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CAPITULO II: Pizza y Compañía

―¿Puedes quedarte en mi compartimiento? ―pregunta Antonella, al ver que luego de un rato ella ha permanecido charlando con Nicholas muy amenamente en su compartimiento al lado del de ella. ―Digo… tengo una pizza de ocho rebanadas y dudo terminarla yo sola. ―Mencionó la joven diseñadora. 

Nicholas sonríe ampliamente ante la invitación de Antonella.

―¡Me encantaría quedarme contigo y compartir esa pizza! ―responde el joven fotógrafo, mientras se levanta del asiento y se dirige hacia el compartimiento de Antonella.

Mientras comparten la pizza, la conversación sigue fluyendo naturalmente y ambos se sienten cada vez más cómodos el uno con el otro. Antonella se siente agradecida por la compañía de Nicholas, y se da cuenta de que, aunque al principio se había sentido incómoda y nerviosa, ahora se siente feliz y emocionada de tener un nuevo amigo.

Nicholas no podía evitar sentirse atraído por Antonella. A pesar de que ella era mucho más joven que él, había algo en su personalidad y en su forma de hablar sobre moda que lo había cautivado. Se sentía cómodo con ella y disfrutaba de su compañía.

Sin embargo, la diferencia de edad era algo que lo hacía dudar. Él era mayor y más experimentado en la vida, mientras que Antonella todavía estaba descubriendo su camino. Además, no quería incomodarla o hacerla sentir incómoda por sus sentimientos.

A pesar de todo, Nicholas no podía evitar pensar en ella. Su risa, su sonrisa, la forma en que hablaba de su pasión por la moda, todo en ella lo atraía. Se sentía un poco confundido y nervioso, sin saber si debía seguir adelante con sus sentimientos o simplemente disfrutar de la compañía de Antonella como amiga.

Antonella se da cuenta de que Nicholas se ha quedado en silencio por un momento, y decide cambiar el tema de conversación para animarlo.

―Oye, Nicholas, ¿te importaría contarme un poco sobre tu familia? ―pregunta Antonella con curiosidad. ―Claro, no tengo problema. ―responde Nicholas, sonriendo amablemente. ―Soy hijo único y crecí en un pequeño pueblo cerca de Milán. Mis padres son ambos médicos y siempre me apoyaron en mi pasión por la fotografía. Estoy muy agradecido por ello.

 Antonella escucha atentamente mientras Nicholas le cuenta sobre su infancia y su vida en Milán. Después, le pregunta cómo se siente acerca de ir a cubrir la semana de la moda en París.

―Estoy muy emocionado, pero también un poco nervioso. Es mi primera vez cubriendo un evento de esa magnitud y siento que hay mucha presión para hacer un buen trabajo. Pero al mismo tiempo, estoy seguro de que será una experiencia increíble. ―responde Nicholas, entusiasmado.

Antonella asiente en acuerdo mientras toma un bocado de la pizza. Poco a poco, se da cuenta de que la conversación fluye fácilmente entre ellos, y se siente cada vez más cómoda en la compañía de Nicholas.

La vista de Antonella, baja al antebrazo del joven apuesto fotógrafo observando que tiene un tatuaje muy poco común; era de un venado con una triqueta celta y una media luna con trece estrellas.

Ese tatuaje que tienes en tu antebrazo… ¿qué significa? ―Pregunta Antonella sin atisbo de vergüenza.

Nicholas sonríe al ver que Antonella está interesada en su tatuaje. Levanta el antebrazo y acaricia el diseño con la yema de los dedos.

―Es un venado con una triqueta celta y una media luna con trece estrellas. La triqueta representa la unión de cuerpo, mente y espíritu, además de ser muy especial para mí y que la triqueta simboliza mi herencia irlandesa, mientras que la media luna simboliza la energía femenina y la fuerza de las mujeres en mi vida y las trece estrellas representan el número de lunaciones en un año lunar. Y el venado es un animal que representa la libertad y mí conexión con la naturaleza ―explica Nicholas con una sonrisa.

―Es hermoso y muy simbólico. ―Dice Antonella con admiración. ―Me encanta la idea de conectarse con la naturaleza y la libertad que representa el venado.

―Me alegra que te guste. ―Responde Nicholas, tomando un sorbo de su bebida. ―¿Y tú tienes algún tatuaje, Antonella? ―Pregunta curioso.

Antonella niega con la cabeza, sonriendo.

―No, no tengo tatuajes. Soy demasiado indecisa para decidir algo que me gustaría llevar para siempre en mi piel. ―Admite riendo, mientras ella tiene un brillo natural en sus ojos.

―¿No te han dicho que tienes unos hermosos ojos marrones…? ―Pregunta Nicholas, ahora percatándose que está coqueteando con una joven menor que él aunque solamente tengan una diferencia de cuatros años, entre el y la joven diseñadora de diecisiete.

Ante esto la joven diseñadora se sonroja ante el comentario de Nicholas y desvía la mirada por un momento. Luego, vuelve a mirarlo y le sonríe tímidamente.

―Gracias, eres muy amable. ―Dice Antonella, sintiéndose halagada pero teniendo una sonrisa tímida. ―Y no te preocupes, no me molesta la diferencia de edad entre nosotros. ―Agrega para tranquilizarlo.

Nicholas asiente, agradecido por las palabras de Antonella, pero no puede evitar sentir una pequeña punzada de preocupación en su interior. Se pregunta si está siendo irresponsable al coquetear con una chica menor que él, incluso si solo son cuatro años de diferencia. Decide que debe mantener su comportamiento en línea y no sobrepasar los límites en su interacción con Antonella.

―Me alegra saber eso. ―Dice Nicholas con una sonrisa amistosa. ―Ahora, cuéntame más sobre ti, Antonella. ¿Cómo fue tu infancia en Cortona? ¿Tienes hermanos? ¿Cómo te sientes acerca de ir a París? ―Pregunta interesado en conocer más acerca de ella.

―Oh… mi infancia fue muy hermosa en Cortona… siempre por las tardes después de la escuela junto a mis compañeros salíamos corriendo por una de las calles colina abajo o utilizábamos pedazos de cartón para deslizarnos en una de las calles menos transitadas de la ciudad, esas calles angostas y empedradas; junto a mi padre y hermana menor Sofía íbamos cada tarde junto a nuestro perro Hércules al punto más alto de Cortona, para apreciar el hermoso paisaje del valle de Chiana. ―Comenta Antonella con añoranzas ante esos gratos recuerdos antes que su padre hubiera fallecido.

Nicholas escucha atentamente mientras Antonella le cuenta sobre su infancia en Cortona y no puede evitar sentir un poco de envidia por la vida que ella tuvo en Cortona. Él también tuvo una infancia feliz, pero creció en una familia de clase media en Milán y nunca tuvo la oportunidad de disfrutar de la naturaleza como lo hizo Antonella en su juventud.

―Debes tener hermosos recuerdos de esos momentos con tu padre y tu hermana. ―Dice Nicholas, tratando de ser amable. ―La imagen de ella deslizándose por las calles empedradas con sus amigos, junto a su padre y su hermana menor, es un retrato encantador en su mente.

―Suena como si tuvieras una infancia maravillosa. ―Dice Nicholas con una sonrisa. ―Y Milán, ¿cómo te sientes al respecto de mudarte allí para trabajar en la moda?

―Bueno, es emocionante, pero también un poco aterrador. ―Responde Antonella con honestidad. ―Significa estar lejos de mi familia y amigos, y enfrentar nuevos desafíos. Pero al mismo tiempo, estoy emocionada de explorar una nueva ciudad y hacer lo que me apasiona.

―Entiendo completamente. ―Dice Nicholas con una sonrisa alentadora. ―Estoy seguro de que lo harás genial. Y en cuanto a la moda en Milán, es un mundo completamente diferente al de París, pero hay muchas oportunidades y grandes diseñadores allí también.

La conversación continúa fluyendo entre ellos, intercambiando historias y aprendiendo más el uno del otro. Antonella se siente más conectada con Nicholas que con cualquier otra persona en el tren hasta ahora, y está agradecida por haber encontrado a alguien con quien puede hablar libremente y ser ella misma.

―Pero, ¿qué hay de ti? ¿Tienes novia o algo así? ―Pregunta, tratando de sacar un poco el tema, ya que de cierta forma ella se siente cautivada y atraída por su compañero de viaje hasta parís.

Nicholas se sorprende por la pregunta de Antonella, se toma unos segundos para pensar en su respuesta, mientras se siente un poco incómodo ante la idea de hablar de su vida amorosa con una chica mucho más joven que él. Finalmente, decide ser honesto.

―En realidad, no tengo novia en este momento. ―Dice Nicholas, evitando la mirada de Antonella. ―Pero, debo admitir que es un poco complicado para mí pensar en la idea de salir con alguien que es menor de edad. ―Agrega con una mueca de incomodidad en su rostro, pero sin ignorar que ambos sienten esa atracción magnética entre ellos. ―No quiero ofenderte, Antonella, pero es algo que tengo que considerar seriamente.

Antonella se siente un poco desilusionada, al saber que tal vez sus sentimientos no son correspondidos de la misma manera. Sin embargo, comprende la perspectiva de Nicholas y respeta su postura.

―Lo entiendo, Nicholas. ―Dice en un tono tranquilo, tratando de ocultar su desilusión. ―Solo quería saber un poco más sobre ti. ―Agrega con una sonrisa un poco forzada.

Nicholas se siente un poco culpable por haber causado esa reacción en Antonella, y trata de arreglar la situación.

―Pero eso no significa que no pueda disfrutar de tu compañía y conversar contigo. ―Dice Nicholas, tratando de cambiar el tono de la conversación. ―Me gusta hablar contigo, Antonella. Eres muy interesante.

Antonella se siente un poco mejor al escuchar las palabras de Nicholas, pero aún se siente un poco decepcionada.

―Me he enfocado mucho en mi carrera y en viajar por el mundo para fotografiar las mejores pasarelas de moda. ―el agrega al percatarse del semblante de decepción sigue en el tierno y lindo rostro de Antonella. ― A veces siento que no tengo mucho tiempo para dedicarle a una relación seria.

―¿Y tú, Antonella? ¿Tienes novio o algo por el estilo? ―Pregunta Nicholas, interesado por conocer más sobre ella, aún sin descartar la posibilidad que en un futuro cuando ella sea mayor de edad, puedan salir.

Antonella sonríe un poco avergonzada ante la pregunta, pensando en cómo responder. Realmente no ha tenido muchas relaciones amorosas en su corta vida, y ninguna de ellas ha sido muy significativa.

―No, en realidad no tengo novio. ―Responde finalmente. ―Me he enfocado en mi perseguir mis sueños también, en convertirme en una diseñadora exitosa como mi abuela Verona. Pero a veces también siento que me pierdo de cosas importantes por estar siempre trabajando.

Nicholas asiente, entendiendo perfectamente el sentimiento de estar tan enfocado en una carrera que se olvida de otras cosas importantes en la vida.

―Es importante encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Pero al menos tenemos la suerte de estar en el mismo tren a París y tener la oportunidad de disfrutar de esta experiencia juntos. ―Dice Nicholas con una sonrisa, tratando de hacerla sentir mejor.

Ella sonríe de regreso.

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