Sara Todo aquello había sido algo que jamás me hubiera imaginado, yo ya tenía la imagen de Daniel, porque hasta cierto grado los mensajes me hacían pensar que podíamos congeniar, ahora con esto me quedaba con una sensación de escepticismo. Ni decir que en cuanto me dijo que en efecto él era Daniel quise salir corriendo del lugar, yo toda así en el peor estado en el que me pude presentar y él tan... ¡Argh! Lo primero fue hacer una videollamada con Miriam y Karen para contarles la fantástica aventura que me había ocurrido, porque analizándolo seguramente esta sería una buena historia, como esas que cuentan las mamis diciendo que tuvieron un amor de novela, el mío no llego a tanto, pero no podía quejarme. La cena me la pasé divagando, observándolo y babeando, sus modales en la mesa, lo atento que era, son cosas que están casi extintas, es como si hubiera descubierto el último fósil del más maravilloso dinosaurio que haya existido en la tierra. Miriam desestimo que aquel hombre fuer
Sara Definitivamente, quede idiotizada desde que lo vi aparecer doblando la esquina, caminaba como si el lugar le perteneciera, traía un traje neg.ro slim fit de tres piezas, sus zapatos me encantaron, eran obscuros de la parte del talón, con un degradado hacia el frente para terminar en un color café. Ya enfrenté de mí, ¡Dios...! No bastaba con su apariencia, olía increíble, en su fragancia se percibía notas de madera, cuero y algo más que mi nariz inexperta jamás sabría. Mi cerebro ni funcionaba, mi cuerpo en automático mando mi mano derecha para saludar ¡Tonta!, él siendo educado la tomo y la estrecho, otro error más, al tocarlo sentí que el corazón podría salir por mi boca, de lo desbocado que estaba. — ¡Buenas noches!, hoy luces... ¡Wow! — dijo y sin soltarme, se acercó para saludarme con un beso en la mejilla, — ¡Umh! Y hueles delicioso — susurro en mi oído, ¡Genial!, de no tener buen resorte mis pantis ya estarían en el piso. Paso mi mano por su brazo y se puso a mi lado,
Sara Llegue extasiada a mi apartamento, esa despedida me encanto, me había robado un beso, que, aunque solo choco sus labios con los míos, fue suficiente para mandarme a la nube 9.Entre dando vueltas y brinquitos, esa noche me costó mucho conciliar el sueño, repase cada momento de nuestra cita, lo atontada que me dejo con su apariencia, con su forma de coquetear y soltar frases halagadoras. Sin lugar a dudas en mis fallidas relaciones no había conocido alguien como él, olvidemos su apariencia, su personalidad era de lo más encantadora y atrayente, me sentía como abeja, con un jardín repleto de flores, ¡Aah! Debía frenarme y no dejarme ir como “gorda en tobogán”, había varias posibilidades; que fuera cierto lo que decía, o que solo se estuviera permitiendo bajar sus estándares para divertirse con alguien como yo, y otras que mejor descarto por ser aterradoras. Por supuesto que Miriam y Karen querían detalles que yo gustosa compartí con ellas, parecíamos adolescentes con nuestros g
Marco Nunca me decepcionaban sus reacciones, su cara reflejaba la sorpresa, parecía que la había “agarrado con las manos en la masa”, a un lado de ella, me disculpe con el sujeto con el que estaba. — ¡Disculpa!, esto — y los señalé a ambos — no va a funcionar, las relaciones no se deben forzar — el hombre se quedó sin decir palabra, con la boca abierta. ¿Cómo llegue aquí? Al parecer el hecho de pensar en una persona la hace difícil de perder de vista, después de un desayuno en la casa de mi madre, me ofrecí a llevarla a su cita en el spa “Anandi” de camino me percaté de una joven que caminaba a toda prisa por la acera a lado de donde circulábamos. En lo que esperábamos a que el semáforo en rojo cambiara, ella aprovechó para cruzar, dejándome verla, era Sara que camino directo para entrar en una cafetería. Mi pensamiento fue que era algo así como que me había levantado con suerte, por lo que pisé el acelerador y fui a dejar a mi madre, por fortuna eran solo unas cuantas cuadras, l
Sara El yoga por las mañanas hacía maravillas, no solo mi cuerpo lo reflejaba, ayudaba también a mi mente, y por supuesto que la vista era espectacular, ¿Por qué será que está lleno de chicos condenadamente buenísimos?, era tan motivador llegar en las mañanas y verlos. El shot justo de energía que necesitaba para ir contenta al trabajo. Ahora que había logrado hacerme de más tiempo, pude empezar a contactar con nuevos y posibles proveedores, siempre es bueno tener gente que te pueda sacar de apuros. Aquí siempre tenía clientes que estaban dispuestos a comprar mercancía que tuviera una alta rotación y gracias a los chinos que seguían recomendándome, mi cartera se veía cada vez más llena. Cerca de las 11 am necesitaba mi té y estirar las piernas, saliendo de la oficina y de camino a la cocineta, tuve que regresar, pues el teléfono sonaba, del lobby me hablaban para que fuera a recoger un paquete. Flores, las cuales venían con todo y vasija, me reí, eran rosas, lilis, margaritas y otr
Sara Algo se apoderó de mí, que cuando sentí sus labios no pude contenerme, quería más, ¡Ahh! Mi cuerpo tenía voluntad propia, ¡ja, ja, ja! Buena forma de zafarme de mi responsabilidad, ¿no? ¿Y qué si salía lastimada? Bueno, intentaré gobernar mi corazón, lo he pensado demasiado y creo que todavía puedo darme el lujo de experimentar una aventura de este calibre. Al día siguiente algo cambio, el primer mensaje de Daniel me decía lo mucho que deseaba verme para repetir el beso, tan solo recordarlo, me gano una risa nerviosa, no suelo ser así, pero que más daba, esta ocasión me permitiré hacer y decir todo aquello que siempre me reprimo por temor a ser juzgada. Por extraño que parezca con Daniel, sentía que podía hablar de lo que fuera sin ser criticada, él mismo me alentaba para que le siguiera enviando esos mensajes interminables con mis pensamientos, dijo que era la mejor forma de conocerme. Una vez decidido que me comportaría como nunca antes lo había hecho, le envié un mensa
Sara Agradecida que no me mando a volar con mi petición de que se hiciera análisis de ETS, al estar deslumbrada y tan atraída por él debía cubrir las bases, cuando uno tiene encuentros sexuales con el novio, la mayoría confía en que este sano, y que no sea un mentiroso de si tiene o no una vida sexual riesgosa. Todo se veía en orden,aun así, no dejaría de utilizar las precauciones de siempre, el leer los resultados me dio una emoción inmensa, era una muestra de que quería intimar conmigo, Miriam me bajo a la realidad diciendo que cualquier hombre que se jacta de serlo, jamás se niega. Toda nuestra tarde de sábado se fue buscando lencería sexy, por suerte encontramos muchas cosas, no sabía siquiera si podría lucírselas. Claro que se sorprendería, en varias ocasiones me ha dicho que mi primera impresión es de mujer mesurada, no está equivocado así me eh conducido por la mayor parte d
Sara ¡Un desperdicio!, pensé, sabía que decía la verdad, la forma en que me tocó, beso y sobre todo sus ojos me confirmaban lo mucho que quería lo mismo que yo; entendí que quisiera tomarse su tiempo, pero las ganas de tener sexo, me superaron y me hicieron proponérselo, cuando se lo dije, al oír salir esas palabras de mi boca me sorprendí. El lunes me envió una foto donde a lo lejos se veía el cerro de “La silla”, eso probaba que estaba en Monterrey, ya sin mis sentidos nublados, lo comprendía y no haría pucheros, pero tanto baile y besuqueo me pusieron a 100. No respondí a su mensaje, espere a que fuera más tarde y le envíe la foto de uno de los conjuntos de lencería que compre, diciéndole que debía apresurarse, porque deseaba usarlo esta misma semana. La comunicación se cortó o entro a alguna zona sin cobertura, algo tenía que haber sucedido, espero que no estuviera siendo yo muy insistente, cómo fuera ya lo había hecho. Lo único que tenía para distraerme era el trabajo, n