El jate empezó a andar, así que Will y yo fuimos al último piso, para poder ver la vista desde ese lugar. Los dos nos paramos enfrente de unos barandales, mientras él se posaba detrás de mí y observábamos como el mar se movía, mientras que el viento nos golpeaba con calidez. Estaba enamorada, estaba extasiada, estaba loca de amor, mientras que William besaba mis hombros. Los dos estábamos parados enfrente de esta hermosa vista juntos. De pronto, Will toma de mi cara para besarme románticamente, tomándome por sorpresa, mientras nuestras lenguas se peleaban para ver quien era el mejor besador. Los lentes que traía puestos se salieron volando, al igual que mi cabellera castaña que empezó a moverse con rebeldía, pero eso no impedía que este beso fuera menos romántico. No podía separarme de sus labios rojizos, quería más de él. Hasta que William me dio media vuelta, para que lo viera a los ojos. Sus ojos eran más castaños con el sol que estaba encima de nosotros, mientras supuse que
Era un hecho, el padre de William estaba muy. Tuvimos que regresar a México lo más rápido que pudimos. William se encontraba en otro mundo, era como si su alma estuviera en otra parte. Casi no hablaba y solo se dedicaba a mirar por las ventanas de los autos. Recuerdo vívidamente que tome su mano cuando íbamos en el avión de regreso a México, él de inmediato se sorprendió, pero al final tomo mi mano con fuerza mientras me miraba acongojado.–Todo estará bien. –Lo alenté.–¿Y si no lo está? –Pregunta.–Entonces, lo estará. –Le afirme.Por primera vez me sonrió y beso mi frente, sabía que agradecía no estar solo en esta situación.Al llegar a la mansión Fernández, pudimos darnos cuenta que todos los del círculo Fernández, estaban reunidos en la sala de la casa. Tom, Susana, Roberto, Alicia, mis padres y Rosalía.–¡Hijo! –Gritó Susana con pesar mientras corre hacía William para abrazarlo.William por primera vez la abraza con fuerza, para después mirar a su hermano.–¿Cómo este papá?–Est
Había muerto el hombre más influyente de México, había muerto el fundado de la empresa Ferguson. Todos estaban haciéndole tributo a este hombre, mientras su ataúd estaba lleno de flores blancas y una foto estaba adornando el velatorio. Todos vestían ropa negra, mientras que, durante todo el velorio, tome de la mano de William con fuerza. El castaño parecía estar en un trance, ya que solo miraba hacia adelante mientras fruncia el ceño, era como si no pudiera entender nada.Susana no paraba de llorar, mientras Alicia le hacía compañía. Tom también se mantenía mirando el ataúd de su padre, sin decir nada, mientras que mi familia estaba también apoyando a la familia, en todo lo que se podía.El cuerpo de Noel fue enterrado en un cementerio muy bello, pero algo lejos de la ciudad. Era como estar en el paraíso, y a pesar de que la velación fue muy familiar, la gente merecía una respuesta. William tuvo que ser la persona que diera la cara ante la prensa, ya que él era el heredero de la empre
Me levanté del suelo y salí de la casa, pero él ya se había ido.Mis lágrimas y gritos no paraban de salir, pero no tenia a donde ir más que entrar a la casa de nuevo. Me senté en el sillón intentando esperarlo durante toda la madrugada, pero nada pasaba, nadie entro por esa puerta, así que solo me quede en ese sillón observando la puerta. Por un momento, el cansancio se apodero de mi cuerpo y me quede dormida, hasta que escuche como mi celular empezó a sonar. Este estaba en la entrada, ya que lo había dejado ahí desde que llegue a la casa. Al primer timbrazo no contesté, ya que estaba demasiado cansada para hacerlo, pero el sonido seguía sondando y sonando insistentemente.No tuve otra opción que pararme del sillón para ver el porque estaba sonando demasiado. Cuando tomé mi celular vi que las llamadas eran de Tom, eran mas o menos como unas diez llamadas. Así que le regrese la llamada al ver su insistencia.Cuando Tom me contesto, pude escuchar que el joven no estaba muy bien.–Ana,
Salí de esa habitación en un llanto de lágrimas, no podía creer que había dejado a la persona que más amaba en el mundo. Pero sabía que no podíamos estar juntos. Sabía que el destino en ese momento, nos quería separados.Al llegar a la sala de esperas, me encuentro con el hecho de que mis padres y David ya estaba en el lugar. Se les veía realmente preocupado mientras hablaba con Susana y Tom.–Mija. –Expreso mi padre al verme llorar. –¿Por qué estas llorando? Se supone que William esta bien, ¿o no? –Miró a Susana y a Tom, que quizás les habían asegurado a mis padres, que William se encontraba bien.–No es eso. –Trate de limpiar mis lágrimas. –¡Se acabo! –Dije con pesar mientras abría mis brazos. –William y yo terminamos. –Quería caminar e irme del lugar sin decir por lo que habíamos pasado, pero es David y Tom quienes me detienen en la salida del hospital.–¿Cómo que dejaras a mi hermano? ¿Acaso estás loca? –Tom frunce el ceño mientras se expresa con enojo.–¿Qué acaso no era lo que t
–¡William! –Grité con fuerza mientras trataba que respondiera, pero él solo mantenía sus ojos cerrados. –¡William despierta! –Pase mis manos por su cara ensangrentada, llenándome de sangre. –¡Tom! –Llame al joven que de inmediato cargó a su hermano.–Tenemos que llevarlo al hospital. –Me dice mientras lo sube a su espalda, a pesar de que William era más corpulento que él.Yo tome mi celular y llame a emergencias, para que pudiera venir por él.Y de pronto, todo empezó a moverse en cámara lenta.La ambulancia llego más rápido de lo que pensé, subiendo a William a la ambulancia, pero cuando estaba dentro, se dieron cuenta que William había dejado de respirar. Los paramédicos empezaron a hacerle RCP.–¡William! –Grité con fuerza tratando de correr hacía él, pero Tom me sostiene con fuerza. –¡William! –Grité una vez más, al darme cuenta que no funcionaba los esfuerzos de los paramédicos. Tenía tanto miedo de que William perdiera la vida de esa forma, de pronto cerraron las puertas de la
Me quede todo el día tomando su mano, hasta que de pronto empiezo a sentir que mi mano es movida. Con cansancio abro los ojos, para darme cuenta que era William él que estaba moviendo su cuerpo. Adolorido empieza a abrir sus ojos morados.–Mierda. –Murmura el joven con dolor. –¡William! –Dije impactada de verlo por fin abrir los ojos. –Soy yo, Ana. –Tenía miedo de que no me reconociera, por sus ojos golpeados. Lentamente el me miró y aunque estaba adolorido, no puede evitar dejar caer algunas lágrimas cuando me ve.–¿Acaso he muerto? –Preguntó con honestidad. Yo solo negué con mi cabeza mientras pasaba mis manos por su barbilla. –Estoy aquí. –Tome de su mano y la puse sobre la mía. Poco a poco, su cuerpo fue recuperando el calor humano que William tenía.–Pero, ¿cómo es posible? –Pregunta aún sin creerlo. –Tú ya no estabas más conmigo.–Estoy aquí porque te amo. –Dije entre lágrimas.–¿Me amas? –Pregunta sorprendido. –No volveré a dejarte nunca más. –Prometí mientras derramaba l
Tres días después.William se pudo recuperar muy bien después de lo que le pasó, claramente tenía un brazo lastimado por el golpe de una silla, pero aún se mantenía fuerte. Los moretones de los ojos y la cara, se habían deshinchado por completo sanando más rápido de lo esperado. Por mi parte, me quede al lado de él durante su estancia en el hospital, pero también sabía que tenía cosas que hacer. Así que cuando estamos a punto de salir de su habitación, yo detengo mi caminar para mirar la puerta.–¿Qué pasa? –Me pregunta el hombre atractivo, que me demuestra una pequeña herida en su labio.–En realidad, no se que haremos cuando pasemos esa puerta. –Los dos miramos la puerta de su habitación, a la cual estábamos a un metro de distancia de esta. –Realmente prometí estar a tu lado, pero no se que pasara.No pude evitar ponerme un poco pensativa, ya que le había jurado a Alicia que no tendría nada que ver con la empresa Ferguson, pero era Will el presidente. De pronto, Will me toma de la m