SEMANAS DESPUÉS.Felipe estaba tirado en el sillón de su salón con una botella de whisky vacía en la mano. Estaba demacrado, descuidado y con una terrible depresión, los últimos días habían sido un infierno. Pasaba el día intentando impedir que Hugo cometiera alguna estupidez y por las noches se dedicaba a pensar en Kelly, no quería recordarla, pero su cabeza lo torturaba constantemente con sus recuerdos. Felipe estaba buscar fuerzas para levantarse para buscar otra botella cuando su teléfono móvil comenzó a sonar otra vez aumentando su dolor de cabeza, entonces decidió contestar la llamada para que lo dejarán en paz de una vez por todas.–¡¡¿Qué es lo que quieres Henri?!!!–Preguntó Felipe con fastidio intentando incorporarse.–¡¡Felipe tienes que venir a mi departamento de Gran Vía, ahora mismo!!–Exclamó Henri alterado y Felipe puso los ojos en blanco.–¡¡Ya te dije que no me interesa ir a tu fiesta Henri, así que déjame en paz!!–Vociferó Felipe sentándose en el sillón mientras tira
BIARRITZ, FRANCIA. El tiempo en Francia aquella tarde estaba horrible, era como si el cielo estuviera anunciando la llegada de una desgracia, y para María Eugenia esa “desgracia” sería una muerte, una que ella estaba deseando que llegara cuanto antes. –¡Señora! – Exclamó Laura el ama de llaves y la persona más cercana a María Eugenia, entrando al enorme salón del pequeño palacio que tenía la familia en Biarritz. – ¡El señor quiere verla! –Anunció y María Eugenia que estaba delante del enorme ventanal mirando el jardín del palacio se giró con parsimonia para verla. –No quiero verlo Laura, solo quiero que me avises cuando esté muerto y nada más. – Habló María Eugenia con vehemencia y Laura la miró con tristeza viendo a la hermosa mujer con una larga melena canosa. A pesar de los años María Eugenia seguía siendo muy bella. –Señora por favor, usted sabe bien que yo sería la última en insistir en que lo vea, pero creo que esta vez es importante. –Aseguró el ama de llaves y María Eugenia
Habían pasado varios días desde que Kelly había tomado la decisión de lo que haría con su bebé, llenando el corazón de su madre de tristeza por ella, porque Aurora entendía los motivos de su hija, pero daría lo que fuera para cambiar la situación que estaban viviendo solo para que Kelly cambiará de opinión.Aurora iba sentada en el autobús de camino a una entrevista de trabajo que habían conseguido para ella, pensando en todo lo que estaba pasando mientras miraba por la ventana con lágrimas en sus ojos, porque estaba dispuesta a apoyar a su hija en todo, pero no quería verla sufrir y sabía que después de la intervención todo el dolor que estaba sintiendo aumentaría .Aurora se puso de pie cuando el autobús estaba llegando su destino, pero cuando se paró delante de la parada en la que debía bajarse, ella miró el mapa de la ruta que había en la puerta viendo cual sería la siguiente parada del trayecto y decidió no bajarse. Aurora pensó que a lo mejor sería una locura lo que estaba a pun
Kelly regresó a su casa y se detuvo por unos minutos delante del edificio, pensando en cómo le contaría aa su mejor amiga que estaba embarazada también sin desesperarla todavía más y que no cometiera la estupidez de querer marcharse sola. Entonces se armó de valor, respiró profundamente y entró.Cuando estaba entrando a su casa Kelly no se dio cuenta de que había un hombre al otro lado de la calle con unos lentes oscuros y con la cabeza ladeada mirándola con curiosidad. El hombre de un metro y noventa tenía en sus manos un par de fotos y no tardó en reconocer a Kelly en una de ellas sonriendo con satisfacción.Cuando Kelly subió al departamento Julia y Aurora estaban sentadas en el sillón conversando. Kelly sabía que su madre estaba haciendo su tarea de animar a Julia como llevaba haciendo en los últimos días cada mañana. Cuando Aurora levantó la cabeza para mirar a su hija, Kelly le sonrió y por algún motivo al ver su sonrisa supo que sería abuela y su corazón se llenó de felicidad.
Hugo estaba en una fiesta privada en las afueras de la ciudad, se fue al jardín con una botella de brandy para esconderse de la cantidad absurda de mujeres que estaban detrás de él como buitres. Hasta se había planteado la idea de acostarse con otra mujer, pero su cabeza lo impedía. A Hugo le hacía gracia pensar que se sentía como si estuviera traicionando a Julia, cuando ella lo había engañado con su compañero de equipo. –No deberías estar aquí solo cariño. –Murmuró Adela saliendo de la sombra de un árbol que estaba cerca de Hugo y él la miró con recelo.–Prefiero estar solo ahora, Adela. –Escupió Hugo poniendo los ojos en blanco, pero Adela al parecer no entendía las indirectas porque al contrario de irse decidió acercarse a él.–Siento lo que ha pasado con esa mujer Hugo, después de como le pediste matrimonio demostrando tu amor delante de todo el mundo y ella tuvo el descaro de engañarte. – Murmuró Adela con una cara inocente refiriéndose a las fotos del antro, porque no podía d
Julia salió del metro agarrada de la mano de Aurora y Kelly que la habían acompañado para darle apoyo. Abraham estaba esperando por ellas caminando de un lado a otro delante de la entrada del Westin Palace ansioso por aquel encuentro y por un deseo extraño de ver a Julia otra vez.–Hola Abraham. –Lo saludo Julia con una sonrisa tímida. En las dos veces que habían hablado por teléfono el policía le había transmitido mucha seguridad y parecía ser una buena persona.–Me alegro de volver a verte Julia. –Contestó él con una bonita sonrisa mirándola a los ojos y después levantó la mirada para saludar a las otras mujeres que estaban detrás de Julia. –La Duquesa está esperando por vosotras, ella se imaginaba que no te presentarías aquí sola.–No pensaba dejar a mi niña sola en esto, estamos aquí para apoyarla en todo lo que haga falta. –Afirmó Aurora con seguridad acercándose a Julia, que le sonrió y Abraham asintió invitándolas a entrar.Las tres caminaron detrás de Abraham que iba delante p
Hugo estaba aparcado cerca de la ciudad deportiva de Valdebebas dándose ánimo para entrar en aquel lugar. Se sentía avergonzado después de haber pedido a Julia en matrimonio delante de todo el mundo, para después descubrir que su prometida no pasaba de una prostituta y también le dolía recordar que sus compañeros le habían visto en las peores condiciones en las últimas semanas. Hugo se sentía como si fuera un despojo humano, pero Fernando Palacios había sido muy claro, tenía que volver a los campos si quería la renovación de su contrato, entonces allí estaba.Hugo entró a los vestuarios que por suerte estaban vacíos, porque todos sus compañeros ya estaban entrenando, entonces se cambió de ropa rápidamente y después respiró profundamente antes de salir al campo, pero lo que no se esperaba era recibimiento tan calurosos que sus compañeros tenían para él, felices de volver a verlo.–¡No sabes lo feliz que me hace volver a tenerte con nosotros mi capitán! – Exclamó Sergio antes de abrazar
–¿Tienes alguna idea de lo que quiere tu padre? No es que no quiera verlo, pero es que tengo una reunión importante. –Preguntó Felipe sentado en el sofá con una copa de whisky en la mano.–¡No sé ni donde está! Se fue hace una semana de viaje y no me ha querido decir a donde se ha ido. –Afirmó Hugo sirviéndose una copa para él. –Lo único que me ha dicho es que debíamos estar aquí para cuándo llegará.–También ha pedido las fotos de Julia. –Habló Felipe frunciendo el ceño, porque no tenía ni idea de para qué Diego quería aquellas fotos.–¿La echas en falta? – Preguntó Hugo con tristeza mirando a su amigo que negó con la cabeza sabiendo quién se refería. – ¿No ha intentado contactar contigo ni una sola vez?–Después de lo que pasó delante de aquella clínica creo que sería capaz de matarla con mis propias manos si la encuentro, ni la echo en falta, ni quiero saber nada de ella, para mí Kelly está muerta y espero que pienses lo mismo de Julia. –Afirmó con vehemencia antes de tomar un trag