Capítulo 59

Me abalanzo a Zaideth y abrazo su cintura con mucha fuerza, me aferro a ella y aprieto mi rostro en su vientre. Sé que con ella puedo dejar de fingir ser fuerte, ella me trasmite la confianza para serlo.

—Amor. —Ella acaricia mi cabeza con sus suaves y pequeñas manos—. Llora, no te preocupes, suéltalo. Está bien.

Es la primera vez que lloro tanto, que suelto toda mi tristeza frente a alguien. Por lo general, soy de los que lloro en silencio, pero esta vez es diferente.

Me doy cuenta, Zaideth es mi compañera de vida. Está en este momento tan terrible para mí, me abraza y me dice que lo deje salir, que puedo estar tranquilo. Sus manos acarician mi corto cabello, bajan hasta mi cuello y se deslizan hasta mi espalda donde la masajea de forma circular, también da unas pequeñas palmaditas.

Es como si me estuviera quitando un gran peso de los hombros al dejar salir toda la tristeza y lo que me atormenta. Mi madre… La extraño. Quería haberla hecho feliz, haber seguido sus consejos de elegir m
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