Salí de esa habitación en un llanto de lágrimas, no podía creer que había dejado a la persona que más amaba en el mundo. Pero sabía que no podíamos estar juntos. Sabía que el destino en ese momento, nos quería separados.Al llegar a la sala de esperas, me encuentro con el hecho de que mis padres y David ya estaba en el lugar. Se les veía realmente preocupado mientras hablaba con Susana y Tom.–Mija. –Expreso mi padre al verme llorar. –¿Por qué estas llorando? Se supone que William esta bien, ¿o no? –Miró a Susana y a Tom, que quizás les habían asegurado a mis padres, que William se encontraba bien.–No es eso. –Trate de limpiar mis lágrimas. –¡Se acabo! –Dije con pesar mientras abría mis brazos. –William y yo terminamos. –Quería caminar e irme del lugar sin decir por lo que habíamos pasado, pero es David y Tom quienes me detienen en la salida del hospital.–¿Cómo que dejaras a mi hermano? ¿Acaso estás loca? –Tom frunce el ceño mientras se expresa con enojo.–¿Qué acaso no era lo que t
–¡William! –Grité con fuerza mientras trataba que respondiera, pero él solo mantenía sus ojos cerrados. –¡William despierta! –Pase mis manos por su cara ensangrentada, llenándome de sangre. –¡Tom! –Llame al joven que de inmediato cargó a su hermano.–Tenemos que llevarlo al hospital. –Me dice mientras lo sube a su espalda, a pesar de que William era más corpulento que él.Yo tome mi celular y llame a emergencias, para que pudiera venir por él.Y de pronto, todo empezó a moverse en cámara lenta.La ambulancia llego más rápido de lo que pensé, subiendo a William a la ambulancia, pero cuando estaba dentro, se dieron cuenta que William había dejado de respirar. Los paramédicos empezaron a hacerle RCP.–¡William! –Grité con fuerza tratando de correr hacía él, pero Tom me sostiene con fuerza. –¡William! –Grité una vez más, al darme cuenta que no funcionaba los esfuerzos de los paramédicos. Tenía tanto miedo de que William perdiera la vida de esa forma, de pronto cerraron las puertas de la
Me quede todo el día tomando su mano, hasta que de pronto empiezo a sentir que mi mano es movida. Con cansancio abro los ojos, para darme cuenta que era William él que estaba moviendo su cuerpo. Adolorido empieza a abrir sus ojos morados.–Mierda. –Murmura el joven con dolor. –¡William! –Dije impactada de verlo por fin abrir los ojos. –Soy yo, Ana. –Tenía miedo de que no me reconociera, por sus ojos golpeados. Lentamente el me miró y aunque estaba adolorido, no puede evitar dejar caer algunas lágrimas cuando me ve.–¿Acaso he muerto? –Preguntó con honestidad. Yo solo negué con mi cabeza mientras pasaba mis manos por su barbilla. –Estoy aquí. –Tome de su mano y la puse sobre la mía. Poco a poco, su cuerpo fue recuperando el calor humano que William tenía.–Pero, ¿cómo es posible? –Pregunta aún sin creerlo. –Tú ya no estabas más conmigo.–Estoy aquí porque te amo. –Dije entre lágrimas.–¿Me amas? –Pregunta sorprendido. –No volveré a dejarte nunca más. –Prometí mientras derramaba l
Tres días después.William se pudo recuperar muy bien después de lo que le pasó, claramente tenía un brazo lastimado por el golpe de una silla, pero aún se mantenía fuerte. Los moretones de los ojos y la cara, se habían deshinchado por completo sanando más rápido de lo esperado. Por mi parte, me quede al lado de él durante su estancia en el hospital, pero también sabía que tenía cosas que hacer. Así que cuando estamos a punto de salir de su habitación, yo detengo mi caminar para mirar la puerta.–¿Qué pasa? –Me pregunta el hombre atractivo, que me demuestra una pequeña herida en su labio.–En realidad, no se que haremos cuando pasemos esa puerta. –Los dos miramos la puerta de su habitación, a la cual estábamos a un metro de distancia de esta. –Realmente prometí estar a tu lado, pero no se que pasara.No pude evitar ponerme un poco pensativa, ya que le había jurado a Alicia que no tendría nada que ver con la empresa Ferguson, pero era Will el presidente. De pronto, Will me toma de la m
La oficina en donde trabajaba David, no se encontraba tan distante del hospital, pero a pesar de que llegamos en diez minutos, cada minuto fue bastante lento para mí. Aún no sabía que decirle a David, pero sabía que tenía que decir algo. De inmediato puedo sentir como la mano grande y delgada de Will, se posa sobre la mía. –No tengas miedo. –Pronuncia con su voz gruesa. –No tengo miedo. –Le respondí. –Es solo que va a ser muy difícil, ya que conozco a David y no se lo tomara muy bien. –Creo pensar que, si David te ama, tanto como para hacerte un berrinche, puede dejarte ir con la persona que amas. –Pero sabía que Will no conocía a David como yo, sabía que él no era el mejor sobrellevando las cosas o las perdidas. Era un niño rico que no soportaba perder o compartir sus juguetes, así que yo lo veía desde otra perspectiva. Cuando llegamos a la enorme fortaleza, trato de respirar profundamente. –Iré. –Trague saliva respirando con fuerza, pero antes de salir del auto, Will posa su
–¿No sé dónde demonios estamos? –Le dije con un poco de miedo al ver que no había nada en la carretera. Tomé mi celular y vi que estábamos cerca de un pueblo en Cuernavaca. –Estamos en Cuernavaca, creo que debemos de regresar a casa. –Le comenté mientras había posibilidad de regresar a la ciudad.–No. –Me responde el joven de inmediato. –Tengo una casa cerca, nos quedaremos ahí. –Dijo el muy testarudo prendiendo el auto y conduciendo a ese lugar que no conocía.La noche se hacía cada vez más presente, hasta que llegamos a una casa, que estaba algo escondida en un pequeño pueblo que a esa hora estaba vacío.Supe que estábamos en su casa, cuando vimos una clase de reja hecha con palos de bambú. William toco el claxon del auto y en unos minutos, las puertas de bambú se abrieron ante nosotros.Cuando el auto entra al lugar las luces se prende, dejándome ver una enorme piscina que estaba caliente, mientras que el lugar está lleno de pasto y árboles. La casa estaba hecha de madera, por fuer
Despierto por la mañana, ya que huele a café de olla con canela. Sonrío sin abrir los ojos, acordándome de los besos y las caricias que recibí de mi querido Will. Aún puedo ver su cara, mientras disfrutaba como me sostenía con fuerza entre sus enormes brazos. Pero a pesar de que pensé, que cuando despertara el sueño iba a acabar, ocurrió todo lo contrario. William estaba entrando a la habitación con una charola de plata, mientras una toalla cubría la parte baja de su cuerpo, mientras que su pecho, abdomen y brazos se pueden ver.–Buenos días, dormilona.Yo solo sonreí como nunca.–Tus mejillas están rojas. –Me dice cuando se sienta en la cama, dándome una taza con café caliente.–Es porque estas aquí. –Le confesé que sentía como miles de mariposas, bailaban en mi estómago. –Me haces sentir como una colegiala.–Y a mi como un estúpido sirviente. –Se mofa. –Ahora soy yo el que hace de desayunar. ¿Qué me has hecho pequeña? –Pregunta con un poco de humor. Después puedo ver que hay fruta
La sala permaneció en silencio, todos miraban a Will con toda su atención. Supuse que todos estaban esperando algo grande, ya que nunca antes, se había hecho una reunión en donde se les pidiera venir a todas las importantes piezas de la empresa.Will se mantiene con una sonrisa mientras aclara su voz, para decir:–Buen día, muchas gracias por venir aquí.–No entiendo que hacemos aquí todos. –Pronuncio un hombre sin cabello, que no conocía.–Estoy a punto de decirles las razones de esta reunión. –Aclara su garganta. –Primero quiero agradecerles una vez más su tiempo, ya que se que es oro. –Enfrente de él había una carpeta color negra. Él la abre y toma las hojas que estaban ahí.–Mi padre murió hace algunos meses y yo tome esta empresa en mis manos, como la herencia que mi padre me dejo. Pero hoy vengo a darle mi renuncia. –Todos en la sala mostraron su asombro, al murmurar muchas cosas al mismo tiempo, pero es Will, el que pide que todos se calmen. –Les pido que guarden silencio hasta