Siete meses después.–Hugo, tengo la “cosa” esa pegada en mi cabello. – Se quejó Julia agarrando una mecha de su cabello mientras que Hugo intentaba ayudarla a lavarlo.–Tranquila bebé, una vez escuché que es un hidratante natural buenísimo. – Contestó Hugo aguantándose las ganas de reírse.–Ah, ¿sí? – Preguntó Julia con sarcasmo girando la cabeza para verlo, mientras que tenía todo el cabello lleno de espuma. –Entonces, ¿por qué no te lo echas en la cara?–Porque se ve mucho más bonito y morboso en la tuya. –Contestó Hugo mirándola con malicia y Julia le dio un pellizco en el brazo. – ¡Auuuch! –Se quejó y después la abrazó por detrás deslizando las manos por la pancita de embarazada de su mujer que apoyó la cabeza en su pecho mientras que el agua de la ducha caía sobre ellos. – ¿Todavía te duele la espalda? –Preguntó preocupado y Julia asintió.–Un poco, pero le pediré a mi abuela que me haga el masaje esta vez. No pienso arriesgarme a que una bestia salvaje quiera poseerme como un l
Felipe agarraba la mano de su padre con fuerza mientras que lo miraba a los ojos, olvidándose de todo lo malo que había pasado entre ellos, porque aquel no era el momento para reproches, ni discusiones, solo era un momento de sinceridad entre padre e hijo, una oportunidad que la vida le estaba ofreciendo para sanar viejas heridas, aunque fuese tarde par uno de ellos. –Eres mi niño y debí protegerte de ella, del daño que te hizo. – Murmuró Amancio con tristeza. –Pilar ha destrozado nuestras vidas. – Murmuró Felipe asqueado solo de recordar el rostro de su madrastra. –No hijo, lo hice yo, pero me alegro de saber que tú vida no ha terminado destrozada. – Contestó Amancio. – Sé que te has casado y estás formando una familia con la mujer que amas y no sabes lo feliz que esto me hace. Porque quién se merece pagar por sus pecados aquí, soy yo, tú eras inocente en toda esa historia. Te mereces ser inmensamente feliz mi chico. –Pero no es justo que acabes así papá, sin derecho a una segund
Pilar salió del ascensor de su edificio sujetando una botella de champagne, caminando descalza agarrada al brazo de uno de sus amantes.Los dos habían pasado toda la noche celebrando el hecho de que su marido estaba a punto de morirse y a pesar de que no se llevaría gran parte de la fortuna de Amancio estaba feliz, porque pensaba que su marido le dejaría una buena suma para asegurar su futuro y el lujoso departamento donde vivían, ya que en sus condiciones no tenía fuerza ni cabeza para cambiar su testamento.–Tenías que haber invitado a tu amigo, porque esta noche me apetece hacer un trío. – Habló Pilar tambaleándose mientras que buscaba la llave del departamento en su cartera.–Jamás en mi vida había visto una viuda tan alegre como tú, eres realmente la maldad personificada. – Se burló el chico quitándole la botella de champagne para tomarse un trago.–Casi viuda querido, porque el maldit* viejo todavía no ha muerto. – Aclaró Pilar agarrando la camiseta del chico, que debería ser un
María Eugenia estaba caminando de un lado a otro por el despacho de su mansión, mirando el único retracto de su fallecido marido que quedaba en aquella casa y se hizo un apunte mental para recordar prenderle fuego, cuando alguien tocó la puerta llamando su atención. –Duquesa el barón está esperando en el salón. – Anunció Laura entrando al despacho y María Eugenia se llevó una mano a la cien porque sabía que su dolor de cabeza había llegado. –Lo recibiré aquí Laura porque necesito que esa conversación sea lo más privada posible. – Contestó María Eugenia y Laura la miró intrigada. –¿Crees que está aquí el barón por ese antiguo acuerdo? – Preguntó Laura con preocupación y la duquesa se giró para mirar por la ventana. –La existencia de Iker es noticia es todas partes, sobre todo después del nacimiento de Kai en la final de Champions. –Contestó María Eugenia y suspiró con cansancio, porque sabía que aquella noticia despertaría viejos intereses. – Algunas revistas directamente han anunc
Kelly y Beatriz saltaban de felicidad en el salón junto con Zoe mientras que veían las noticias sobre Rodrigo de Oliveira, el tío de Felipe que estaba en la cárcel. Kelly se preguntó porqué Felipe no estaba celebrando con ellos aquel momento tan importante para la familia, entonces se fue a buscarlo. Felipe estaba de pie mirando por la ventana de su habitación viendo como la nieve empezaba a caer en la sierra de Madrid. Había estado hablando por teléfono con Adriano Ferrer, el mafioso que había ayudado a Eros a deshacerse de Adela Valverde y también el mayor enemigo de Abraham Guerrero. Felipe sentía un fuerte dolor en su pecho después de haber escuchado todo lo que Adriano tenía para decirle, pero sabía que tenía que ser fuerte por su familia ya que a partir de aquel momento los Oliveira tenían que enfrentarse a lo que más temían, la caída de su imperio. Después de pensar en lo que debería hacer a partir de aquel momento, Felipe reunió sus fuerzas para escuchar el mensaje de voz q
Veinte años después. Felipe estaba en aquella galería de tiro viendo como su hija mayor disparaba con maestría, preparándose para convertirse en la primera mujer en entrar en la unidad de élite del Cuerpo Nacional de Policía de España. –Te dije que era una Guerrero. – Murmuró Abraham acercándose a Felipe que sonrió con condescendencia. –Una Oliveira que ahora es una de las mejores agentes de policía de España, hace unos años cualquiera diría que esto sería imposible. –Independiente de lo que ha elegido para su vida estoy orgulloso de ella, mi hija es una mujer fuerte que ha nacido para hacer que más de un machito se cague en los pantalones. – Respondió Felipe y los dos se giraron para verla disparando sin fallar ni un solo disparo, tenía el pulso firme lo que le daba una puntería perfecta. – También debo agradecerte por todo lo que has hecho por ella Abraham. Entrar en los GEOs no fue una tarea fácil y logró hacerlo con tu ayuda. –No Felipe, nuestra niña lo logró por su fuerza y d
Hugo Torres llegando al Santiago Bernabéu parecía un rey feudal entrando a su castillo. Todos los empleados del lugar lo saludaban haciendo una pequeña reverencia y lo miraban como si fuera un dios. Tampoco era una exageración ese comportamiento tratándose del capitán del equipo, balón de oro del año y el jugador de fútbol mejor pagado de la historia. Fue hasta los vestuarios sin saber muy bien porque lo habían citado allí, y al entrar se encontró con el presidente del club que estaba sentado en uno de los bancos. –¿Para qué me necesita nuestro amado presidente? –Preguntó abriendo los brazos para abrazar al hombre que le devolvió el abrazo. –Siéntate Hugo, lo que tengo para hablar contigo es algo serio. –Anunció su presidente y Hugo tomó asiento frunciendo el ceño. –Te admiro mucho, tanto como jugador como persona, es algo que siempre te he dejado bastante claro, pero esto es un equipo y yo necesito proteger sus intereses. Hace meses que te advertimos que deberías poner un control e
–¡Por eso este país no avanza, por gente ignorante como vosotras dos, porque no pasan de eso! Dos xenofóbicas ignorantes. – Hugo afirmó acercándose a la chica por detrás.Julia al sentir el calor de su cuerpo tan cerca, se volteó para mirarlo.Escuchar la palabra de aquellas mujeres le había revueto el estomago. Nada le causaba más rabia que la injusticia y la falta de respeto hacia los demás, sobre todo con una chica que solo parecía buscar un trabajo-¿Te encuentras bien?-Hugo preguntó con un tono suave, y puso su mano en la espalda de Julia para intentar calmarla ya que parecía nerviosa y respiraba con dificultad- Dime si te sientes bien niña¿,necesitas algo? La chica se quedó sin reacción, solamente lo observaba con los ojos cristalizados. Avergonzada dio dos pasos hacia atrás sin mirar por donde iba y casi se tropezó con la escalera que daba acesso al piso superior de la tienda, pero Hugo la agarró por cintura sin calcular muy bien su fuerza y la chica terminó pegada a su pecho.