ENCUENTRO

Un año después

Me llamo Sophie Marie y tengo 26 años, mi padre es francés mientras que mi madre es mexicana, a decir verdad, no me parezco a mi padre (mi hermano es una copia exacta de él, rubio y de ojos azules) en cambio yo soy muy parecida a mi madre, cabellera oscura y ojos marrones. Hace unos días que llegué a España por lo que aún no logro acostumbrarme y extraño estar en casa, a veces me pongo un poco melancólica al recordar a mis padres y todo lo que dejé en mi país, sin embargo, sé que hice bien en mudarme aquí.

Creo que comenzar una nueva vida aquí es la mejor decisión que pude tomar después de todo lo que he sufrido en estos últimos meses, los cuales han sido realmente una tortura y de tan solo volver a recordar lo que he vivido comienzo a derramar unas cuantas lágrimas, las cuales me apresuro a limpiar con el dorso de mi mano.

Estoy en una librería buscando algún libro de interés para entretenerme por las noches cuando doy una vuelta para mirar el siguiente estante y choco con un hombre, lo único que atino a decir es pedirle una disculpa y sigo mi camino sin mirarlo a la cara, siempre he tenido esa costumbre no suelo fijarme en los rostros de las personas.

Una semana después en La Cañada Shopping

Entro a una cafetería a tomar algo caliente ya que hoy es uno de esos raros días en que hace mucho frío, en cuanto termino mi cappuccino me dirijo a la salida cuando en una mesa veo un grupo de 3 hombres demasiado guapos para ser sincera, los cuales se acaban de sentar, 2 de ellos son modelos y al más joven de ellos lo reconozco como el actor Nicolás Molina, justo cuando este toma asiento me percato que su billetera se sale de sus jeans y cae debajo de su silla.

Me acerco al chico y le doy unos golpecitos con mis dedos en su espalda, este me mira un poco sorprendido para luego devolverme una sonrisa un tanto arrogante, pero aun así algo coqueta.

—Hola, ¿no me digas me reconociste y quieres tomarte una foto conmigo? —Yo lo miro un segundo y una sonrisa comienza a formarse en mi cara, me aguanto de soltar una pequeña carcajada este tipo sí que es un tanto creído.

—Lamento decepcionarte, pero no me interesa tomarme una foto contigo, lo que sucede es que se te ha caído la billetera debajo del asiento. —Cuando termino de decirle esto, los otros dos hombres estallan en carcajadas a lo que él solo se pone rojo y me agradece.

Me doy la vuelta cuando choco con un muro de cemento (bueno así lo sentí, pero en realidad fue con un hombre bastante más alto que yo y un poco musculoso), siento que algo moja mi suéter, bajo la mirada y veo una mancha de café en mi prenda color beige y lo único que agradezco es que por lo menos no mojo mis tenis.

Lucas Navarro

Estoy buscando un regalo para un amigo cuando chocó con una mujer, eso me molesta demasiado, así como ella muchas han hecho exactamente lo mismo solo para acercarse a mí con cualquier excusa, pero está mujer ni siquiera me mira y solo me pide una disculpa para después darse la vuelta. La miro mientras se aleja y algo en ella me capta mi atención, tal vez sea su caballera larga y castaña, aunque no sabría describir si es eso o algo más, nunca ninguna mujer había provocado este interés en mí (ni siquiera mis antiguas novias), no alcance a ver su cara completamente, pero me ha cautivado la forma en que se mueve y lo distraída que parece absorta de todo lo que sucede a su alrededor.

Han pasado algunos días después de mi encuentro con esa mujer y por loco que se escuche me parece verla en cada mujer con cabellera castaña que se cruza por mi camino, aunque para mi decepción cada que me acerco con la esperanza de que sea ella, resulta no ser la mujer a quien estoy buscando. Hoy he quedado de verme con unos amigos en la misma cafetería de siempre (tiene semanas que no los he visto debido a nuestra agenda tan apretada), debido a que tenía tiempo de sobra llegué antes que ellos y estaba en la barra recibiendo mi expreso, cuando me voy acercando a la mesa donde los vi sentarse hace un momento recibo una llamada de mi mánager avisándome que mi llamado del día siguiente se ha cancelado, en cuanto cuelgo me encamino a ellos, voy perdido en mis pensamientos cuando choco con alguien y tiro mi café encima de esta persona.

Levanto mi mirada demasiado molesto, debido al descuido de esta persona he derramado mi café, pero cuando estoy a punto de reclamarle me doy cuenta de que es la mujer del otro día con la que choque en la librería, y en un segundo esa molestia desaparece al ver esos grandes ojos cafés que me miran con un poco de molestia.

—Discúlpame no era mi intención, yo pagaré por la tintorería. —Atino a decir un poco nervioso de tenerla tan cerca.

—No te preocupes fue culpa de ambos. —Se da la vuelta y se dirige al sanitario, por lo que le pido a una de las meseras si puede seguirla para ofrecerle ayuda.

Nunca pensé volver a encontrarme a esta mujer, estaba realmente avergonzado por derramar mi bebida en ella, la estaba esperando en la mesa con mis amigos cuando sale del baño, ya se había quitado su suéter, le di una mirada rápida y me doy cuenta que la blusa que lleva se ajustaba perfectamente a su cuerpo dejando ver una cintura pequeña, pechos pequeños y unos jeans negros que resaltan sus caderas anchas así como un trasero perfecto (literalmente me la estaba comiendo con los ojos) por un instante sentí el deseo de ocultarla de todos en este instante. Ella nos ignora cuando pasa por nuestro lado, estoy a punto de preguntarle si necesita que le presté mi chamarra cuando Nicolás se apresura y la toma del brazo.

—Disculpa, hace demasiado frío afuera puedo prestarte mi abrigo si lo necesitas y después me lo puedes devolver. —Dice esto con una gran sonrisa en su rostro, el muy cretino está tratando de llamar su atención.

—Gracias te lo agradezco, pero no es necesario, ahora si me disculpas debo retirarme. —Diciendo esto último se suelta del agarre de Nicolas, sale de la cafetería y se pierde de vista entre la multitud. Tenía la necesidad de seguirla y preguntarle su nombre, pero si hago esto ella lo tomara a mal, por lo que solo espero volver a verla nuevamente.

Ya hace algunos días desde el último encuentro con esa mujer y a pesar del trabajo que he tenido he tratado de ir al mismo shopping donde la vi las otras veces, pero no hay rastro de ella lo cual me frustra es como si la tierra se la hubiese comido.

Es fin de semana y por extraño que suene hoy nos dieron un pequeño respiro en el llamado (el director se acaba de convertir en padre sólo por eso nos dio un fin de semana libre, seguramente los siguientes días serán bastante pesados) he quedado de pasar por mi amigo Arturo Valencia quien me pidió que lo acompañe a ver a una mujer, la cual alquilo una de las tantas casas de mi amigo y debido a que ha tenido problemas con algo relacionado a la luz le ha pedido su ayuda.

Paso por mi amigo y nos dirigimos a una casa que tiene en la playa, he estado en esa casa muchas veces, es bastante linda y acogedora, pero lo que aun no entiendo cómo es que le gusta rentar sus casas si él no está corto de dinero; es algo que yo no podría hacer, no me gustaría que alguien estuviese tocando mis cosas, cuando llegamos nos bajamos del auto y nos dirigimos a la puerta principal, entonces mi amigo toca el timbre.

—¿Por qué haces eso? No se supone que es tu casa y debes tener llaves de ella. —Mi amigo pone los ojos en blanco antes de contestarme.

—No puedo hacer eso es una falta de respeto si entro de esa forma, porque como bien recuerdas la estoy alquilando por un tiempo y, aunque sea el dueño no me permitiría hacer eso, simplemente porque respeto mucho a la mujer que está viviendo aquí por el momento, es la hermana de un amigo y ella no está pasando por un buen momento. —Me explica rápidamente.

Se abre la puerta y me quedo con la boca abierta al descubrir que la mujer de la que estamos hablando es la misma que he estado buscando estos días, ella le sonríe a mi amigo, lo saluda de beso y nos permite pasar.

—Sophie te presento a un amigo, él es Lucas Navarro, Lucas ella es Sophie Marie. —Nos damos la mano y me acerco a saludarla de beso (con lo cual percibo un aroma cítrico que se desprende de su cuerpo).

—¡Hola, mucho gusto Lucas! —Saluda amablemente.

—El gusto es mío, aunque a decir verdad ya nos conocemos. —Ella frunce un poco el ceño y me mira extrañada.

—Lo lamento, pero no conozco a nadie de aquí sólo a Arturo.

—Hace unos días en la cafetería fui yo quien derramo su café sobre ti. —Respondo un poco avergonzado.

—¡Oh! vaya eras tú. —Contesta recordando nuestro incómodo encuentro.

—Por cierto, ¿Cómo quedo tu suéter, se pudo salvar?

—No, pero no te preocupes. —Añade al ver que estoy a punto de disculparme nuevamente—. No es que le tenga mucho cariño a esa prenda -Después me regala una pequeña sonrisa la cual me deja embobado en mi lugar.

—Sophie te parece si revisamos la falla en la luz.

—Por supuesto y gracias por venir, no sabía a quién más recurrir.

Seguimos a Sophie al cuarto de servicio donde se encuentra todo lo relacionado a la electricidad, así como del suministro de agua. Mientras ella va delante de nosotros no puedo evitar devorarla con mis ojos, hoy lleva unos jeans claros desgastados, pero no por eso deja de verse tremendamente bien, una blusa de tirantes blanca y unas sandalias (hoy es un día muy caluroso), mi mente comienza a divagar mientras me imagino besándola y subiendo mis manos por sus muslos hasta llegar a sus glúteos, comienzo a sentir como mi amiguito comienza a reaccionar ante esta escena en mi mente por lo que trato de alejar esos pensamientos rápidamente.

—Disculpa, ¿Podría pasar un momento al baño? —Le pido mientras ellos siguen con el problema de la luz.

—¡Por supuesto! —Responden Sophie y Arturo al mismo tiempo, ambos se miran y comienzan a reír.

—Ya sabes donde esta, has estado en esta casa muchas veces. —Me responde solo esta vez Arturo.

Me voy, pero con el ceño levemente fruncido, no me gusta el hecho de que estos dos se lleven tan bien, sé que no debería comportarme así dado que no conozco mucho a esta mujer, pero no quiero que nadie esta tan cerca de ella.

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