SARAHParece que el destino está jugando conmigo, burlándose de mi desesperación. Los últimos días han sido un torbellino de caos y confusión, con mi familia sumida en problemas y mi propia vida en un estado de constante incertidumbre. La suspensión de mi primo por pelear con David Roberts en el juzgado fue el comienzo de una serie de eventos desconcertantes.Lo que más me sorprendió fue como David reacciono ante la pelea; después de todo, él es el hombre más reconocido en el mundo legal, una imagen intachable. ¿Qué estaba pasando realmente? No he podido obtener detalles, ya que la salud de mi padre se ha deteriorado rápidamente y mi atención ha estado completamente enfocada en él.Los médicos parecen desconcertados por la falta de mejoría en su tratamiento, y yo me siento impotente ante la posibilidad de perderlo. Cada día es una batalla contra el tiempo, una lucha desesperada por aferrarme a la esperanza mientras veo cómo su condición empeora. La incertidumbre y el miedo se cierne s
Mientras me preparaba para salir a cenar con Emily, una sensación de expectación se apoderaba de mí. Organizar su baby shower prometía ser una tarea emocionante, llena de risa me aseguré de elegir cuidadosamente mi atuendo para la ocasión: opté por una falda ajustada de color blanca que resaltaba mis curvas de manera elegante y un top delicado en encaje del mismo color que aportaba un aire de frescura y estilo. Completé mi look con unos zapatos de tacón morado y un bolso de mano a juego, lista para después de la cena ir a una noche de diversión y celebración, ya que William me habían invitado.Deslizándome dentro de mi auto, un sedán negro que exudaba profesionalismo, me dirigí hacia el restaurante con una mezcla de anticipación y nerviosismo. La emoción por la cena por venir y la ansiedad por organizar todo junto a mi amiga se entrelazaban en mi mente mientras conducía por las calles iluminadas por la noche.Demoré debido al tráfico, pero al llegar, la ausencia de Emily se sumió en l
Mientras Nicholas relataba los acontecimientos, mi mente divagaba entre la gravedad de la situación y la deslumbrante presencia de Sarah. Aunque escuchaba cada palabra con atención, mi atención a veces se desviaba hacia la exquisita elegancia que irradiaba ella esta noche.Sarah explicaba cómo había llegado tarde al restaurante debido al tráfico, solo para descubrir que Emily no estaba allí. La preocupación se reflejaba en su rostro mientras narraba los otros detalles, pero mis ojos se desviaban hacia la luz de su presencia, que parecía brillar incluso en medio de la angustia. Cuando mencionó la posibilidad de que Alexia estuviera detrás del secuestro, mire a Nicholas y vi una chispa de colera arder en sus ojos. Pero antes de que pudiera responder, el sonido del teléfono de Sarah rompió el silencio, trayendo consigo una inesperada interrupción.Ella contesto la llamada y menciono: Hola William, disculpa que no pueda asistir, sucedió una emergencia, dejemos la cita para otro día, yo te
SARAHDespués de cerrar las cortinas de mi habitación, me encontré sumergida en un torbellino de emociones. La pelea en el auto con David había dejado un sabor amargo en mi boca, como si cada palabra intercambiada hubiera sido una afilada daga clavada en mi corazón. Sentí cómo la ira comenzaba a burbujear dentro de mí, una furia intensa que me envolvía como una tormenta en el horizonte.Renegué en voz baja, dejando escapar insultos dirigidos hacia él en un susurro cargado de resentimiento. Lo describí como un narcisista, engreído, un patán carente de empatía, todo mientras las palabras se derramaban como lava ardiente, liberando la frustración que se había acumulado en mi mente durante la discusión. Cada insulto era un desahogo, una manera de enfrentar la impotencia que sentía frente a sus acusaciones y su actitud dominante. La ira se intensifico mientras recordé que olí el sutil aroma a perfume de mujer impregnado en el saco que él me había dado. ¿Estaba con una mujer antes de venir
Después de sentir esos brazos protectores rodeándome, encontré un pequeño respiro de alivio en medio del caos que nos rodeaba. Mis latidos acelerados parecían encontrar un ritmo más sosegado al calor de su abrazo reconfortante. Al abrir mis ojos, me encontré con la mirada preocupada de David, cuyas palabras se perdían en el estruendo de los disparos que aún resonaban a nuestro alrededor. Me preguntaba si estaba bien, si había resultado herida en medio de la violencia que nos había rodeado.Asentí con la cabeza, incapaz de articular palabras mientras intentaba recuperar el aliento. el miedo todavía palpitaba en mi pecho, pero la presencia firme de David a mi lado me recordaba que no estaba sola en este peligroso momento. Cada vez que sentía su cercanía, parecía que un pequeño rato de esperanza se abría paso entre las sombras que nos rodeaban.En medio de la confusión, mi mente se aferró a la preocupación por Emily, mi mejor amiga que ahora estaba en peligro. Miré a David con urgencia e
Habían pasado dos meses desde la muerte de mi padre. El dolor de su ausencia aún pesaba en mi corazón, pero el mundo no se detenía por mi sufrimiento. A los quince días de su fallecimiento, se leyó su testamento. En él, mi padre había incluido una cláusula inesperada que ahora me encontraba discutiendo en la junta de accionistas.En la imponente sala de la junta directiva, me sentía acorralada por las miradas inquisitivas de los miembros de la junta. El ambiente estaba cargado de tensión. Mi primo, James, esbozo una sonrisa maliciosa antes de pronunciar las palabras que cambiarían el curso de mi vida.- De acuerdo con el testamento de nuestro tío, para asumir el control del bufete, es imperativo que estés casada, anunció con frialdad, disfrutando de la sorpresa que se reflejaba en mi rostro. ¿Cómo es que él sabía sobre la cláusula?Los murmullos se extendieron por la sala mientras me esforzaba por mantener la compostura. Mi mente trabajaba a toda velocidad, buscando una solución a est
Un frío viento nos envolvió al inicio del otoño. Vi a Sarah estremecerse, así que me quité el saco y se lo puse sobre los hombros.- Cariño, abrígate. No quiero que te me enfermes, le dije con una sonrisa.Ella medio sonrió y susurró: ¿Qué haces?- Cuidando a mi esposa, respondí, acercándome más a ella. Vi que con mi cercanía ella empezaba a sonrojarse un poco, lo cual me hizo sentir una extraña calidez. Besé su mejilla y, cerca de su oído, susurré: Cuida tus facciones, hay gente mirándonos.Ella volteó, sorprendida, y vio a su primo observándonos fijamente. Automáticamente respondió: Gracias amor. Nos vamos a casa.De camino en la ciudad, ambos permanecimos en silencio. La tensión en el aire era palpable, cada uno perdido en sus pensamientos. Al llegar a mi edificio, la invite a subir al último piso. Cuando entramos, vi la sorpresa en su rostro.- Esto no es un apartamento, esto es un penthouse, dijo con una mezcla de asombro y admiración.Reí ante sus muecas de incredulidad.- Para
La vi sonrojarse mientras pronunciaba esas palabras, y la despedí con una mezcla de determinación y preocupación. Observé cómo cerraba las puertas del ascensor, sintiendo la gravedad de mis acciones.Cerré la puerta tras ella, con el eco de nuestras conversaciones resonando en mi mente. Acepté el desafío que representaba ser su esposo ficticio, pero ¿cómo hace esta mujer para obtener un certificado de matrimonio? Las preguntas se amontonaban en mi cabeza mientras el ascensor descendía, llevándose consigo la figura de Sarah.Después de un momento de reflexión, en el que el peso de las decisiones recientes aún se aferraba a mi mente, mi teléfono vibró con un mensaje de mi hermano. Me levanté de mi asiento y me fui alistar. Sentí el aire frío de la noche golpear mi rostro mientras salía a la calle. La brisa nocturna parecía llevar consigo un manto de tranquilidad, pero mi mente seguía inquieta, absorto en los giros inesperados que había tomado mi vida. Ahora, de repente, me encontraba co