Con cada gemido de Julia una vena del miembro de Hugo se hinchaba provocando una erección bestial en él. Él se acercó a ella intentando controlar su excitación y rozó la nariz en la mejilla de Julia. –Avisé que te ayudaría a terminar si esto volvía a pasar y pienso cumplir con mi palabra. –Susurró Hugo en el oído de Julia mientras deslizaba el brazo por debajo de ella para abrazarla pegando su espalda contra su pecho y ella se despertó. –Hugo…–Gimió Julia abriendo mucho los ojos mirándolo asustada. –Déjame ayudarte, necesitas terminar y yo necesito sentir como te corres. –Murmuró Hugo con la voz ronca agarrando su rostro con la mano que tenía libre para lamer sus labios. –No…no podemos…–Balbuceó la chica nerviosa intentando apartarse de él, pero Hugo la tenía aprisionada. –No quiero esto, no es lo correcto. –Murmuró respirando su olor que la hacía enloquecer. –Puede que no sea lo correcto, pero sí que lo quieres, lo estás deseando Julia. –Gimió Hugo enterrando su cara en el cuell
–¿Puedes prometerme que no me harás daño? – Suplicó Julia con los ojos empañados y el corazón en la garganta mirando a Hugo que estaba metido entre sus piernas acariciándola sin apartar la vista de sus ojos.–Te puedo prometer que no le haré daño a tu corazoncito, pero no puedo decirte lo mismo del resto de tu cuerpo. –Murmuró Hugo y ella lo miró con incomprensión.–¿A qué te refieres Hugo? –Preguntó Julia con expectación mientras que él solo podía fijarse en sus labios entreabiertos.–Pues que quiero hacerte daño y a la vez matarte de placer. Tengo tantas ganas de hacerte mía que estoy seguro de que no seré capaz de controlar mi lado más primitivo. –Suspiró apretando los muslos de Julia y deslizó sus manos hasta meterlas por debajo de su trasero para alzarla y después meterla en la piscina junto a él. Julia se llevó una mano a su boca para ahogar un grito cuando sintió el agua tocar su piel, y Hugo la abrazó con un gesto posesivo pegando su frente a la de ella.–Acabo de confesar lo
–¡¡FELIPE PARA POR EL AMOR DE DIOS!!¡¡PARA O LO VAS A MATAR!!–Gritó Kelly desesperada mientras que Felipe golpeaba a su jefe incansablemente. Ella quería llegar hasta él para apartarlo de Genaro, pero un cliente la sujetaba.Felipe estaba en colera, su único deseo en aquel momento era ver correr la sangre de Genaro. Kelly le pisó el pie al cliente que la agarraba por la cintura para que la soltará. sabía que el hombre solo quería ayudar, pero necesitaba llegar a Felipe para detenerlo antes de fuera demasiado tarde.Ella sintió miedo porque solo lo había visto así una vez. Cuando estaba trabajando en una discoteca de Madrid y un hombre intentó abusar de ella en baño de las señoritas, en ese momento Felipe y ella no se conocían, pero él la defendió con la misma fiereza que lo estaba haciendo en aquel momento. Kelly se acercó con cuidado llamando por él y le toco el hombro con precaución para no recibir un golpe también.–¡FELIPE PARA POR FAVOR!¡YA BASTA! –Exclamó Kelly y Felipe la miró,
–¿No habéis vuelto a saber de ella? –Preguntó Kelly dejando una carpeta con los documentos que Felipe le había entregado sobre la mesita de centro. – Ya ha pasado un mes desde qué Hugo la echó de aquí, según me lo habías contado tú. –Murmuró con curiosidad mirando a su amiga que estaba sentada a su lado en el sillón del salón de la mansión de Hugo. –La verdad es que no Kelly, y Hugo no quiere hablar sobre ella. –Contestó Julia probando la limonada que Merche había preparado para ellas. –Pero aun con esa señora lejos de aquí no me siento tan tranquila, su presencia aquí no me hacía estar cómoda, pero su lejanía me tiene ansiosa, no confío en ella. –Confesó y Kelly pudo notar la preocupación en su voz. –¿Piensas que esa mujer puede intentar armar algún escándalo contra Hugo? –Indagó Kelly y Julia la miró pensativa y pasó saliva, porque con lo poco que había visto de Adara ya sentía que era una mujer resentida capaz de hacer cualquier cosa para lograr sus objetivos. –Espero que no, por
Estar completamente desnuda, acostada sobre una cama con las piernas abiertas y dobladas mientras que, un dios como Hugo Torres lamía su clítoris en medio de uno de los estadios más famosos del planeta tenía que ser para Julia algo memorable, inolvidable, extraordinario excepcional y todo lo que sigue.Hugo tenía las manos en su trasero, apretando sus nalgas con fuerza para exhibirla todavía más para él porque quería alimentarse de su sexo empapado hasta la saciedad. Julia ya se había corrido una vez y la pequeña perla hinchada que él torturaba con su lengua era la prueba de su reciente orgasmo, pero Hugo necesitaba más. Él quería tener la certeza de que a partir de ese momento Julia sería suya para siempre.Julia gemía agarrando la cabeza de Hugo para presionarla más en su intimidad, sus gemidos pasaron a gritos cuando otro orgasmo atravesó su cuerpo nublando por completo sus sentidos y se entregó al intenso placer. Hugo sintió el temblor de sus piernas y succionó su clítoris mientra
–¿Te duele mucho bebé? –Preguntó Hugo preocupado entregándole a Julia un analgésico.–Sí me duele demasiado. –Confesó Julia haciendo un puchero. – Es que ayer en la noche fui atacada por una bestia en celo, que no sabe la diferencia entre “hacer el amor” y “follar salvajemente”, ¿sabes? –Se burló Julia tomándose el analgésico y Hugo la miró con una sonrisa pícara.–Me gustaría decirte que “lo siento”, pero sería una cochina mentira.–Cada vez que recuerdo todo lo que pasó anoche entre nosotros siento que vale la pena pagar las consecuencias, hasta podría llegar a decir que lo estoy disfrutando. –Murmuró Julia con una voz traviesa mientras que Hugo esbozaba una sonrisa maliciosa listo para devorarla a besos una vez más, pero fue interrumpido por la notificación de un mensaje que entraba en su teléfono móvil y cuando vio de quien se trataba resopló con fastidio. –¿Ha pasado algo amor? –Preguntó preocupada al ver como la mirada de Hugo se oscurecía.–Es mi madre, no deja de molestarme co
–Intentalo si quieres, pero no creo que seas capaz de ganar mi corazón después de lo que me hiciste, yo no confío en ti.–Siempre apuesto para ganar Kelly, y te puedo asegurar que no te voy a perder en ese juego. –La replicó Felipe y cuando vio como los labios de Kelly se abrían tan cerca de su boca no pensó en nada más, solo dejarse llevar por el intenso deseo de probarlos, entonces la besó con todas sus ganas y sin remordimientos.Kelly se perdió en ese beso que tanto había deseado probar desde que se habían conocido. Ella necesitaba su boca, tanto como él a la suya, o más. Se entregó a sus besos perdiendo completamente su capacidad de razonar, por la posesividad tan grande con la que Felipe devoraba su boca y como su cuerpo se entregaba a él sin que ella pudiera hacer nada a respeto.Sus labios parecían adorarla como si fuera una diosa, y todo lo que él provocaba en ella era motivo suficiente para olvidarse de los errores que había cometido, de cómo la había herido y hasta de su no
En Dubái, los cuatro organizaron todo lo necesario para la reunión con el jeque, en un departamento que el príncipe había reservado exclusivamente para ellos en el Burj Khalifa. Después los acompañó hasta la sala de reuniones donde los esperaba su padre, y el príncipe se ofreció amablemente para hacerle compañía a Julia, y Hugo a regañadientes accedió a dejarlos solos.–¿Así que te llamas Julia Rivarola Astrar? –Preguntó el príncipe intrigado por la historia de Julia que ella le había contado mientras paseaban por el edificio.–Así es, “Astrar” era el apellido de mi mamá. –Contestó Julia paseando por la terraza del Burj Khalifa acompañada del príncipe.–Paso mucho tiempo en España porque tengo varios amigos allí, y podría jurar que “Astrar” no es un apellido muy típico. –Habló el príncipe y se paró de repente, dejando que Julia siguiera adelante sola, cuando ella se dio cuenta de que el príncipe se había quedado atrás, y regresó a su lado mientras que él repetía un par de veces su ape