Capítulo 38

Hanna.

La cena transcurre en total silencio, como todos los viernes en nuestra reunión familiar por la noche. Solo que esta vez la silla de mi hermano está vacía.

La silla del rey. 

En el palacio se respira a melancolía, incertidumbre y mucha desesperanza. Ya van casi dos días desde que mi hermano y Basim desaparecieron de nuestra vista, y eso está matando lentamente la monarquía y a mi familia.

Kader suspira mientras barre con su tenedor los vegetales de su plato, mamá por el contrario tiene una dura cara observando a otro destino con su cabeza, mientras que Alinna le sostiene de la mano dándole fuerzas ante el momento. Por otra parte, mi padre, Umar, tiene un rostro que clama a gritos tormento y dolor. 

Por primera vez en mucho tiempo se ha acercado a mí para darme consejos en los procesos a seguir, él era el rey por

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