–¿Te duele mucho bebé? –Preguntó Hugo preocupado entregándole a Julia un analgésico.–Sí me duele demasiado. –Confesó Julia haciendo un puchero. – Es que ayer en la noche fui atacada por una bestia en celo, que no sabe la diferencia entre “hacer el amor” y “follar salvajemente”, ¿sabes? –Se burló Julia tomándose el analgésico y Hugo la miró con una sonrisa pícara.–Me gustaría decirte que “lo siento”, pero sería una cochina mentira.–Cada vez que recuerdo todo lo que pasó anoche entre nosotros siento que vale la pena pagar las consecuencias, hasta podría llegar a decir que lo estoy disfrutando. –Murmuró Julia con una voz traviesa mientras que Hugo esbozaba una sonrisa maliciosa listo para devorarla a besos una vez más, pero fue interrumpido por la notificación de un mensaje que entraba en su teléfono móvil y cuando vio de quien se trataba resopló con fastidio. –¿Ha pasado algo amor? –Preguntó preocupada al ver como la mirada de Hugo se oscurecía.–Es mi madre, no deja de molestarme co
–Intentalo si quieres, pero no creo que seas capaz de ganar mi corazón después de lo que me hiciste, yo no confío en ti.–Siempre apuesto para ganar Kelly, y te puedo asegurar que no te voy a perder en ese juego. –La replicó Felipe y cuando vio como los labios de Kelly se abrían tan cerca de su boca no pensó en nada más, solo dejarse llevar por el intenso deseo de probarlos, entonces la besó con todas sus ganas y sin remordimientos.Kelly se perdió en ese beso que tanto había deseado probar desde que se habían conocido. Ella necesitaba su boca, tanto como él a la suya, o más. Se entregó a sus besos perdiendo completamente su capacidad de razonar, por la posesividad tan grande con la que Felipe devoraba su boca y como su cuerpo se entregaba a él sin que ella pudiera hacer nada a respeto.Sus labios parecían adorarla como si fuera una diosa, y todo lo que él provocaba en ella era motivo suficiente para olvidarse de los errores que había cometido, de cómo la había herido y hasta de su no
En Dubái, los cuatro organizaron todo lo necesario para la reunión con el jeque, en un departamento que el príncipe había reservado exclusivamente para ellos en el Burj Khalifa. Después los acompañó hasta la sala de reuniones donde los esperaba su padre, y el príncipe se ofreció amablemente para hacerle compañía a Julia, y Hugo a regañadientes accedió a dejarlos solos.–¿Así que te llamas Julia Rivarola Astrar? –Preguntó el príncipe intrigado por la historia de Julia que ella le había contado mientras paseaban por el edificio.–Así es, “Astrar” era el apellido de mi mamá. –Contestó Julia paseando por la terraza del Burj Khalifa acompañada del príncipe.–Paso mucho tiempo en España porque tengo varios amigos allí, y podría jurar que “Astrar” no es un apellido muy típico. –Habló el príncipe y se paró de repente, dejando que Julia siguiera adelante sola, cuando ella se dio cuenta de que el príncipe se había quedado atrás, y regresó a su lado mientras que él repetía un par de veces su ape
–¿Y se puede saber quién eres tú? –Se dio la vuelta Julia mirando al hombre grande y fuerte que había detrás de ella, vestido con un esmoquin entero negro, su camisa abierta revelando los músculos de su pecho y de su cuello colgaba un collar que tenía un dije en forma de sol y en su centro una piedra de color rojo. El hombre parecía muy seguro de sí mismo con su sonrisa “quita bragas” que volvería loca a cualquier mujer.–Me llamo Paris De Oliveira, y creo que acabo de encontrar a mi Helena. –Respondió con la voz ronca devorándola con la mirada.–Pues yo ni me llamo Helena ni soy de Esparta, pero una cosa si tenemos en común yo tampoco estoy disponible. –Respondió con seriedad llevándose las manos a la cintura.–Pues dime donde está ese Menelao para ir a matarlo y robarte, para llevarte a mi reino hermosa. –Replicó el chico mirándola con desafío y eso le molestó mucho a Julia, estaba a punto de decirle que se fuera con su celo a otra parte, pero una voz detrás de ellos llamó la atenci
–Buenos días preciosa, ¿Ahora eres tú la acosadora? –Preguntó Hugo con la voz ronca despertando en la enorme cama de su suite en el departamento de Dubái y Julia estaba sentada en un sillón delante de él vestida con un bonito conjunto de lencería blanco, mirándolo como si estuviera a punto de comérselo.–¿Así que el champagne es tu debilidad, Torres? –Preguntó Julia con una sonrisa traviesa. – No sabes cuanto me alegra saber eso. –Murmuró ella sin apartar la vista de Hugo que la miraba extrañado intentando despejarse.Habían tenido una noche de locos después de la gala, subieron a la habitación e hicieron el amor por todo el departamento aprovechando que estaban solos, y aún después de todo el champagne que habían tomado en el salón de eventos, en el departamento dejaron vacías otras dos botellas.–Por eso no me gusta beber, ahora…–Hugo perdió el habla cuando intentó levantar la mano y se dio cuenta de que la tenía atada, no tardó en darse cuenta de que la otra estaba exactamente igua
Los cuatro regresaron a Madrid después del increíble fin de semana que significaría un antes y después para las parejas. Lo habían disfrutado al máximo sin preocuparse por nada, sin pensar en nada ni en nadie.Hugo y Julia estuvieron lo que quedaba del viaje burlándose de sus amigos por la aventura que habían tenido en la terraza del Burj Khalifa, y de cómo el guardia de seguridad le había dejado su propia camisa a Kelly para que pudiera abandonar el lugar, ya que el carísimo vestido de diseñador de Bea había quedado inservible después de su momento de pasión con Felipe.Dubái se había resumido en fiestas, sexo, turismo, y varios momentos románticos para las parejas, pero lo bueno siempre pasa rápido y llegó momento de regresar a la realidad. Ya de vuelta a la ciudad la ciudad la rutina les volvía a tocar la puerta, sobre todo la de Hugo.–¿De verdad que no te importa quedarte sola? Bueno estarán los demás empleados de la casa, pero Merche está visitando a su madre y yo no sé cuanto t
Adela entró al departamento de Tony y no se aguantó la carcajada viendo su cara toda amoratada. –No haces absolutamente nada bien, ¡¿mira cómo te ha dejado Hugo?! –Espetó Adela mirando a Tony de arriba abajo con desdén. –¿Ahora la culpa es mía? ¿Se puede saber que contacto de m***a tienes en esa casa que no podía haberte avisado que Hugo llegaría antes de lo que me esperaba?, se supone que él no estaría en la casa y eso me daría tiempo suficiente para seducir a su chica para encontrarnos en una situación comprometedora. –Respondió Tony exasperado. –Pues un contacto que debe cumplir con su turno laboral y que no estaba en la mansión cuando Hugo se marchó, así que solo me pudo avisar que no estaba y no a qué hora llegaba. Tampoco necesitabas una hora exacta, solo tenías que meterte en la cama con ella y esperar, pero por lo que he entendido, aunque tuvieras todo el día para seducirla no lo hubieras conseguido. No me sirves ni para eso. –Replicó Adela mirándolo con rabia. –Igualmente e
Julia estaba bailando con Diego mientras que Aurora y Merche los animaban cantando. Hugo se acercó a ellas y se sentó al lado de Aurora. –Es una buena niña señor Torres, espero que sepas cuidarla como se merece. –Murmuró Aurora aconsejándolo sin apartar la vista de Julia. –Llámame Hugo por favor, y quiero que sepas, que sí pienso cuidar muy bien de ella, pero debo confesarle que ella me supera en eso, desde que me he lesionado es ella la que cuida de mí. –Respondió Hugo. –Cuando esta historia empezó no estaba de acuerdo con vuestro trato, y como podrás entender es normal que me preocupe ahora, que están empezando a sentir algo más. Julia ha sufrido mucho, perdió a sus padres cuando tenía casi trece años no sería justo que tenga sufrir otra vez por una ilusión. Estará pensando que no tengo derecho a opinar, pero me siento en la obligación de cuidar de ella. Para mí Julia también es mi hija. –Respondió Aurora con vehemencia. –Me agrada que seas tan directa, y no me parecer mal que qu