, que Pavel suele ser
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