YUSLEVILos días que había pasado viviendo con Lyon fueron muy tranquilos, me sorprendía como nos habíamos adaptado tan bien viviendo a juntos; pero extrañaba a las muchachas muchísimo. Como hoy y mañana no tendría que ir a trabajar, todas planeamos reunirnos para comer en la pastelería de Joshua: “JoshCakes”, se notaba todo el esfuerzo que mi amigo había puesto en este pequeño local, adoraba entrar y que lo primero que olía era el sabroso aroma a vainilla mezclado con chocolate, a veces hasta especias, las paredes pintadas de color azul claro, las sillas y mesas modernas. Elaine había creado el logo de la empresa de su novio y lo ayudaba con la promoción por redes. —Entonces ahora eres rayita viviendo en una mansión —dijo Elaine mientras saboreaba uno de sus panecillos de chocolate. —¿Y cómo es vivir con el alemán? —preguntó Narelys, quien pidió un pedazo de torta suiza. —Es súper ordenado con todo, a veces chocamos pero no es nada del otro mundo. —comencé a contarles mientras co
YUSLEVI Cuando mi alemán se marchó volví a mi sueño divino y profundo o estaba en eso cuando un estruendoso portazo me hizo abrir los ojos, me despertó la cara de sapo de mi suegra. —¿Señora que hora es? —pregunté conteniendo mi arrechera.—Las ocho de la mañana.—¡¿Y qué hace levantándome a esta hora?! Que yo sepa hoy es sábado, el día en que puedo dormir hasta las doce si me da la gana porque no trabajo. —Al que buen madrugador… —tape mi cabeza con la almohada para no escucharla.—Señora, por favor. —¡Debes levantarte! —ordenó como si fuera un sargento del ejército —Desgraciadamente eres la pareja de mi hijo y el merece a una mujer que no seas holgazana. —¡Bendito sea el creador, nojoda!—me quité las sábanas de encima y me levanté de la cama —¡¿Feliz?! ¡Ya Me levanté, con permiso! Fui al cuarto de baño, miré mi aspecto en el espejo: aún tenía ojeras y el cabello todo hecho un desastre, me quité el pijama y me dispuse a darme una ducha. ¡Que wueba con esa mujer! Si tiene ovari
LYONLlegue a la mansión y apenas entre Yuslevi no bajo a recibirme. Eso se me hizo extraño, ella siempre bajaba cuando me escuchaba llegar, en cambio la que estaba ahí era mi madre.—Hijo —me recibió con una sonrisa. —Al fin llegas. —¿Y Yusle? ¿Se la pasaron bien? —pregunté.—Esa se la ha pasado todo el día fuera. Solo nos vimos en la mañana para el desayuno y fue un completo desastre, se fue dejándome sola sin ningún tipo de educación. —¿Ella hizo eso? — No sé cómo la toleras, no, ni siquiera entiendo cómo es que terminaste teniendo una relación una mujer así. Mejor ven y cena algo, ya es tarde. —No tengo hambre. —saque mi teléfono y marque al teléfono de Yuslevi pero lo tenía apagado. ¿Qué mierdas pasaba aquí? Seguí llamando pero no caía la llamada, le envié mensajes y no recibía respuesta. “¿¡Por qué mierdas no contesta el maldito teléfono!?”—Lyon, déjala ya aparecerá. —Madre, por favor —seguí llamando. Me quite el saco y me senté en el sofá, no dejaba de mirar el celula
YUSLEVI¿Cómo podría describir convivir con mi suegra? ¡Pues era un martirio! La mujer hacia el esfuerzo (aunque era mínimo) por nada del mundo coincidíamos en algo. La muy maldita me llevaba la contraria a propósito en absolutamente todo. Como cuando pedí helado de chocolate y la muy muerganea logró hacer que cambiaran mi pedido a sabor menta. “No sí, debe ser que cuando voy a comprar helado quiero saborear pastal dental fría”. Me sorprende no odiarla, porque llegaba a ser entretenido pelear con ella. Tal vez yo no era el tipo de mujer con el cual se esperaría que su hijo estuviera en una relación, pero cónchale ¿no importaba la hermosa relación que estábamos construyendo su hijo y yo? ¿Eso no valía la pena? “Claro como a ella no le fue tan bien con el papá del alemán”, Lyon me contó que sus padres se divorciaron cuando él había cumplido los dieciocho años y vivían en constante guerra. ¿El lado positivo de todo esto? Mi novela tenía un nuevo personaje de la discordia, al cual la
Sé que mi madre puede ser una mujer difícil, me hacía feliz que Yusle estuviera tomando la situación con mucha madurez y evitaba las confrontaciones. Se merecía que le hiciera algún detalle, hace mucho que no salimos juntos, me la he pasado más concentrando en el trabajo. Quería darle un detalle pero no sabía por dónde empezar. No estaba acostumbrado a pensar en hacer detalles románticos para una mujer, era un total inexperto en la materia y al final termine pidiéndole ayuda a una de las personas que mejor conocía a mi novia. —Mira escúchame muy bien: vas a escribirle una carta… —“Me jodi”. No soy un adolescente para andar escribiendo cartitas.—Lo veo muy difícil. —dije. —¿Quieres enamorar a mi amiga más de lo que ya lo está? —asentí a regañadientes —Entonces escucha lo que te digo —espetó Elaine. La de lentes siguió dándome instrucciones, tuve que anotar todo lo que decía porque sentía que olvidaría algo. — ¿Marisco qué haces?—Anoto todo lo que dices. —No mames, ¿por dónde ib
SEMANAS DESPUÉS. NARELYS Una ventaja de que mis amigas ahora se la pasen afuera o en el caso de Yuslevi que vivía con su novio, me dejaban todo el departamento para mi sola. Súper perfecto para mí porque ahora estaba besándome con Matthew contra la puerta y al mismo tiempo luchaba con la cerradura, entramos casi a tropezones. Lancé mi cartera por algún lado del departamento. —¿Y tú compañera? —preguntó el rubio mientras me cargaba y yo enredaba mis piernas alrededor de su cintura.—Con su novio así que tenemos el departamento para nosotros solos. —lo sentí sonreír contra mis labios. Mientras me llevaba a mi habitación para hacer chocar mi cama como habíamos venido haciendo hace días. Matthew y yo llevamos una relación segura como apasionada. No tenía quejas, el gringo dormido es realmente lindo. Se veía tan lindo, al revisar mi teléfono vi que eran ya las ocho de la noche, me vestí con el camisón que había dejado encima de la silla de mi escritorio. Para mi sorpresa me encont
Regresé a la mansión, el estómago ya se me había calmado y volví a tener hambre para la hora de cenar, estaba preparándome para dormir mientras lo hacía ví a Lyon responder mensajes desde su teléfono. Después de trenzarme el cabello me acosté junto a él en la cama. —Hoy vi a Ares. —comenté, de inmediato su atención se enfocó en mí y dejó el teléfono a un lado. —¿Donde? —En el centro comercial cuando fui a ver a Alex. Fue lindo hablar con él. —Lyon frunció el ceño. —No te molestes así. —Sabes que él fue el mismo que te di que le gustabas, ¿cómo no molestarme?—Si pero a pesar de eso fue un buen amigo conmigo, me dolió que el ambiente entre los dos hubiera cambiado tanto por esa tontería y se me hace que todo eso fue para fastidiarte a ti alemán, porque analizo la situación y no me cabe nada más en la cabeza. —la expresión de Lyon era sombría. —Nunca me gustó verlo cerca de ti, ahora mucho menos. —me rodeó con sus brazos. Mi cabeza termina encima de su pecho, escuchaba el latido su
YUSLEVI“¿Será que a Lyon le gustará la noticia de que será padre?” –Me repetía una y otra vez. “Si no le gusta que se joda y total será solo mi hijo”. Lyon llegó muy entrada la noche mientras yo aún me encontraba despierta, acostada abrazando una almohada. Me sentí tan mal que devolví toda la cena. —¿Qué tienes? —preguntó mi alemán acostándose a mi lado, abrazándome. Él dejó un beso en mi mejilla —Y no me digas que no tienes nada que te conozco.Me voltee para mirarlo. “Le voy a decir y saldremos de dudas”. —Te tengo una noticia. —¿Buena o mala?—Depende de cómo lo veas pero aquí te va: Estoy embarazada. —solté de sopetón, el rostro de mi alemán no mostraba ninguna una jodida expresión, ni buena ni mala; parecía que aun procesaba mis palabras.—¿Estas embarazada?—Si. El medico lo confirmó hoy pero te digo de una vez que…—¡Es la mejor noticia que has podido darme! —las palabras quedaron atascadas en mi boca. “Aborta misión, aborta misión de decirle que serías madre soltera”. ¡Él