Cuatro horas después.Estábamos enfrente de todos los accionistas, en una de las salas de juntas más grandes de la empresa. En una parte estaban los hermanos Ferguson. Alicia lucia desolada, puesto que ella sabía el porque de esta reunión, mientras que su hermano Robert, le tomaba de la mano con fuerza.Susana, Tom y Noel también estaban en el lugar. Noel lucia una sonrisa, que parecía que nunca iba a desaparecer, mientras que Susana y Tom, lucían como un par de pavorreales que se creían de la realeza.Los demás inversionistas eran totalmente desconocidos para mí, más que pude reconocer a algunos jefes de importante cargo. Todos se miraban los unos al otros, no sabían lo que estaba por pasar, mientras que yo estaba sentando al lado de William. Claramente lucia como una princesa refinada, sin decir ni una palabra mientras podía escuchar el sonido de los relojes de mano, de los hombres ricos que estaban a mi lado.De pronto William se levanto de su asiento, llamando la atención de todos
Y pesar de que Noel estaba muy enfermo, pudimos verlo en medio de toda la gente, usando un traje oscuro muy elegante, sosteniendo una copa de vino en su mano. Cuando bajamos del auto fuimos recibidos con aplausos, todo lo contrario de lo que vimos en nuestra primera fiesta.–¡Mi querido hijo! –Noel abrazó a William con fuerza, mientras que el castaño lo abrazo con un poco de distancia. Supe desde ese instante, que William no había perdonado a su padre, por haber remplazado a su madre con Susana.Después fue mi turno de ser abrazada, el hombre viejo y un poco acabado, me dio un sincero abrazo. Parecía ser que me estaba mostrando cariño, mientras veía como Susana abrazaba a William entre sus delgados brazos. Me pareció algo increíble ver esa imagen, porque por un mucho tiempo creí que el odio de William por Susana era mutuo, pero ahora podía ver otra parte de la historia. La mujer los estrujo con fuerza entre sus brazos, mientras derramaba lágrimas.Y después fue mi turno.La mujer me t
–¿David? –Dije su nombre sin aliento.El moreno vestía un traje azul marino entallado, mientras caminaba hacia mí con sus manos dentro de los bolsillos de su traje.–¡Ana! –Dice mi nombre una vez más.Los dos nos acercamos ya que estábamos sorprendidos de vernos.–¿Qué haces aquí? –Pregunté ingenua mientras sonreía con gusto.–¿No querías que estuviera aquí? –Pregunta.–Claro que te quería aquí. –De inmediato los dos nos abrazamos con fuerza.David era una parte muy importante de mí vida, y a pesar de que ya no estábamos en una relación, sabía que siempre podría contar con él.Pero de pronto nuestro abrazo quedo destrozado, en cuanto siento como la mano de William se posa en mi hombro, deteniendo el gran abrazo.–Claro que tenía que traer a David. –William me separa del joven moreno, para hacerme parar a un lado de él. –Se que es un gran amigo para ti y sé que siempre, será tu amigo.Las palabras de William eran pesadas, era como si le quisiera dar a entender a David, que solo podría
Cuando todas las personas dejaron la mansión, me dirigí hacía la casa que compartiría con Will. De inmediato subí a la habitación para ver por la ventana la gran luna blanca, que se posaba en la ventana. Estaba tan enamorada de la vista y un poco deslumbrada por este mundo que parecía tan perfecto, pero al final del día, sabía que era solo una mujer que estaba fingiendo ser una prometida excepcional. Sabía que detrás de las joyas y los hermosos vestidos, seguía siendo la misma Ana.Lentamente camine hacia nuestro guardarropa, que ya contaba con mi ropa guardada, que habían traído desde mi casa, mientras que había ropa nueva que sabía, que William quería que usara. No dude en tocar con mis manos delgadas, cada nuevo vestido que tenía, incluso aún tenían las etiquetas que demostraban que eran piezas realmente costosas.Suspire profundamente un poco abrumada al ver que el pequeño espacio de vidrio, que era para las joyas, estaba repleto de joyería que no era mía. –¡No puede ser! –Me d
Pretender ser parte de la familia Fernández fue difícil, y más cuando tenía a un prometido que quería que aprendiera sobre este mundo de la riqueza. Así que, como una niña pequeña, me hizo aprender sobre la historia de los Fernández y sobre la historia de la empresa. Dejándome en claro porque William tenía que tener esta empresa y el porqué, se debía intentar cerrar más tratos con muchas más empresas de talla internacional.William me consiguió una maestra que era bastante buena contando la historia de los Fernández y los Ferguson, pero que era bastante estricta con una mujer que a pesar de que tuvo buenas notas en la escuela, ahora parecía no poder retener tanta información. Así que estuve varias semanas con ella, tomando clases realmente fuertes y pesadas.Por un momento me sentí frustrada, pero no se lo hacía saber a William, ya que sentía la necesidad de hacer esto, por el hecho de que él ya había pagado todas las deudas de mis padres.–¿Y como has estado? –Me pregunta mi madre, q
Habíamos llegado a Monterrey. El viaje no fue tan pesado, ya que nos trasladamos en jet privado. No puedo negar que para mí fue bastante difícil no tratar de asombrarme con todo lo que veía. Por otra parte, a William se le veía feliz cuando me veía sonreír como una niña pequeña. Todo esta riqueza y opulencia, era realmente extraña y absurda para mí, pero llego un momento en donde solo me dejé llevar y empecé a disfrutar. Claramente el clima de Monterrey es muy caliente, así que de inmediato tuve que hacer un cambio de ropa más ligera, al igual que William, quién se vistió con una camisa blanca de botones delgada, que podía hacer que su cuerpo se transparentara por la tela, junto con unos jeans color azul fuerte. No puedo negar que el joven castaño de ojos avellana, se veía realmente seductor al vestir ropa casual. –¿Estás lista? –Me pregunta cuando estábamos a punto de bajar del jet. –Sí. –Le respondí un poco atontada al verle de frente.Al bajar del jet nos podemos encontr
Por la tarde, ya teníamos que estar listo para la fiesta que la empresa Howchi, daría por nosotros. Y mientras dos mujeres me ayudaban a ponerme un vestido color dorado, con la espalda descubierta, no puedo dejar de pensar en las preocupaciones que William estaba mostrando esta tarde. Era como si estuviera perdiendo la fe en él.Yo sabía cual capaz era para poder firmar contratos, eso no me quedaba dudas, pero podía sentir un ligero sentimiento de desventaja contra su hermano. Realmente no lo entendía, pero cuando siento algo frio sobre mi cuello, puedo despertar de mis pensamientos. Una de las mujeres me estaba poniendo un gran collar de diamantes, que lucia bastante ostentoso. –¿Qué es esto? –Le pregunté a una de las estilistas, que estaban en el lugar para poder apoyarme. –Su prometido se lo a comprado. –Yo de inmediato me mostré sorprendida. No quería usar otro nuevo collar, tenía suficiente con el collar que me había dado de su abuela. Así que detuve todo lo que se estaba hac
¿Qué se sentía estar enamorado? Realmente no lo entendía, ya que nunca antes me había sentido tan estúpida como hoy. Sin duda antes me había gustado algún hombre como David, pero nunca pensé sentirme tan conmocionada y excitada por un hombre, como lo hago con William. Él me hacía sentir como si no fuera de este mundo, me hacia sentir que era única. Pero a pesar de que quería seguir en los ojos de este hombre, alguien nos interrumpe. Esa persona era nada más y menos que el dueño de la empresa Howchi, una de las compañías de petróleo más grande de México. El dueño era una persona que no podía pasar desapercibida, ya que era un hombre de gran altura y peso, que siempre se mostraba con ropa muy llamativa. –¡William! –El hombre de bigote se acerca a William, para abrazarlo con fuerza entre sus brazos, mientras que el hombre es acompañado por una mujer de poca estatura, con grandes pestañas y gran busto. –Jesús, estoy muy feliz de poder estar aquí. –William en todo momento se mue