Adela entró al salón del departamento de Tony cuando escuchó algo romperse y en el suelo pudo ver unos de sus trofeos tirado.–¿No me digas que has decidido aprovechar la borrasca para remodelar tu departamento? – Preguntó Adela apoyándose en el umbral de la enorme entrada del salón cruzándose de brazos.–¡Pues no sería mala idea fíjate, porque tendré que vender el departamento muy pronto! – Exclamó Tony exasperado y Adela lo miró completamente atónita.–¿Pero de qué estás hablando? –Preguntó Adela acercándose a Tony mientras que tiraba su bolso encima del sofá. –¿No estarás pensando en marcharte verdad? Sabes que no puedes hacerlo, por eso te han quitado el pasaporte.–¡Por supuesto que lo sé Adela, no soy estúpido! – Exclamó Tony estresado porque se sentía como un animal acorralado. – Estoy sin dinero, mi empresario rompió todos nuestros contratos y encima se que ha quedado con una buena parte de mi fortuna. Con lo que me quedaba he tenido que pagar a los abogados, eso sin contar la
–No entiendo porque has decidido acompañarme. – Murmuró Adela caminando por el largo pasillo del hospital al lado de Tony.–Porque él que está siendo investigado aquí soy yo y esa vieja sabe demasiadas cosas sobre mí, gracias a ti que no sabes elegir bien a tus aliados. –Respondió Tony haciendo una mueca de asco y Adela sonrió con sorna.–Dice el estúpido que ha metido a una de sus víctimas en nuestros planes. –Espetó Adela y Tony giró los ojos molesto porque sabía que estaba hablando de Camile. –Solo espero que la WAG cornuda mantenga la boquita bien cerrada.–Por supuesto que no abrirá la boca, porque si lo hace le quito el niño que tenemos, aparte de que destrozaría su matrimonio contar todo lo que sabe, Camile es una cobarde, no sería capaz de enfrentarme. – Afirmó Tony y los dos se pararon delante de la puerta de una de las habitaciones. – ¿Es esta la habitación dónde está la vieja?–Según lo que me ha dicho la enfermera, sí. –Habló Adela mirando de un lado a otro para asegurarse
Hugo miraba a la niña preguntándose como reaccionaría Felipe si llegará a descubrir que tenía una preciosa bebita idéntica a él y Hugo sintió un aprieto en su corazón cuando recordó cómo se había sentido cuando Julia le dijo que su hijo no había nacido.–Felipe tiene derecho a saber que tiene una hija, Kelly. –Murmuró Hugo sin apartar la vista de Zoe.–¡¡No, no tiene que saberlo, no quiero que Felipe se acerque a mi hija!!–Exclamó Kelly nerviosa y Zoe comenzó a llorar.–Kelly, por favor. –Murmuró Julia acercándose a su amiga al ver que su nerviosismo estaba afectando a Zoe.–¡Debiste decirme que él estaba viniendo a esta casa Julia, has arriesgado a mi hija! – Espetó Kelly mirando a su mejor amiga molesta mientras que balanceaba a Zoe para intentar calmarla. –No tenías que haberme omitido esto, tenía derecho a saberlo.–Pensaba contártelo para que estuvieras al tanto, pero estoy segura de que Hugo no le dirá nada a Felipe. –Aseguró Julia girándose hacia Hugo y este le lanzó una mirada
Hugo caminaba de un lado a otro por su salón mientras que Diego lo observaba preocupado, preguntándose que pasaría en aquella casa, cuando Mercedes entró llamando la atención de los dos.–Hernán está lavando el coche en el jardín trasero. –Avisó y Hugo asintió mirando su reloj con expectación.Antes de que diera la hora en la que había quedado con Abraham para recibirlo en su casa, sonó el timbre y Mercedes fue directo hacia la entrada para abrir la puerta.Mercedes se quedó boquiabierta cuando dos hombres altos y una mujer pequeña con unas curvas muy pronunciadas entraron a la casa seguros de sí y se dio cuenta de que la palabra autoridad parecía estar reflejada en el rostro de los tres. Hugo los presentó a su padre y después les indicó donde estaba Hernán.Salieron todos a la parte trasera de la mansión, donde Hernán solía lavar el coche y cuando el hombre los vio supo de inmediato que las cosas no irían muy bien para él a parir de aquel momento.–¿Hernán Martínez? – Preguntó el Com
Julia estaba parada delante del enorme espejo de su habitación observando su reflejo. Iba vestida con un traje entero negro, el cabello recogido en una coleta alta, el maquillaje sencillo y muchos, muchos anillos en sus dedos.–¿Todavía estás pensando en ellas verdad? –Preguntó Kelly vestida elegantemente con un vestido bien ajustado y unos tacones de doce centímetros, también iba vestida entera de negro.–Es imposible no pensar en esas mujeres, Kelly. Trece mujeres con sus vidas destrozadas por culpa del mismo hombre. –Contestó Julia con la mirada perdida y Kelly se giró para ver a Amaya que estaba sentada en una silla cerca de la cama de Julia, también vestida de negro. – Una de ellas tenía a penas diecisiete años cuando Tony la violó con sus amigos y a esa misma chica, Adela la hundió diciendo en una noticia que ella se dedicaba a la prostitución. Perdió su futuro como modelo, terminó en las drogas y sus padres hasta la echaron a la calle, todo porque tuvo la mala suerte de cruzars
–¿Estás segura de que esto es lo que quieres? –Preguntó Hugo agarrando una mordaza mientras que miraba a Julia directamente a los ojos, pero ella no apartaba la vista de lo que tenía en él en las manos.–¿Desde cuando tienes este tipo de cosas en esta casa? – Preguntó Julia con curiosidad mordiéndose los labios.–No estamos aquí para hablar de mi colección de juguetes sexuales, más que nada porque ya conoces una gran parte de ella. – Habló Hugo con firmeza. – Ahora te volveré a preguntar, ¿Estás segura de que esto es lo que quieres, porque te aseguro que te dolerá y no me voy a detener? – Preguntó acercándose a ella y Julia asintió con seguridad. – Quítate la ropa y acuéstate en la cama. – Ordenó señalando la cama con la mordaza.–¿No me vas a quitar tú la ropa? – Preguntó Julia intrigada viendo lo serio que estaba Hugo sin expresar ninguna emoción en su rostro.–¿Quieres que te haga el amor como si fueras una princesa o quieres que te folle duro? – Preguntó Hugo observando como ella
–¡¡¡Tienes que hacer algo!!!– Vociferó Tony en medio del juicio mirando a su abogado después de saber que podría pasar hasta cinco años en cárcel por abuso sexual. –¡¡No puedo pasar cinco malditos años en la cárcel, tienes que hacer algo maldito incompetente!!– Gritó Tony desesperado mirando a su abogado, pero al escuchar la risa de la fiscal se giró para verla. – Maldita, te están pagando muy bien para hacerme esto, ¿verdad? – Acusó a Amaya que se puso de pie con parsimonia mirándolo con indiferencia.–Señor Pujols por favor controle sus palabras, si no quiere que lo denuncie por calumnia y no creo que quiera sumar más tiempo a su posible condena. – Habló Amaya con un tono tranquilo, forzando una sonrisa condescendiente y el abogado de Tony lo agarró del brazo cuando lo vio intentar acercarse a la fiscal.–¡Licenciado, por favor controle su cliente! – Ordenó el juez mirando a Tony como si lo estuviera analizando. –Tony tienes que calmarte, tendremos que esperar veinte días hasta que
Capítulo 90:Felipe caminaba con pasos acelerados por el centro de Madrid mientras que caía una lluvia torrencial sobre su cabeza. Tenía la intención de llegar lo más rápido posible a su oficina, más que nada porque le quedaban apenas unos minutos para una reunión importante con sus socios y tendría que cambiarse antes de verlos, porque justamente ese día había tenido una reunión cerca de su oficina con el arquitecto y decidió ir caminando, con la intención de despejar un poco su cabeza con el paseo.Cuando de repente el teléfono móvil de Felipe comenzó a sonar mientras que él iba por la calle sujetando el maletín sobre su cabeza y sacar el teléfono en aquel momento no era una buena idea, pero podía ser una llamada importante, así que resopló con fastidio maldiciendo y como pudo sacó el teléfono de su bolsillo. Cuando Felipe vio en la pantalla del móvil quién lo estaba llamando, se quedó paralizado en medio de calle bajo la lluvia y con la mano mojada contestó aquella llamada con ans