Kiara y yo entramos al estudio, ella observa todos los libros que tengo abiertos y me mira.—¿Qué más me ocultas? —me pregunta.—Para empezar, disculpa a mi padre. Está enfermo y su temperamento es complicado —le digo y le alcanzo la silla para que tome asiento.—¿Qué tiene? —me pregunta ella, y le cuento que se está muriendo—. Lo lamento, fui muy grosera con él.—No te preocupes, él lo fue más contigo. Además, no creo que a mi padre le importe si viene de ti. Al parecer le recuerdas a como era Tania cuando se conocieron —digo y acaricio su rostro.—Aun así, me disculparé con él —replica ella y baja la cabeza, como si se incomodará.—¿Qué te ocurre? —le pregunto, ya que he notado que está más nerviosa de lo habitual.—¿Vista a la hija de Pavel hoy? —me pregunta y respondo que sí.Kiara me explica que se dio cuenta de que la hija de Pavel se parecía mucho a ella. Y aunque no tiene hijas, le pareció extraño. Sobre todo, porque ambas comparten un mismo lunar. Además, que Pavel suele ser
—Señor Li, ¿desplegó a más de cuatrocientos empleados de la organización solo porque su prometida escapó? —me pregunta uno de los líderes de los superiores, me citaron para una reunión después de lo que ocurrió con Kiara. —¿Si su familia estuviera siendo extorsionada por los elegidos o en manos de Sergey usted no habría hecho lo mismo? —le pregunto y los demás lo miran. Todos sabemos qué hace veinte años, su padre hizo mucho más que eso para buscarlo a él cuando fue secuestrado.—La investigación de los doctores Emanuel Romero y Vanesa González han sido muy útiles para mejorar la máquina de los sueños. Aun así, ¿considera que su hija es apta para ser su esposa? —me pregunta otro de ellos.—¿Por qué ponemos en juicio el valor de una mujer? —pregunta mi hermana. Amanda es otra de los líderes, ella pertenece a la familia Li y Sergey y es madre del futuro líder por parte de los Sergey. Por lo que siempre es escuchada en estas reuniones—. ¿No les parece que es un poco anticuado hablar de
—¡Sorpresa! —escucho decir a Alma y a Camila.La familia Anderson acaba de regalarnos una casa a mí y a Lisandro para que podamos pasar tiempo juntos fuera de la villa de los Li, sin tener que ser interrumpidos por nadie. Aún no puedo creer que esta maravillosa familia me haga parte de ellos, tan pronto. Si pienso que cuando me casé con Paul su madre me trataba mal y me decía que su familia no tenía dinero para solventar nuestra boda. Además de que debí esforzarme tremendamente para obtener su respeto. En cambio, aquí todos son tan amables.—No lo puedo creer —digo al ver la enorme y espaciosa casa.Aunque el señor Anderson diga que es la casa que está al lado de la suya, tuvimos que venir en coche por más de diez minutos. Esta isla es enorme, y las propiedades aquí también. Aunque no llevan el tamaño de la villa de los Li. Estoy segura de que hay más de diez dormitorios en esta casa.—¿Les gusta? —pregunta Alma ansiosa.—Claro que sí —dice Lisandro y me abraza. El contacto con su cue
—Me gusta que seas así. La verdad es que hace mucho que no nos vemos. Aunque parecía que no te agradaba la idea de quedar embarazada de Paul, nuevamente —dice y pienso en si es uno de sus cómplices.—Paul está arrestado. Si insistes en molestarme terminarás como él —le aseguro.—Kira, querida —dice y Lisandro entra nuevamente a mi oficina—. Mira el hombro derecho de tu amor. ¿Ves una luz roja?—Lisandro… —digo asustada al notar que un láser lo apunta. Él me mira y me pregunta si las náuseas son muy fuertes.—Si dices una sola palabra lo mato —me amenaza el desconocido.Niego con la cabeza y sonrío falsamente, Lisandro debe pensar que sigo hablando con el dueño de la imprenta. Trato de mostrarme tranquila mientras de reojo veo ese punto dirigirse a la cabeza del hombre que amo.—Haré algo para que podamos vernos, necesito saber si tu bebé será de ayuda esta vez y no tengo mucho tiempo —me dice el hombre al móvil.—No acepto —digo nerviosa.—Kira, así como puse tu vida de cabeza cuando
—¿De qué estás hablando? ¿Cómo es posible que desapareciera el cuerpo? —reclamo tratando de no hacer ruido para que Kiara no despierte.Al parecer, la persona que se suicidó después de tratar de secuestrar a Kiara, no tiene huellas digitales. Por lo que es casi imposible saber quién es.—Estamos seguros de que Sergey no se quedará tranquilo. Necesitan regresar de inmediato. Aquí podremos protegerlos mejor —me dice uno de mis cuñados.—Kiara aún debe resolver algunos asuntos. Me quedaré a su lado y la protegeré. Quiero que lo arrinconen, que vuelva a la prisión y si es posible que lo maten —insisto y Aquiles me pide que me cuide.—Tus hermanas enviarán a más empleados para que te ayuden. Son de extrema confianza, por lo que puedes estar tranquilo con respecto a eso —me asegura.—¿Encontraron al resto de los traidores? —pregunto y me cuenta que ya han sido eliminados.—Aun así, creo que hay algo más detrás de todo esto.—Yo también, están tratando de debilitarnos. Aún tengo dudas de cuá
Llevo a Kiara a la cama, está agotada después de lo que hicimos en el baño. Me preocupa ser demasiado intenso con ella. Nunca me pasó que al estar con una mujer necesitara tanto continuar.Me siento a su lado, sintiendo preocupación por la mujer que tengo frente a mí. Kiara es increíblemente sensual, y su capacidad para despertar mis deseos más profundos es algo que nunca antes había experimentado. Pero también soy consciente de que su embarazo la hace vulnerable, y no puedo permitirme olvidar eso, incluso en los momentos más apasionados.—¿Estás bien? —pregunto con suavidad, acariciando su cabello con ternura mientras observo su rostro cansado.Ella asiente con un débil murmullo, sus ojos cerrándose lentamente mientras se deja llevar por el sueño que la envuelve.—Solo necesito descansar un poco —susurra, su voz apenas un susurro en la tranquilidad de la habitación.Me concentro en el sonido rítmico de su respiración. Me relaja escucharla respirar de ese modo, agitada y agotada. Mien
Seis meses pasaron desde la última vez que vi a Lisandro. Aún no puedo creer que esa noche, después de disfrutar de su compañía, todo nuestro mundo se viniera abajo. Sergey cumplió lo que prometió, siete días dijo… Sin embargo, siete días equivalían a siete personas. El primero en caer fue el ex cuñado de Lisandro, Fausto Stephen Son. Él era un gran amigo de Li, y un mercenario que trabajaba para la organización de Los Superiores.Lisandro le había pedido que encontrara a Sergey, lo que al parecer hizo, solo que no se esperaba que la organización de Los Superiores lo estuvieran esperando.Fausto, con la mirada cargada de furia y desesperación, intentó huir cuando se percataron de su presencia. Debía informarle a Lisandro lo que había descubierto. Sin embargo, los empleados de los elegidos, lo interceptaron antes de que pudiera hacerlo, sometiéndolo a golpes.—¡Eres un maldito! —espetó Fausto entre los golpes, su voz cargada de rabia y desafío, mientras en la oscuridad del callejón, la
Fue en el quinto día cuando la tragedia golpeó con toda su fuerza. En un instante, un estruendo ensordecedor sacudió la oficina de los estudios de televisión de la familia González, seguido de una explosión que llenó el lugar de humo y escombros. El caos se apoderó del ambiente, mientras los empleados corrían en todas direcciones, buscando desesperadamente una salida ante la repentina emergencia.Alan González, el cuñado de Lisandro, fue víctima de aquel fatídico accidente. El impacto lo lanzó contra una pared, dejándolo gravemente herido entre los escombros y el humo que llenaba la habitación. Su figura yacía inerte, su rostro contorsionado por el dolor mientras luchaba por mantenerse consciente en medio del caos que lo rodeaba. Los gritos de los heridos y el sonido de las alarmas de incendio llenaban el aire, creando desesperación y angustia.Aunque sobrevivió, sus heridas fueron graves y tuvieron que inducirle el coma para poder tratarlo, ya que era terriblemente doloroso para él.