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Capítulo 9: El Despertar de los Sentimientos

Los días que siguieron a la celebración de la alianza entre el Clan de la Noche y el clan de Clara transcurrieron entre un ajetreo incesante y una creciente tensión. Con la fuerza unificada de ambos clanes, se preparaban para los movimientos que Dorian seguramente emprendería tras la noticia de su alianza. Clara sentía la emoción de ser parte de algo más grande, pero también una preocupación latente sobre el futuro.

A medida que los días pasaban, Clara y Lucien se encontraban más a menudo. La química entre ellos era palpable, pero también había una distancia que Clara no podía ignorar. Lucien, con su naturaleza autoritaria y controladora, mantenía una fachada de poder que a veces la hacía sentir pequeña. Pero había momentos, en los que el mundo a su alrededor se desvanecía, y solo existía ella y su conexión con él.

Una tarde, mientras el sol comenzaba a descender, Clara decidió salir al jardín de la mansión. Era un espacio vasto y hermoso, lleno de flores que florecían con colores vibrantes. Se sentó en un banco de piedra, disfrutando del canto de los pájaros y la tranquilidad del entorno.

No pasó mucho tiempo antes de que Lucien apareciera, su figura alta y esbelta contrastando con el paisaje. Su expresión era seria, pero cuando sus ojos se encontraron, Clara sintió que una chispa de algo más profundo iluminaba el aire entre ellos.

—Clara —dijo Lucien, acercándose lentamente—. Necesitamos hablar sobre nuestros planes.

Ella asintió, aunque su corazón latía más rápido por la cercanía de él. —Claro, ¿qué tienes en mente?

Lucien se sentó junto a ella, y mientras hablaban sobre los planes de defensa y cómo anticipar los movimientos de Dorian, Clara no podía evitar perderse en la profundidad de sus ojos. Había algo cautivador en él, un magnetismo que la atraía.

—Debemos ser proactivos —explicó Lucien—. Dorian no se quedará quieto después de la alianza. Estará buscando debilidades que pueda explotar.

Clara lo escuchó atentamente, pero parte de su mente divagaba, preguntándose si su relación podría avanzar más allá de las estrategias y la guerra.

—Clara, necesitamos unir fuerzas. No solo en la batalla, sino también en la toma de decisiones —dijo Lucien, su voz grave interrumpiendo sus pensamientos.

Ella se concentró en sus palabras, sintiendo una mezcla de admiración y ansiedad. —Entiendo. Pero, ¿cómo lo hacemos? A veces siento que hay una barrera entre nosotros.

Lucien la miró con intensidad, su expresión mostrando una mezcla de sorpresa y preocupación. —No quiero que haya barreras. Eres una parte esencial de todo esto. Pero el peso de la responsabilidad a veces me hace distante.

Clara sintió una oleada de calidez al escuchar sus palabras. Era un pequeño paso, pero sentía que había un cambio en su relación. —Podemos superar esto, Lucien. Estamos en esto juntos.

Sin pensarlo, Clara se inclinó hacia él, buscando un contacto más cercano. Lucien, sorprendido al principio, se acercó, y sus miradas se encontraron en un instante electrizante.

Fue un momento suspendido en el tiempo, y Clara se dio cuenta de que no solo estaba luchando contra Dorian, sino también contra sus propios sentimientos. Con un pequeño gesto, ella tomó su mano, y una conexión intensa y casi palpable se formó entre ellos.

—Clara, esto es… complicado —dijo Lucien, su voz baja.

—Lo sé —respondió, sin soltar su mano—. Pero creo que debemos permitirnos sentir lo que hay entre nosotros.

La conversación continuó, fluyendo entre la estrategia y sus emociones. Sin embargo, Clara también sabía que la tensión externa era inminente. Dorian no se quedaría inactivo, y sus planes oscuros siempre pesaban sobre ellos.

—No puedo dejar que mis sentimientos nublen mi juicio —dijo Lucien de repente, retirando su mano lentamente—. Esto es una guerra, Clara.

—Entiendo eso, pero no podemos ignorar lo que sentimos. La conexión que tenemos puede ser nuestra mayor fortaleza en la batalla —argumentó Clara, su voz temblando ligeramente.

Lucien la miró con una mezcla de frustración y deseo. —No sé si puedo manejar ambas cosas al mismo tiempo.

Mientras hablaban, el viento comenzó a soplar, llevando consigo un leve murmullo de hojas. Era como si el mundo estuviera reaccionando a su conversación. Clara sintió un escalofrío recorrer su espalda, una sensación que iba más allá del simple viento; era una advertencia.

—Lucien, debemos estar preparados. Siento que Dorian está cerca —dijo Clara, cambiando de tema.

Lucien frunció el ceño, su instinto protector aflorando. —Si Dorian está planeando algo, no podemos permitir que nos sorprenda. Necesitamos reunir a todos.

En los días siguientes, Clara y Lucien se dedicaron a reunir a sus aliados. Las tensiones aumentaban, y cada vez era más evidente que Dorian estaba tramando algo.

En la sala de reuniones, Clara se sintió más fuerte y segura mientras presentaba sus ideas. La unión de los clanes había traído un aire de esperanza, y su liderazgo se sentía más sólido.

—Debemos estar alertas y listos para cualquier ataque —dijo Clara, mirando a los miembros reunidos—. Con nuestra alianza, tenemos la oportunidad de crear una defensa formidable.

Lucien la observaba con admiración, su respeto por ella creciendo. Había visto su determinación en acción, y era evidente que era más que una simple mujer; era una guerrera.

A medida que la reunión avanzaba, la tensión comenzó a disiparse. Las risas y la camaradería surgieron, y Clara sintió que la carga sobre sus hombros se aligeraba.

Mientras discutían las estrategias, un grupo de vampiros más jóvenes se acercó a Clara, pidiéndole consejos sobre sus propias habilidades y técnicas de combate. Ella sonrió, disfrutando de la oportunidad de compartir su conocimiento.

—El poder está en la práctica y en aprender unos de otros. Estamos todos juntos en esto —dijo Clara, sintiéndose cada vez más en control.

Lucien la miraba desde un rincón de la sala, su corazón latiendo con orgullo. Clara había superado sus propias dudas y se había convertido en una líder entre ellos.

Esa noche, mientras todos se dispersaban después de la reunión, Lucien la llevó a un rincón privado de la mansión. Las sombras se cernían a su alrededor, creando una atmósfera de misterio.

—Clara, lo que has hecho hoy fue impresionante —dijo Lucien, su voz grave resonando en el aire.

—Gracias, Lucien. Estoy empezando a sentirme parte de esto, como si realmente pudiera hacer una diferencia.

Sin embargo, la sombra de la preocupación regresó a su rostro. —Pero Dorian sigue siendo una amenaza. No puedo dejar que me distraiga.

De repente, un grito proveniente de fuera interrumpió su conversación. Clara se tensó, y Lucien fue el primero en reaccionar. Ambos corrieron hacia la fuente del sonido, sintiendo que la calma había sido interrumpida por un nuevo peligro.

Al salir al patio, se encontraron con un grupo de vampiros agitados. Uno de ellos, un miembro del Clan de la Noche, estaba de pie en el centro, su rostro pálido de terror.

—¡Han visto a Dorian! —gritó, y el silencio se apoderó del lugar.

El corazón de Clara se detuvo por un momento. Sabía que la calma previa era solo un precursor del caos inminente. La amenaza de Dorian se había vuelto real, y el tiempo para prepararse estaba agotándose.

Lucien se acercó al grupo, su voz resonando con autoridad. —¿Dónde lo han visto?

—Cerca del bosque, están organizando un ataque —respondió el vampiro, su voz temblorosa.

Clara miró a Lucien, y en sus ojos vio la misma determinación que había sentido durante su encuentro anterior. —Debemos actuar ahora. No podemos permitir que se nos sorprenda.

—Tienes razón —dijo Lucien—. Reúne a todos. Necesitamos prepararnos para la batalla.

Mientras Clara se movía rápidamente para reunir a sus aliados, sintió una oleada de adrenalina. El momento había llegado, y cada segundo contaba.

Juntos, Clara y Lucien dirigieron a los clanes en una preparación frenética. Las armas fueron afiladas, los planes fueron trazados, y la tensión en el aire creció con cada minuto que pasaba.

A medida que la noche caía, Clara se encontró al lado de Lucien una vez más. Sus miradas se cruzaron, y en ese instante, Clara comprendió que su conexión era más profunda de lo que había imaginado.

—Independientemente de lo que pase esta noche, quiero que sepas que creo en nosotros —dijo Clara, su voz firme.

Lucien la miró, una mezcla de sorpresa y ternura iluminando su rostro. —Y yo en ti. Pero ahora debemos luchar.

La noche se llenó de tensiones y preparativos, y mientras se acercaban a la inevitable confrontación con Dorian, Clara se sintió más fuerte y más conectada con Lucien que nunca. Estaban listos para enfrentar lo que viniera, juntos.

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