Zaideth: el amor y otras decepciones más
Hay algo que por mucho tiempo negué por vergüenza. Sin embargo, me dije que no volvía a sucederme.
El mes en que me separé de Walter, estábamos pensando en separarnos desde semanas atrás: nuestra relación ya no daba para más, discutíamos demasiado.
Walter me celaba demasiado con Mateo, ya no dejaba que yo hablara con él, por lo cual habíamos tomado mucha distancia. Sin embargo, Walter no sabía que yo era amiga de Carl y justamente en esos días se había enterado, por lo cual también empezó a celarme con él.
Un día, Walter me siguió, cuando yo le había dicho que me iba a ver con unos de mis amigos, pero no le conté con quién.
Era demasiado tóxica nuestra relación para ese punto.
Yo me iba a ver con Carl para que me ayudara a planear
Zaideth:Esta etapa de mi vida la puedo reducir a la palabra: decisiones.Carl volvió a hablar con Mateo.Llegaron a la casa conversando, no como si fueran amigos de toda la vida, pero sí como personas que vuelven a verse después de años. Se notaba que habían perdido toda la confianza que una vez se tuvieron, sin embargo, lograba ver que había una sensación de melancolía entre los dos.Nos sentamos en el patio. Me vi obligada a saludar a Carl y estar un corto tiempo. Después, tomé la excusa de ofrecerles algo para comer, así que me escabullí hasta la cocina y me quedé hablando con la señora Blanca (la empleada de servicio), la ayudé a preparar un jugo de maracuyá y unos sánduches.Me sentía con los sentimientos revueltos.En todo ese tiempo recordé a Carl con nostalgia, preguntándo
Mi corazón dio un vuelco.—Eh… que está bien, que hacemos bonita pareja —respondí. Sentí las puntas de mis dedos enfriarse.—¿Eso crees? —volteó a mirarme.—Sí… ¿por qué?, ¿tú no?—¿Entonces crees que todo entre los dos está bien?—Pues sí, ¿por qué no lo estaría? Mateo, tú y yo no discutimos, estamos bien. Estamos pensando en casarnos y tener hijos. Llevamos tres años y medio de una muy bonita relación.—¿Ca-casarnos? —Mateo respingó las cejas. El tono que usó fue de ironía.Sentí un bajonazo comenzar de mi pecho hasta mi estómago.—¿A qué punto quieres llegar, Mateo? —pregunté.—Zaideth, yo siento que nuestra relación muri&oacut
Mateo: decisiones parte 2Yo nunca me quise separar de Zaideth. Yo solo quería hablar con ella, pedirle que le hiciéramos un cambio a nuestra relación.Podía sentir que se avecinaba para mí una oleada de depresión. Una que no había tenido en mucho tiempo. Lo menos que necesitaba en esos días era que me aventaran mi ropa en mi propia casa. Que mi pareja me gritara y me insultara.Me sentí como un idiota por estar buscando tours de viajes en pareja para tener unas vacaciones a su lado y que me enterara que Zaideth estuvo investigando lo más mínimo de mi vida para buscar a una amante que nunca existió.—¡Me estás engañando, por eso es que te quieres separar de mí, ¿verdad?! —me dio un bofetón en el rostro—. ¡Entonces vete con ella!, ¡vete!¿Cómo podía permanecer al
Zaideth: tanto¿Cuál es la mejor expresión de amor que se puede dar?Creo que hay varios tipos de amor: el amor propio, el amor hacia la familia y el amor de parejas.Eva se separó de Pablo, por más que él intentó convencerla de vivir con él, ella dijo que no. Llegaron a tener una discusión tan grande que él le dio un bofetón en el rostro y la tiró al suelo. Con esto, ella puso una denuncia por maltrato y tuvo la custodia total de Nana, aparte que Pablo tenía una orden de restricción hacia ellas.Eva se fue a vivir con mis padres. Para mi sorpresa, fue mucho mejor, porque estaban acompañadas y mis padres se veían más felices por tener cerca su única nieta. Además, así Eva pudo volver a estudiar, hacer un doctorado y conseguir un mejor trabajo: estaba pensando en mudarse del país.Y mientras eso pasaba, y
La primera vez que me vi en el espejo y me di cuenta de que era de belleza promedio, no me sorprendió, porque siempre que me tomaba fotos al lado de mi hermana y prima, notaba que ellas se veían mejor que yo, siempre.Pero entonces me dije que debía aprovechar mi belleza promedio antes que se acabase. Porque sí, las bonitas por naturaleza duran mucho más y cuando se envejecen, les queda la elegancia y eso es algo que yo no tengo.Entonces, cuando entré a la universidad me dije que gozaría a lo grande. Deseaba ser esa tía solterona con dinero que vive la vida disfrutando entre los brazos de los hombres y gastando mucho dinero en ropa cara y viajes.No soy de las que se les da bien el ser amorosa, aunque soy buena para escribir, el romance en mi vida no se me da. Por eso quería ser una solterona millonaria.Pero entonces fue cuando lo conocí a él. Carl.Lo conocí cuando daba clases en el campus de la universidad a unos estudiantes. Lo primero que pensé fue “¡wao!, ¡qué inteligente es!”
¡Puff! No sé qué hago aquí, me siento como una tonta. En instantes como este es cuando me pregunto qué estoy haciendo con mi vida. Sé que no necesito ser mantenida por un hombre, que sea quien cumpla con mis caprichos. No sé… si es por la influencia que ejerce Eva y Clara en mí, que me dicen que no debo ser una tonta, que debo aprovechar ahora que estoy joven para vivir mi vida, que, como dice mi madre, al estar vieja me voy a arrepentir de lo que no hice de joven.Algo que me gustó de estar cerca de Carl es que puedo ser yo misma con él. Parece que encajamos tan perfectamente, siento que no tengo que buscar nada en otros hombres, porque lo tengo a él. Si tan sólo… pudiera tenerlo conmigo… creo que podría ser una mejor persona, porque él me inspira a serlo.Veo a mi hermana hablando por celular mientras sostiene una gran sonrisa. Ella no quiere aceptarlo, pero está bastante emocionada con la cita; ese chico Pablo, realmente le gusta. Hasta los corazones de hierro en algún momento se e
Me gustaría saber en qué momento una chica tan grosera como Zaideth se convirtió en mi dolor de cabeza.La estoy viendo tomar su gaseosa sin preocupación alguna mientras me ignora, como siempre.—No me agradas, Walter —me dice después de dejar el vaso de gaseosa sobre la mesa—. Así que deja de preguntar por mi vida privada. No me arruines la noche.Dejo salir un jadeo al no poder creer lo que estoy escuchando. ¿Por qué cuando nos rechazan, más deseamos estar cerca de esa persona?Verán, terminé planeando esta tonta cita donde quedé como un cero a la izquierda cuando la conocí una semana antes en una discoteca.Una semana atrás:Esa noche mi hermana me invitó para que conociera a su novio con el que llevaba un mes. Aparte de nosotros, también iría Pablo con su prima que me estaba insistiendo para que le diera una oportunidad.Como no estaba haciendo mucho desde que había llegado a la ciudad, decidí ir sin muchos ánimos. Únicamente para conocer al dichoso novio de Stela (mi hermana) que
—Bloqueé su número, pero me llama por otros —me informa Stela con tono triste.—Debes cambiar de número —le sugiero—. Así dejará de molestarte.—Walter, yo… —Trata de disculparse.—No sabías que eso iba a suceder. —La tranquilizo—. Pero ahora tienes la responsabilidad de arreglar las consecuencias de ese error. —Le sonrío—. Y lo estás haciendo, lo haces bien, tranquila.Me acerco a ella y la abrazo, escucho un pequeño sollozo mientras aprieta con fuerza mi camisa.—Fui una tonta, ¿cómo pude estar con alguien así? —Se recrimina.—Oye, todos cometemos errores —le digo—, somos humanos.En ese instante entra Pablo a la sala y queda congelado al ver aquella escena, se rasca la nuca con una mano, demostrando que se siente un tanto incómodo.Stela se aleja de mí mientras limpia las lágrimas de sus ojos, voltea a ver a Pablo y le sonríe con tristeza. Después, decide ir a su cuarto para tener un poco más de privacidad.Pablo y yo quedamos solos en la sala, intentando pasar el trago de aquel ma