—Buenos días Eliza, ¿qué tienes para mí? —se cruza de brazos esperando una respuesta de su parte.
—Buenos días jefe, logré conseguir conversar con dos detectives que llevaron este mismo caso años atrás en diferentes épocas, dándome pistas claves en cuanto a ello. Pedro Gutierrez, me confirmó que el cartel si existe y cada cierto tiempo cambia su modus operandi precisamente para no ser encontrados, cómo también me informó que cuando se enteran de una posible amenaza se suelen esconder, haciéndolos indetectable y difícil de rastrear, por lo que me aconsejó que mantuviera este caso bajo perfil —le informa.
—¿Él otro que te dijo? —la interrumpe para que no se vaya con tan
Después de esa salida a la cafetería, empezó a ser costumbre enviarse mensajes durante el día, algunas veces tan solo era un saludo, otras para saber como les había ido en el transcurso de la jornada. También se encontraban de forma casual en la calle, los primeros días a Eliza le extrañó bastante, hasta que llegó un punto en el que se empezó a sentir a gusto con su compañía y en vez de dejarlo casual, comenzaron a planificar sus encuentros.Por las mañanas, iban a la cafetería de De Marcos en las mercedes, donde ella solía pedir un mocaccino y dos empanadas de pollo, y Adriano se acostumbró a los sandwich de jamón de pavo acompañado de un marrón fuerte. El desayuno juntos pasó a convertirse en rutina.Después de salir del trabajo era habitual que se encontraran en algún lugar y conversarán sobre cómo había sido su día.Eliza se sentía cada vez más agusto hablar de sus problemas con él, sobre cómo le frustraba que en su trabajo la tomaran a chiste por el simple hecho de ser mujer. Ad
Horas antes Eliza llega a su casa sintiéndose contrariada, hacía mucho que no conectaba con ningún hombre de la forma en que lo estaba haciendo con Adriano y para ser sincera consigo misma, le agradaba, le gustaba que una persona como él se fijara en ella, pero al mismo tiempo se preguntaba qué hacía alguien como él buscando a una persona como ella. Por la experiencia anterior, no había forma que no se preguntará si de algún modo él estaba con ella por otras intenciones, haciéndola sentir confundida y mareada con tanta incertidumbre y especulaciones, que le impedía disfrutar el momento, pero lo que quería evitar era volver a salir herida. Oriana llega a la casa y ve a su amiga con la mirada perdida, ni cuenta se dio de que alguien ha llegado a casa. Se sienta al lado d
Al llegar a la cafetería donde ya es costumbre encontrarse con Adriano, lo ve sentado con el pedido listo en la mesa, se sienta frente a él, le pasa su taza y los pastelitos de espinaca con queso crema que tanto le gustan a ella. —Buenos días, gracias por pedir por mi —le da un sorbo al café y prueba sus pastelitos, comprobando que ha elegido bien. Eliza trata de actuar normal como siempre, pero los nervios la delatan haciendo que por poco derrame su café. —¿Está todo bien? Te noto un poco ansiosa —le pregunta viéndola preocupado. Llega a pensar que algo ha descubierto. —Si, todo está bien, es solo que estoy en mis últimas horas para llevarl
Adriano le agarra de la mano y se la lleva hasta su carro. Eliza le pide que se detenga, ya que ella llevó el suyo, a lo que él le dice que no se preocupe enviará a uno de sus hombres por el carro para que lo lleven hasta su apartamento. A Eliza le pareció un tanto extraño esa propuesta, pero decide no darle mucha importancia al asunto y dejarse guiar por él.En cuestión de minutos estaba entrando al Country Club, es una obra norteamericana de arquitectura paisajista, solo para los más privilegiados. A medida que avanza por el lugar, Eliza se maravilla todavía más, los hermosos jardines, el lago en el centro y los detalles en las estructuras, la han dejado sin aliento.Cuando al fin llegan al edificio, Adriano abre la puerta para ella y la ayuda a baj
Eliza sigue a su jefe, sabiendo que esta reunión será decisiva para que esta investigación continúe o por el contrario llegará hasta aquí. Por ahora decide no mencionar banda de la llamada que recibió ayer, ya que no obtuvo el resultado que esperaba.—Cuéntame, ¿tienes algo de valor para mi?—Forense nos entregó una pista, puede que en el transcurso del día tengamos el lugar donde murió uno de los cadáveres encontrados. Se que no es mucho, pero al saber donde ocurrieron las muertes, podemos acercarnos más al cartel, quizás sea su centro de operaciones o consigamos más pistas sobre ellos en el lugar.—¿Qué pista fue esa?
—Con este hallazgo dudo mucho que nos quiten el caso, además de ganarse el respeto de todos —Santiago se detiene a su lado viendo todo lo que han descubierto, drogas armas y registros.—Solo espero que no nos ponga peros por ser de hace dos décadas atrás —esta emocionada, al fin logra algo jugoso— al menos esto confirma mis teorias, ellos nunca han dejado de trabajar, solo han cambiados sus métodos, lugares de operación y trabajan bajo perfil para no llamar la atención.Llega Luis junto al resto del equipo, en cuanto cruzan la puerta y ven lo que han encontrado, traga grueso, nunca espero que Eliza pudiera llegar tan lejos en una investigación que casi no tenía pistas.—¿Cómo es que dieron con esta cabaña? —le pregunta aún sorprendido, viendo todo a su alrededor sin perder detalle.Eliza le cuenta todo, con lujos y detalles, sabiendo que este es su momento de brillar y demostrar por qué merece estar trabajando allí y no en otro lugar.Más nada que hacer, Luis la envía a la oficina par
A pesar de sus temores, lo están pasando muy bien y le alegra bastante que Adriano tuviera una buena interacción con su hermana y cuñado, que además Oriana también le diera el visto bueno, ya que la opinión de ellos es muy importante para ella, después de lo sucedido años atrás.Sentía que había momentos en lo que Adrián no le quitaba la mirada de encima, dando cierto aire de controlador, como que si temiera que algo sucediera, se lo comentó de forma muy disimulada a su amiga, pero le dijo que dejara el papel de detective y que no viera cosas que no estaban pasando realmente.Sin embargo, cuando la pelea inició, se asustó tanto que no sabía qué hacer hasta que se metió en su papel de detectives nuevamente e intentó detener esa pelea sin sentido, pero cuando vio a ese hombre salir de la nada y llevarse a Adriano a la fuerza, no supo qué pensar.—Eliza, es mejor regresar a casa —le sugiere Emilia al ver a su hermana consternada por lo sucedido.—Está bien, vámonos, al fin y al cabo se l
Los chicos no le quitan la mirada de encima, por lo que opta por cerrar la puerta y las persianas, para tener un poco de privacidad y poder disfrutar de ese hermoso gesto que ha tenido para ella. Es la primera vez que le regalan flores, por lo que la ha dejado con la piel de gallina de la emoción. Toca con delicadeza las flores, dejando escapar una sonrisa, le toma un par de fotos y se las envía a su amiga y a Emilia, diciendole que Adriano se las ha regalado. Enseguida responden al mensaje, haciendo que Eliza se ruborice aún más. Acomoda el ramo de flores en un florero improvisado y sale de su oficina a esperar los resultados de la grabación, mientras que repasa lo que tienen hasta ahora en caso de que haya pasado algo por alto. —¿Tienen información sobre el terreno donde se encontraba la cabaña? —le pregunta a David. —No hay nada que lo vincule a un propietario ni reportes de asesinatos o algo que nos lleve a alguien —se reclina cansado. —¿No hay ninguna otra propiedad cerca? ¿a