–¿Y se puede saber quién eres tú? –Se dio la vuelta Julia mirando al hombre grande y fuerte que había detrás de ella, vestido con un esmoquin entero negro, su camisa abierta revelando los músculos de su pecho y de su cuello colgaba un collar que tenía un dije en forma de sol y en su centro una piedra de color rojo. El hombre parecía muy seguro de sí mismo con su sonrisa “quita bragas” que volvería loca a cualquier mujer.–Me llamo Paris De Oliveira, y creo que acabo de encontrar a mi Helena. –Respondió con la voz ronca devorándola con la mirada.–Pues yo ni me llamo Helena ni soy de Esparta, pero una cosa si tenemos en común yo tampoco estoy disponible. –Respondió con seriedad llevándose las manos a la cintura.–Pues dime donde está ese Menelao para ir a matarlo y robarte, para llevarte a mi reino hermosa. –Replicó el chico mirándola con desafío y eso le molestó mucho a Julia, estaba a punto de decirle que se fuera con su celo a otra parte, pero una voz detrás de ellos llamó la atenci
–Buenos días preciosa, ¿Ahora eres tú la acosadora? –Preguntó Hugo con la voz ronca despertando en la enorme cama de su suite en el departamento de Dubái y Julia estaba sentada en un sillón delante de él vestida con un bonito conjunto de lencería blanco, mirándolo como si estuviera a punto de comérselo.–¿Así que el champagne es tu debilidad, Torres? –Preguntó Julia con una sonrisa traviesa. – No sabes cuanto me alegra saber eso. –Murmuró ella sin apartar la vista de Hugo que la miraba extrañado intentando despejarse.Habían tenido una noche de locos después de la gala, subieron a la habitación e hicieron el amor por todo el departamento aprovechando que estaban solos, y aún después de todo el champagne que habían tomado en el salón de eventos, en el departamento dejaron vacías otras dos botellas.–Por eso no me gusta beber, ahora…–Hugo perdió el habla cuando intentó levantar la mano y se dio cuenta de que la tenía atada, no tardó en darse cuenta de que la otra estaba exactamente igua
Los cuatro regresaron a Madrid después del increíble fin de semana que significaría un antes y después para las parejas. Lo habían disfrutado al máximo sin preocuparse por nada, sin pensar en nada ni en nadie.Hugo y Julia estuvieron lo que quedaba del viaje burlándose de sus amigos por la aventura que habían tenido en la terraza del Burj Khalifa, y de cómo el guardia de seguridad le había dejado su propia camisa a Kelly para que pudiera abandonar el lugar, ya que el carísimo vestido de diseñador de Bea había quedado inservible después de su momento de pasión con Felipe.Dubái se había resumido en fiestas, sexo, turismo, y varios momentos románticos para las parejas, pero lo bueno siempre pasa rápido y llegó momento de regresar a la realidad. Ya de vuelta a la ciudad la ciudad la rutina les volvía a tocar la puerta, sobre todo la de Hugo.–¿De verdad que no te importa quedarte sola? Bueno estarán los demás empleados de la casa, pero Merche está visitando a su madre y yo no sé cuanto t
Adela entró al departamento de Tony y no se aguantó la carcajada viendo su cara toda amoratada. –No haces absolutamente nada bien, ¡¿mira cómo te ha dejado Hugo?! –Espetó Adela mirando a Tony de arriba abajo con desdén. –¿Ahora la culpa es mía? ¿Se puede saber que contacto de m***a tienes en esa casa que no podía haberte avisado que Hugo llegaría antes de lo que me esperaba?, se supone que él no estaría en la casa y eso me daría tiempo suficiente para seducir a su chica para encontrarnos en una situación comprometedora. –Respondió Tony exasperado. –Pues un contacto que debe cumplir con su turno laboral y que no estaba en la mansión cuando Hugo se marchó, así que solo me pudo avisar que no estaba y no a qué hora llegaba. Tampoco necesitabas una hora exacta, solo tenías que meterte en la cama con ella y esperar, pero por lo que he entendido, aunque tuvieras todo el día para seducirla no lo hubieras conseguido. No me sirves ni para eso. –Replicó Adela mirándolo con rabia. –Igualmente e
Julia estaba bailando con Diego mientras que Aurora y Merche los animaban cantando. Hugo se acercó a ellas y se sentó al lado de Aurora. –Es una buena niña señor Torres, espero que sepas cuidarla como se merece. –Murmuró Aurora aconsejándolo sin apartar la vista de Julia. –Llámame Hugo por favor, y quiero que sepas, que sí pienso cuidar muy bien de ella, pero debo confesarle que ella me supera en eso, desde que me he lesionado es ella la que cuida de mí. –Respondió Hugo. –Cuando esta historia empezó no estaba de acuerdo con vuestro trato, y como podrás entender es normal que me preocupe ahora, que están empezando a sentir algo más. Julia ha sufrido mucho, perdió a sus padres cuando tenía casi trece años no sería justo que tenga sufrir otra vez por una ilusión. Estará pensando que no tengo derecho a opinar, pero me siento en la obligación de cuidar de ella. Para mí Julia también es mi hija. –Respondió Aurora con vehemencia. –Me agrada que seas tan directa, y no me parecer mal que qu
Las parejas llegaron a una hermosa Villa en Lanzarote con una playa totalmente privada, solo para ellos. El concierto sería al día siguiente y habían llegado muy tarde. Entonces solo había tiempo para hacer una, encerrarse en las habitaciones de la casa para quitarse las ganas que se tenían.Julia despertó a la mañana siguiente estirando el brazo para buscar a Hugo en la cama, pero se dio cuenta de que estaba sola. Se incorporó buscando alrededor y él no estaba por ninguna parte.Se paró de la cama y se acercó a la puerta de la terraza que estaba abierta de par en par pensando que a lo mejor Hugo había salido para dar un paseo por la playa. El aire movía las cortinas blancas y el olor del mar invadía todo el dormitorio. Era una casa baja y desde la terraza podían salir directo a la playa. Respiró profundamente sintiendo la suave brisa que venía del mar y decidió salir de la habitación para buscar a Hugo por la casa.Nada más salir al pasillo Julia se encontró con Kelly que también sal
–¡Por favor no juegues de esa manera conmigo! –Pidió Julia con los ojos acristalados y Hugo agarró su mano para dejarle un suave beso en ella y después otro en su frente.–No estoy jugando contigo, solo estoy desarmando todas mis defensas para entregarte mi corazón. Ha pasado muy poco tiempo desde que nos conocimos, apenas unos meses y solo quiero convertir esos meses en años y si posible en un “para siempre”. –Murmuró Hugo mirando directamente a los ojos de Julia, que ya estaban empañados por las lágrimas. –Solo dime que no estoy solo en el medio de este océano de sensaciones y emociones que siento cuando estoy a tu lado.–No, no lo estás, porque yo me estoy hundiendo en él. –Contestó Julia con la voz entrecortada y Hugo se incorporó en la cama sentándola sobre él con las piernas abiertas.Él la besó como si no hubiera un mañana, como si fuera la última vez que tendría la oportunidad de transmitirle en un beso todo lo que sentía por ella. Julia interrumpió el beso sin poder controlar
Kelly estaba nerviosa cruzando los dedos sobre su regazo sentada en el asiento del copiloto mientras que Felipe manejaba. Ella no tenía ni idea de a donde se dirigían y eso la tenía nerviosa, por esa razón odiaba tanto las sorpresas.–¿No piensas decirme a dónde me estás llevando? –Preguntó Kelly mirándolo con curiosidad y él negó con la cabeza sonriendo por verla tan curiosa.–Si te lo digo no será sorpresa, quiero que hoy todo sea perfecto pequeña. –Contestó agarrando una de sus manos y la besó para calmarla.Cuando llegaron al puerto Kelly sintió que se le aflojaban las piernas cuando se acercaron a un hermoso yate blanco de cincuenta metros de eslora, ella podía ver escrito en el costado el nombre de la embarcación, “Arkadia”. Kelly lo miraba embelesada y Felipe pasó el brazo alrededor de su cintura llamando su atención.–Espero que esta noche sea especial para ti, haré hasta lo imposible para que sea así. – Murmuró Felipe mientras rozaba la nariz en su mejilla y Kelly se derritió