Han pasado dos semanas desde que fui a casa de Lucas para enfrentarlo por lo sucedido y no he vuelto a verlo, en parte porque no le respondo las llamadas y también porque el día que vino a buscarme a la casa no le abrí la puerta, decido salir a la playa y mientras observo la puesta de sol tomo el anillo de compromiso y de matrimonio que me entrego Armando hace ya varios meses, los observo unos minutos y después los lanzo al mar para que con ello se vaya mi tristeza, mis lágrimas, mi futuro que había planeado a lado de él y los pocos momentos de felicidad que viví a su lado, cuando limpio las últimas lágrimas que pienso derramar por mi matrimonio fallido alguien pone una mano sobre mi hombro, en cuanto me giro se me hiela la sangre.
—¿Qué haces aquí? —Inquiero mientras de un manotazo retiro esa mano.
—He venido por ti, quiero que regreses conmigo. —Levanto mi mano y sin pensarlo dos veces le suelto una cachetada.
—Si que eres un sinvergüenza Armando, nunca escúchame bien nunca volveré contigo, no después de todo lo que me hiciste sufrir.
—Por favor dame una oportunidad, sé que aún me amas y yo haré todo lo posible por amarte como se debe, esta vez no te defraudaré. —Comienzo a reír ante sus palabras.
—¿En verdad crees que te daría una oportunidad?, eso sería muy estúpido de mi parte y más ahora que sé qué clase de gustos tienes, además ¿Quién te pidió amarme como me lo merezco? Al menos yo no, ya no deseo tu amor, lo que debes de hacer es aceptarte como eres y dejar de tratar de ocultarle al mundo tus preferencias. —Me doy la vuelta y en su intento por alcanzarme jala un poco mi vestido dejando al descubierto las marcas que Lucas dejo en mi cuerpo.
—Por eso me rechazas ¿cierto? Ya te estas revolcando con alguien más, responde maldita sea. —Comienza a zarandearme, como puedo me suelto de su agarre, intento correr, pero me vuelve a tomar por el brazo lastimándome en su afán por no dejarme ir.
—Eso no es asunto tuyo.
—¿Qué no es asunto mío?, te recuerdo que eres mi esposa.
—Ya no soy tu esposa, te recuerdo que nos separamos hace meses y si para tu información el hombre con el que me acuesto me hace sentir deseada y amada como tú nunca me hiciste sentir, pero claro como podrías desearme cuando al único que deseabas en tu cama era a tu asistente.
—¡Cállate! —Grita fuera de sus casillas y después me da una cachetada tan fuerte que me tumba al piso, cuando veo que se acerca para darme otra cachetada igual a la de hace un rato, solo tapo mi cara para protegerme del golpe que nunca llega, levanto la mirada y veo a Lucas tomando del cuello a Armando.
—En tu vida le vuelvas a poner una mano encima, eres un canalla. —Dicho esto le lanza un puñetazo una y otra vez, cuando levanta su puño para volver a golpearlo, me levanto como puedo ya que siento que debido a la caída me he lastimado el tobillo y lo tomo por el brazo.
—¡Déjalo por favor!, no vale la pena. —Me mira unos instantes y después relaja su expresión.
–Solo te dejo de golpear por ella, maldito infeliz. —Sin agregar nada más se gira y me carga al darse cuenta de que no puedo caminar bien, mientras nos alejamos de Armando volteo a verlo por última vez, regreso mi vista a Lucas quien parece bastante alterado por lo sucedido, por un momento pienso que regresaremos a la casa, sin embrago, cuando la rodea hasta llegar a su auto es que reacciono.
—¿A dónde me llevas?
—A mi casa. —Responde mientras abre la puerta y después me mete en su auto.
—¡No quiero ir a tu casa!, puedo quedarme aquí. —Contesto una vez que entra al auto, me pone el cinturón para después ponerse el suyo—. ¡Te estoy hablando!
—No pienso dejarte aquí con ese loco, por si no te has dado cuenta ya sabe dónde vives y te puedo asegurar que, si te dejo sola, en la primer oportunidad que tenga volverá a buscarte. —Enciende el auto y nos alejamos a toda velocidad, medito sus palabras un instante y sé que tiene razón.
—Hemos llegado. —Me avisa ya que me he quedado dormida en el camino, intento bajar por mi cuenta, pero antes de que pueda terminar de abrir la puerta ya tengo a Lucas a mi lado, encorvándose para sacarme del auto y después me vuelve a cargar.
—Puedo caminar yo sola. —Me quejo en cuanto cierra la puerta del auto, sin embargo, igual que hace un rato me ignora, en cuanto entramos a su casa, aparece una señora quien se sorprende al verme en brazos de Lucas, pero inmediatamente se recompone de la sorpresa.
—¡Buenas tardes, señor!
—¡Buenas tardes, Martina!, puedes llevarme el botiquín de primeros auxilios a la habitación de invitados por favor. —Dicho esto sube hasta detenerse en una puerta blanca de madera, la abre para dar paso a una hermosa habitación decorada con muebles en color blanco y una amplia cama estilo colonial, se acerca hasta ella y me deposita con cuidado, debido a la prisa con la que me alejo de Armando no me percate, pero tengo los pies llenos de arena al igual que el dobladillo de mi vestido.
—Ensuciare la cama. —Protesto una vez que me doy cuenta de mi apariencia.
—Eso no importa, déjame ver tu pie. —Demanda extendiendo sus manos para tomar entre ellas mi pie y aunque intento alejarlo me es imposible, lo examina de cerca y puedo ver que está algo hinchado y un poco morado—. Lo mejor será que tomes una ducha y después te llevaré con el médico, no tiene buena pinta.
—Ya te dije que no pienso quedarme aquí. —Intento levantarme de la cama, pero se acerca a mí con tal rapidez que lo único que puedo hacer es retroceder hasta sentir el respaldo de la cama clavándose en mi espalda.
—De aquí no te vas a marchar. —Susurra tan cerca de mí que puedo sentir su cálido aliento rozar mi piel, se acerca un poco y cuando esta por besarme se abre la puerta, inmediatamente se aleja de mí y se dirige a su ama de llaves.
—Martina ayúdala a que tome un baño y cuando esté lista me avisas para llevarla con el médico. —En cuanto termina de decir esto, sale sin mirarme ni una vez más.
—Le prepararé la tina señorita, será más fácil para usted.
—Pero no tengo ropa. —Me quejo en cuanto Martina regresa para ayudarme a entrar al baño.
—Por eso no se preocupe señorita, seguramente el señor ya fue a comprarle algo de ropa o ¿acaso no escucho el motor de su auto? —Solo me limito a negar con la cabeza ya que a decir verdad no me di cuenta.
LucasMe encuentro frente a la casa de Sophie con la esperanza de que está vez decida verme y poder pedirle una disculpa por lo que sucedió hace unas semanas, estoy esperando que me abra la puerta, sin embargo, cuando escucho un grito que procede de la parte trasera de la casa la cual da hacia la playa, el miedo me invade y me apresuró para verificar que todo esté bien.A lo lejos, cerca de la orilla puedo divisar a Sophie discutiendo con un hombre bastante más alto que ella, por lo que logró escuchar deduzco que es su exmarido, cuando estoy por acercarme veo como este levanta su mano y la golpea hasta dejarla tumbada en el piso, hace un segundo intento por volver a golpearla por lo que me acerco a toda prisa y comienzo a golpearlo sin dudarlo ni un segundo, estoy tan cegado por la irá que lo único que me frena es cuando Sophie me toma suavemente por el brazo y me pide que deje de hacerlo, inmediatamente le hago c
—Ya tienes la solución cásate, con eso Melany dejará de atosigarte, que por cierto no es que te ame, lo que ella ama de ti es tu olor a dinero el cual es inconfundible a kilómetros de distancia.—Además tú tienes la culpa, te lo advertimos que esa mujer solo estaba detrás de tu dinero, pero no nos quisiste escuchar.—Lo sé ya no me lo recuerden.FlashbackAlgunos meses atrás—Melany, te mentí la verdad es que no soy dueño de ninguna empresa de entretenimiento, como has visto todo lo que he conseguido ha sido gracias a mi esfuerzo, no soy hijo de los Bernal. —Analizo cada uno de sus gestos cuando supuestamente le confieso la verdad y me doy cuenta de que no logra ocultar su enfado.—Me mentiste todo este tiempo Lucas. —Responde con los dientes apretados.—Lo lamento amor, pero no quería perderte. —Tr
Sophie Todos estos días en casa de Lucas me he sentido bastante tranquila al saber que Armando no será capaz de encontrarme aquí, además de que la señora Martina siempre es muy amable conmigo. A pesar de mantenerme un poco en reposo he estado buscando algún trabajo aquí ya que no deseo regresar a México y tener que reencontrarme con Armando, estoy segura de que sus padres harán todo lo posible por cerrarme las puertas como ya lo han hecho antes, sin embargo, mi búsqueda ha fracasado y si bien gracias al dinero que me dieron mis exsuegros he podido mantenerme todo este tiempo no quiero seguir haciendo uso de este, debido a que lo siento como dinero sucio. Flashback Me encuentro en el pasillo esperando que nos dejen entrar al juzgado donde se llevará acabo la sesión para mi divorcio con Armando, cuando se me acercan mis exsuegros acompañados de su abogado. —¡Sophie, querida! —Saluda Angela, con una voz tan falsa que ni ella se la cree. —¡Señora
Al siguiente día, me levanto bastante cansada ya que no pude dormir durante toda la noche al estar pensando en la propuesta de Lucas, una parte de mí desea aceptar su propuesta mientras la parte racional quiere rechazarla. Cuando bajo a desayunar me encuentro con un Lucas bastante tenso, sólo basta con verlo a la cara y darse cuenta de ello. —¡Hola Sophie, buenos días! —¡Hola Lucas, buenos días!, sobre la propuesta que… —Te parece si lo discutimos después de desayunar. —Me interrumpe en cuanto la señora Martina entra con nuestro desayuno. —Claro, como gustes. Comenzamos a desayunar en silencio, el cual solo se ve interrumpido por el sonido de los cubiertos, en cuanto terminamos se levanta y me indica que lo siga hasta el despacho. —¿Has tomado una decisión? —Me mira expectante a la espera de mi respuesta. —Sí, Lucas, la verdad es que no puedo aceptar tu propuesta, lo lamento, pero simplemente no puedo. —Me levanto y cua
SophieDe camino a nuestro nuevo hogar, voy pensando sobre las condiciones que me impuso Lucas en nuestro matrimonio, el tiempo es demasiado para un matrimonio falso sin mencionar lo del embarazo y con solo recordar ese bochornoso momento siento mi cara enrojecer, no entiendo de donde saco que al estar casados eso sería algo inevitable, muevo la cabeza y trato de alejar todo lo sucedido en las últimas semanas, únicamente salgo de mi ensimismamiento cuando Lucas me informa que hemos llegado; me quedo con la boca abierta al apreciar la enorme casa donde viviremos, parece salida de un cuento de hadas, con ese estilo colonial y moderno al mismo tiempo.—¿No crees que es algo exagerado solo para nosotros? —Pregunto al observar el enorme jardín, aunque es justo decir que es hermosa.—Para nada creo que es más que perfecta. —Sonríe mientras mira a lo lejos, se da la vuelta y luego me toma de la ma
Los siguientes días, aunque intento relajarme al dormir con Lucas me es totalmente imposible, sobre todo cuando en una ocasión que desperté estaba tan cerca de él que con un solo movimiento podría besar sus labios, además de que mi mano reposaba sobre su pecho desnudo, por lo que inmediatamente la retire y me levante despacio para no despertarlo, después de eso intenté por todos los medios permanecer en mi lado de la cama sin moverme de mi lugar.Cuando salgo del baño ya arreglada para comenzar con mi nuevo empleo, veo que Lucas aún tiene cara de sueño, pero en cuanto me ve se sorprende de verme ya cambiada.—¿Saldrás? —Inquiere observando detenidamente mi vestimenta.—Sí, hoy comienzo a trabajar, eso ya lo sabías. —Respondo mientras me maquillo y lo observo por el espejo.—¿Y piensas ir vestida así? —P
MelanyEstoy pintando mis uñas en mi pequeña habitación, cuando Catalina entra sin tocar, levanto la mirada de mis uñas para ver qué es lo que desea, sin embargo, está completamente absorta leyenda una revista de chismes.—No me lo vas a creer Melany, ¡Oh por Dios! —Exclama mientras continúa con su lectura.—¿Qué es lo que no voy a creer? —Pregunto soplando sobre mi uña rojo carmesí.—¡Has perdido al ricachón! —La miro sin comprender y me tiende la revista que estaba leyendo, según esto se ha filtrado a la prensa el acta de matrimonio de Lucas y se observan unas pocas fotos donde tanto él como su esposa están firmando el documento, por más que ojeo rápidamente la revista no aparece ninguna foto de la maldita mujer que me ha robado mi mina de oro.—¡AH! ¡Maldita seas!
LucasLos días han pasado tan rápido que ya tengo 5 semanas de casado con Sophie, quien al parecer cada día está más relajada ante este matrimonio, ya no sale corriendo despavorida en cuanto me ve salir únicamente con la toalla alrededor de la cintura, ni se mete corriendo a la cama cuando la espero sin playera antes de dormir en un intento por seducirla, o como algunas otras veces que me he dado cuenta que dormimos tan juntos que cuando despierto me quedo observándola como un completo idiota y en cuanto me percato que está por despertar finjo dormir para ver que hace ella. Recuerdo que en una ocasión comenzó a recorrer con la punta de su dedo mis cejas y luego mis labios, al final comencé a fingir que estaba por despertar y ella simplemente se separó lentamente de mí.Justo hoy mientras la observo dormir profundamente, comienzo a delinear su boca con la punta de mi dedo, cuando