Sara La asesoría que pedí con el abogado me abrió los ojos, le expliqué a detalle que clase de persona era al que nos enfrentaríamos. Él mismo consideró que necesitaría ir con los mejores, saldría carísimo, pero me garantizarían el resultado que yo deseaba. Sus oficinas gritaban dinero, ese que ahora mismo no tenía por haberlo invertido en la cafetería, tan solo estar pisando ese suelo me había costado una exorbitante cantidad que se atrevían a cobrar por hora. Ellos aseguraron que se encargarían del asunto, sobre todo se pusieron más serviciales al saber contra quién pelearíamos, lo que les deje bien claro es el esfuerzo que estaba realizando para poder costear sus servicios. Muy inteligentes admitieron que ellos se encargarían de cobrar, ya que la factura se la pasarían a Marco, algo que me pareció ridículo desde que lo mencionaron. No importaba que tuviera que hacer, definitivamente no dejaría que él costeara ese gasto, estaba a punto de pedirle que renunciara a un hijo, algo de
Marco De ninguna forma me gusta tener que demostrarle a Sara lo que puedo hacer, pero llegamos a un punto en que uno de los dos debe esforzarse o perderemos la oportunidad de ser felices por la testarudez del otro. Si nadie en esta ciudad era rival para el despacho de abogados que contrato, que tal traer a los que dirigen el mundo allá en Nueva York, solo hizo falta que realizaran unas llamadas para que le negaran la asistencia a Sara. Luego de ello la deje en paz para que asimilara la magnitud de lo que le esperaba, yo mientras tenía cosas que hacer, aproveche mi visita repentina para entrevistarme con los que realizaban la licitación de la obra en el puerto de San Pedro. Ya que ellos habían enviado la invitación para que participáramos, la recepción que me dieron fue bastante cálida, acordamos una visita en la misma semana con alguno de mis arquitectos e ingenieros para que nos dieran el recorrido y así ver más allá de los planos y la información que recibimos. Contacté a Daniel
Sara Este hombre es un dolor de cabeza, primero tira por los suelos mi intento de alejarlo de forma legal, no solo eso ahora viene a verme y me habla con una familiaridad como si aún estuviéramos en una relación. ¿Perdida? Así es como me siento, creía tenerlo todo resuelto, antes de que apareciera de nuevo en mi vida, ya le había prometido a mi tía discutir mis planes con ella antes de ejecutarlos. La idea de ir a vagar por algún lugar lejos de este sitio se apoderó de mi mente, recuerdo que en china me ofrecieron empleo, quizá poner de por medio el mar haría la magia que necesitaba para librarme de Marco. Viendo que todo en Los Ángeles marchaba sobre ruedas, no veía el inconveniente de reubicarme, antes de ello me apetecía ver a mis padres y abrazarlos, saque la maleta del armario y la llene en poco tiempo, busque mi pasaporte, antes que todo me compre un boleto a México. Bajé emocionada para decirle a mi tía sobre el viaje exprés, le parecía buena idea, además era viernes por lo
Marco Un excelente movimiento el mantenerla vigilada, no volvería a desaparecer de mi radar, al recibir la llamada para avisarme que Sara había sacado una maleta, la orden se deslizó de mi boca tan rápido. La llamé para hacerle saber sobre los elementos que estarían siguiéndola, no quería que se asustará, furiosa era lo que estaba al enterarse de mi intromisión, escuchar que el viaje sería para ver a sus padres me hizo sentirme un tanto culpable, por ahora prefería actuar primero luego cuestionarla. Luego de pensarlo le llame a Daniel para que arreglara el traer a los padres de Sara, de esa forma mi paz mental no me atosigaría, a forma de disculpa era lo que se me ocurrió, poniéndome en su lugar yo me sentiría asfixiado y eso produciría un efecto no deseado. Al tener la información de su vuelo se me hizo lo más conveniente ir a recibirlos personalmente, debo empezar a formar y fomentar los lazos de familiaridad, son los padres de mi Sara y próximos abuelos. Como siempre mostrando
Sara Había tanto que mostrarles a mis padres, un pequeño tour por la cafetería, mi taller de vitrales, el departamento, tomamos una mesa cercana a mi taller y la pasamos platicando de todo lo que había sucedido, repitiendo cosas que ellos ya sabían. Les mostré el álbum que estoy haciendo del bebé, en ese momento mi madre dijo que traía cosas en su maleta, la abrimos y venían regalos para el bebé, le pasarían una de mis cobijas de cuando yo era pequeña, al parecer la familia ya sabía que pronto tendríamos un nuevo integrante y empezaron a enviar regalos. Me enseñaron las fotos de todo lo que no pudieron traer, tinas de baño, silla de auto, móviles y un sin fin de cosas, parecía que ya no necesitaría comprar nada, solo hacía falta que naciera, bueno hasta cajas de pañales, al parecer todos estaban emocionados, y como no si soy hija única y la familia hace mucho que preguntaba para cuando la siguiente generación. El tiempo se nos pasó volando, hicimos las tres comidas y seguíamos en l
Fernando ¡Qué sorpresas tiene la vida!, encontrarme con este tipo de escenas tan convenientes, debía ser un regalo. No lo desperdiciaré, así que en vez de proseguir con mi almuerzo decidí seguir la camioneta con esa mujer embarazada. Debía ser importante para mi querido primo o por qué parecían tan cercanos… Marco Hablar con mi madre me da perspectiva, simplemente a veces creo que estoy olvidando la personalidad de Sara, yo sé muy bien de sus gustos, ¿por qué estoy cometiendo estos errores? Con ella no funcionan los despliegues de demostraciones de afecto que impliquen dinero, así que debo buscar formas de ganármela sin invertir dinero. Lo que le gusto la ocasión pasada fue el gesto de traer a sus padres, ¿cómo superarlo? Por lo que resta de la estancia de sus padres me gustaría conocerlos más, eso me ayudará a preguntar por Sara. Hoy me encontraba desayunando y ellos vinieron a hacerme compañía, les comenté que no quería imponerme a ellos, dijeron que no sería imposición. La ma
Marco Alin llego con un montón de maletas, al cuestionarle por qué la abundancia de equipaje, dijo que tres de esas maletas las enviaba nuestra madre con la instrucción de ir a entregárselas a Sara. Así que mi madre mostraba lo emocionada que estaba con la próxima llegada de su nieto, Alin por su parte dijo que no quería bajarlas de la camioneta, quería ir cuanto antes a presentarse y conocer a Sara. Por suerte era temprano y Sara no estaba disponible, la verdad no sabía si le gustaría conocer a la impetuosa de mi hermana, es algo difícil saber qué pasa por su mente, además de no tener filtro a la hora de expresar sus pensamientos. La distraje con lo del proyecto, luego del almuerzo nos dirigimos al puerto de San Pedro para nuestro recorrido, el cual seguramente nos llevaría el resto del día. Al llegar nos encontramos con los demás equipos que concursaban por el proyecto. Fernando no demoró en venir a tratar de incomodarnos, por mi parte le dije a Alin que debía controlarse o de lo
Sara Marco junto a mí en el ultrasonido me dio una satisfacción extraña, las veces que acudía iba sola, con mi tía o Madelaine y la doctora preguntaba sobre si el papá no tenía curiosidad por ver a su bebé, siempre desvié la conversación. Siempre veía a las demás mujeres ser acompañadas por los futuros padres, incluso uno me causo gracia por haber salido llorando del ultrasonido, su mujer lo reprendió por ser un llorón. Esta ocasión, al salir del consultorio con Marco, me hizo sentirme como un pavoreal, él llevaba mi bolso y le daba un vistazo a la ecografía, era de cierto modo lindo no tener que ir sola. Mi bebé tendría a su padre. Supongo que ya estaba contemplando la posibilidad de dejarlo estar en mi vida, no puedo decir que he olvidado su comportamiento y le queda un largo camino por recorrer para ganar un lugar en la vida del bebe. Para mí lo más importante era no tener que pelear con él por la custodia del bebé. Siendo realista no tenía ninguna posibilidad de salir victorios