Hugo caminaba de un lado a otro por su salón mientras que Diego lo observaba preocupado, preguntándose que pasaría en aquella casa, cuando Mercedes entró llamando la atención de los dos.–Hernán está lavando el coche en el jardín trasero. –Avisó y Hugo asintió mirando su reloj con expectación.Antes de que diera la hora en la que había quedado con Abraham para recibirlo en su casa, sonó el timbre y Mercedes fue directo hacia la entrada para abrir la puerta.Mercedes se quedó boquiabierta cuando dos hombres altos y una mujer pequeña con unas curvas muy pronunciadas entraron a la casa seguros de sí y se dio cuenta de que la palabra autoridad parecía estar reflejada en el rostro de los tres. Hugo los presentó a su padre y después les indicó donde estaba Hernán.Salieron todos a la parte trasera de la mansión, donde Hernán solía lavar el coche y cuando el hombre los vio supo de inmediato que las cosas no irían muy bien para él a parir de aquel momento.–¿Hernán Martínez? – Preguntó el Com
Julia estaba parada delante del enorme espejo de su habitación observando su reflejo. Iba vestida con un traje entero negro, el cabello recogido en una coleta alta, el maquillaje sencillo y muchos, muchos anillos en sus dedos.–¿Todavía estás pensando en ellas verdad? –Preguntó Kelly vestida elegantemente con un vestido bien ajustado y unos tacones de doce centímetros, también iba vestida entera de negro.–Es imposible no pensar en esas mujeres, Kelly. Trece mujeres con sus vidas destrozadas por culpa del mismo hombre. –Contestó Julia con la mirada perdida y Kelly se giró para ver a Amaya que estaba sentada en una silla cerca de la cama de Julia, también vestida de negro. – Una de ellas tenía a penas diecisiete años cuando Tony la violó con sus amigos y a esa misma chica, Adela la hundió diciendo en una noticia que ella se dedicaba a la prostitución. Perdió su futuro como modelo, terminó en las drogas y sus padres hasta la echaron a la calle, todo porque tuvo la mala suerte de cruzars
–¿Estás segura de que esto es lo que quieres? –Preguntó Hugo agarrando una mordaza mientras que miraba a Julia directamente a los ojos, pero ella no apartaba la vista de lo que tenía en él en las manos.–¿Desde cuando tienes este tipo de cosas en esta casa? – Preguntó Julia con curiosidad mordiéndose los labios.–No estamos aquí para hablar de mi colección de juguetes sexuales, más que nada porque ya conoces una gran parte de ella. – Habló Hugo con firmeza. – Ahora te volveré a preguntar, ¿Estás segura de que esto es lo que quieres, porque te aseguro que te dolerá y no me voy a detener? – Preguntó acercándose a ella y Julia asintió con seguridad. – Quítate la ropa y acuéstate en la cama. – Ordenó señalando la cama con la mordaza.–¿No me vas a quitar tú la ropa? – Preguntó Julia intrigada viendo lo serio que estaba Hugo sin expresar ninguna emoción en su rostro.–¿Quieres que te haga el amor como si fueras una princesa o quieres que te folle duro? – Preguntó Hugo observando como ella
–¡¡¡Tienes que hacer algo!!!– Vociferó Tony en medio del juicio mirando a su abogado después de saber que podría pasar hasta cinco años en cárcel por abuso sexual. –¡¡No puedo pasar cinco malditos años en la cárcel, tienes que hacer algo maldito incompetente!!– Gritó Tony desesperado mirando a su abogado, pero al escuchar la risa de la fiscal se giró para verla. – Maldita, te están pagando muy bien para hacerme esto, ¿verdad? – Acusó a Amaya que se puso de pie con parsimonia mirándolo con indiferencia.–Señor Pujols por favor controle sus palabras, si no quiere que lo denuncie por calumnia y no creo que quiera sumar más tiempo a su posible condena. – Habló Amaya con un tono tranquilo, forzando una sonrisa condescendiente y el abogado de Tony lo agarró del brazo cuando lo vio intentar acercarse a la fiscal.–¡Licenciado, por favor controle su cliente! – Ordenó el juez mirando a Tony como si lo estuviera analizando. –Tony tienes que calmarte, tendremos que esperar veinte días hasta que
Capítulo 90:Felipe caminaba con pasos acelerados por el centro de Madrid mientras que caía una lluvia torrencial sobre su cabeza. Tenía la intención de llegar lo más rápido posible a su oficina, más que nada porque le quedaban apenas unos minutos para una reunión importante con sus socios y tendría que cambiarse antes de verlos, porque justamente ese día había tenido una reunión cerca de su oficina con el arquitecto y decidió ir caminando, con la intención de despejar un poco su cabeza con el paseo.Cuando de repente el teléfono móvil de Felipe comenzó a sonar mientras que él iba por la calle sujetando el maletín sobre su cabeza y sacar el teléfono en aquel momento no era una buena idea, pero podía ser una llamada importante, así que resopló con fastidio maldiciendo y como pudo sacó el teléfono de su bolsillo. Cuando Felipe vio en la pantalla del móvil quién lo estaba llamando, se quedó paralizado en medio de calle bajo la lluvia y con la mano mojada contestó aquella llamada con ans
Kelly estaba en el despacho dejando su teléfono móvil a un lado para abrir su portátil y volver al trabajo, porque había pasado casi una hora hablando con Julia por videollamada y se había retrasado mucho en todo lo que tenía planeado para hacer aquel día antes de ir a cenar con Felipe. Entonces de repente Laura tocó la puerta y Kelly le dio permiso para que pasará.–Dime Laura, justo me pillas volviendo al trabajo. – Contestó Kelly mirándola con una sonrisa y Laura entró al despacho. –Kelly, hay una señora en el salón que ha venido a verte. – Anunció el ama de llaves y Kelly la miró extrañada, porque no esperaba recibir la visita de nadie. –¿Una mujer? –Preguntó Kelly intrigada. –¿Te dijo cómo se llama?–Sí, dice que se llama Pilar Herráez – Contestó Laura y Kelly se puso de pie rápidamente sorprendida, porque lo último que esperaba era recibir la visita de la mujer que había destrozado la vida de Felipe.Kelly salió del despacho preguntándose que estaría haciendo Pilar en la mans
Kelly estaba sentada en el suelo, delante de su cama observando como su teléfono móvil no dejaba de sonar. Sabía que era Felipe, pero no tenía el valor para contestar, no en aquel momento.–¿Has decidido no ir la cena? – Preguntó Aurora entrando a la habitación de su hija con una taza de té en la mano.–No puedo verlo ahora mamá y tampoco soy capaz de hablarle. – Contestó Kelly aguatándose las ganas de llorar, que se hacían cada vez más fuertes cada vez que el teléfono sonaba. – No sé qué hacer, ahora no se trata solamente de Felipe.–Se trata de que nuestra niña sería parte de esa familia y eso conlleva heredar tanto lo malo como lo bueno de los Oliveira y tienes miedo. – Habló Aurora removiendo el té con una pequeña cuchara. – ¿Crees en las cosas que te ha dicho Pilar sobre Felipe?–No estoy segura mamá, porque Pilar buscaba a Felipe constantemente cuando era su secretaria y habló conmigo diversas veces y posiblemente no lo recuerde, así que esa parte de la historia que solo quería
Hugo caminó hasta la pequeña Zoe que intentaba equilibrarse para caminar hasta él y la levantó en sus brazos dejando un beso sobre su cabecita.–Sabes que Felipe no debe saber que ella existe, Hugo. – Murmuró Julia acercándose a ellos, porque sabía que Hugo lo había invitado para la ceremonia del Balón de Oro. – No sé como harás para tener a los dos en tu vida sin que Felipe se entere de la existencia de su hija.–Encontraré la manera de hacerlo, aunque jamás estaré de acuerdo con eso. Felipe es su padre y tiene derecho a conocerla, nada le haría más feliz que tener a esa princesa en su vida. – Replicó Hugo apartando unos de los mechones de Zoe de su rostro. – Casi morí pensando que mi hijo no existía y ahora entiendo porque Felipe tomó aquella horrible decisión de acabar con su propia vida. Un padre no debería estar lejos de su hijo, no es justo.–Y una madre tiene derecho y la obligación natural de proteger a sus hijos, ante todo, independiente de sus propios sentimientos. – Afirmó