Julia caminaba por el salón de la gala saludando a todos los invitados, intentando recordar el nombre de cada uno de ellos y tratando de ser la gran anfitriona que todos esperaban que fuese aquella noche. Ella intentaba disimular su nerviosismo, por tener que realizar aquella gala sola, sin tener a su abuela cerca para ayudarla. María Eugenia había decidido quedarse en la mansión con los niños y Aurora, para darle a Julia todo el protagonismo de la noche y la oportunidad de demostrar que podría manejarse sola en sociedad. De repente alguien tiró de Julia que ahogó un grito de susto cuando vio quien era. –¡Abraham! –Exclamó Julia mirándolo con el ceño fruncido mientras que él tiraba de ella para bajar por las escaleras que los llevaba hasta el jardín del palacio. –¿Qué crees que estás haciendo? –¡Sacando a la anfitriona de la gala para que pueda respirar! –Afirmó y la vio poner los ojos en blanco. –Tengo que hacerlo antes de que los invitados empiecen a darse cuenta de que estás de
–¿Felipe qué estás haciendo aquí? –Preguntó Kelly sorprendida, pero Felipe no apartaba la mirada asesina del hombre que estaba detrás de ella, que lo miraba como si estuviera viendo al mismísimo demonio.–¡¡Señor Oliveira, es un placer verlo!!–Exclamó el hombre con la voz temblorosa, pero Felipe no le contestó solo giró la cabeza para mirar a Kelly, que tenía el ceño fruncido sin entender el nerviosismo del invitado ante el padre de su hija.–¿Qué estás haciendo aquí Felipe? –Preguntó Kelly enojada llevándose las manos a la cadera.–¡Estoy aquí para prestigiar a la gran empresaria en la que te has convertido! –Afirmó Felipe mirándola con una sonrisa sincera, porque era cierto lo que decía, él quería ver un poco más de esa nueva Kelly.–No necesito que lo hagas, en verdad preferiría que te fueras de aquí. – Habló Kelly con tanta vehemencia que Felipe sintió un aprieto en su corazón, pero la figura del hombre detrás de ella lo impedía de alejarse.–¡¡Pues me da igual si me quieres aquí
–No puedo estar contigo así sin más Felipe, no después de todo lo que ha pasado entre nosotros. –Murmuró Kelly mientras que Felipe deslizaba la lengua por su cuello. –No te pido que me ames Kelly, ni que me perdones, por lo menos no ahora. Tú quieres esto y yo también, no tenemos porque resistirnos. Déjame dar a tu cuerpo el placer que tanto necesita. –Murmuró con su voz ronca mirándola a los ojos. –No Felipe, tengo que presentar el proyecto junto a la ministra. –Suspiró intentando apartase de él, pero Felipe la abrazó con más fuerza. –¡Será rápido y lo disfrutarás, te lo prometo! –Murmuró Felipe con la voz ronca. –Déjame follarte nena, sabes que lo necesitas tanto como yo. Kelly dejó de resistirse cuando sintió la dureza de Felipe rozando su sexo, hasta llegó a pensar que con apenas ese roce sería suficiente para que llegará al orgasmo. Ella llevaba tanto tiempo sin él que con tan solo probar sus labios ya estaba al borde de un abismo de placer. Felipe se arrodilló delante de el
–¿Dónde estamos Hugo? –Preguntó Julia angustiada mientras que Hugo pasaba la mano por su cabeza resoplando con cansancio. –No puedo ver nada. –Murmuró mirando por la ventana intentando encontrar algo que los ubicará, pero la nieve caía tan fuerte que era imposible ver cualquier cosa.–Antes de que perdiéramos la señal el GPS me indicaba que estábamos en San Rafael. – Contestó Hugo preocupado, porque no encontraban una forma de bajar a Madrid y su coche no era el más apropiado para situaciones como aquella, pero cuando se marchó de su casa no contaba con que la borrasca sería tan fuerte. –Todas las carreteras principales están cerradas y las secundarias tampoco son una opción. Ahora mismo lo único que estoy haciendo es dar vueltas.–¿Y qué vamos a hacer ahora Hugo? –Preguntó Julia mirándolo asustada y él agarró su mano para tranquilizarla.–Lo siento bebé, no esperaba que esta borrasca llegase a estos extremos. Debemos buscar un lugar para refugiarnos o nos quedaremos tirados en carret
Julia se sentó en la cama aturdida por las palabras de Hugo, porque él habló con la voz tan ronca que ella sintió como su piel se erizaba suavemente y si antes estaba húmeda, después de saber lo que haría Hugo en la ducha se puso infinitamente peor.Jamás en su vida la chica había imaginado que escuchar el sonido del agua cayendo sería la cosa más erótica que escucharía en su vida y lo peor era ver la luz del baño porque Hugo había dejado la puerta entreabierta. Julia luchó con todas sus fuerzas contra su curiosidad, contra el deseo de acercarse aquel baño para verlo, pero antes de que pudiera darse cuenta estaba de pie caminando hasta a ella. Julia se acercó a la puerta intentando no hacer mucho ruido y lo vio bajo la ducha masturbando su enorme miembro gimiendo. Ella se preguntó como podía haber olvidado lo grande y grueso que era, entonces se mordió los labios recordando hasta su sabor. Julia veía como Hugo deslizaba la mano por su pene apretándolo con fuerza y gruñendo de placer.
Kelly estaba preocupada en la entrada del palacio viendo toda aquella nieve caer sin saber cómo o donde estaría Julia y porque se había marchado con Hugo en medio de aquella borrasca. Estaba entretenida observando el enorme manto de nieve que cubría todo, cuando escuchó una discusión no muy lejos de allí y se dio cuenta de que era Felipe discutiendo con uno de los guardias del Palacio y a su lado había una pareja que no parecían ser invitados de la fiesta, entonces se acercó a ellos para saber que estaba sucediendo.–¿Qué está pasando aquí? –Preguntó Kelly con autoridad mirando al guardia que se sobresaltó al verla.–Pues señora, que esta pareja quiere entrar al Palacio para refugiarse de la borrasca. –Explicó el hombre y Kelly frunció el ceño porque no entendía dónde estaba el problema. – ¿Y hay algún problema para que se queden aquí? – Preguntó Kelly intrigada, pero fue Felipe quien contestó a su pregunta.–Sí, según el guardia las habitaciones ya están repartidas entre los invitad
Hugo entró en la casita intentando quitarse de encima toda la nieve que había caído sobre su cabeza mientras sujetaba un tupper con caldo, que la encargada del camping había preparado para ellos. Él miró extrañado el interior de la casa, cuando no vio a Julia por ninguna parte y se preocupó.Habían pasado dos días desde que habían llegado al camping y Julia había estado muy angustiada por no saber nada de Iker, hasta que pasó la borrasca y volvió la señal de los teléfonos móviles.Julia había podido comunicarse con su abuela, y ya sabía que Iker se encontraba bien, pero irse de aquel lugar todavía era algo imposible, porque estaban en lo alto de una montaña y todas las quitanieves de la ciudad estaban siendo utilizados para despejar las carreteras y los hospitales, no había forma de abandonar el camping y ni siquiera un helicóptero podía ir a buscarlos.–¿Todavía estás en la cama bebé? –Preguntó Hugo preocupado entrando a la habitación, viendo a Julia en la cama enrollada en una manta
Julia estaba sentada en la cama mientras que Hugo caminaba de un lado a otro contándole todo lo que su madre le había confesado. La chica solo podía negar con cabeza sin poder entender como alguien podía ser llegar a ser tan mala hasta el punto de llegar a hacer daño a su propio hijo–¿Entonces no sabías que estuve en el hospital? –Preguntó Julia porque estaba segura de que Hugo estaba informado de todo lo que había sucedido.–No bebé, Hernán me ocultó que te llevó al hospital aquel día y Felipe también me ha omitido esa información, aunque no entiendo muy bien por qué. –Contestó Hugo llevándose las manos a los bolsillos de su pantalón.–Habrá tenido sus motivos para hacerlo y seguramente no serán los más nobles. –Espetó Julia y Hugo bajó la cabeza con tristeza, entonces ella se mordió la lengua porque era visible que Hugo echaba de menos a Felipe. – Aquel día me enteré de lo que me habían hecho y quise morirme. Fue el peor día de mi vida Hugo, y cuando supe cuánto tiempo tenía de emb