Era un mal padre.
Bajo la mirada. Sí, lo era.
¿Cómo podía hacerle eso a su propia hija? Debería estar ardiendo en el infierno en ese momento, quemándose con las llamas de este por lo que había hecho.
¿Cómo pudo haber vendido a su hija por unos millones? No había excusa, pero lo había hecho. Todo porque se encontraba en una situación desesperante. Si su hija llegaba a saber la verdad, iba a odiarlo de por vida. Dios iba a castigarlo por ello.
Quizás pronto recibirá su castigo.
Jefferson McKay, miró a su amigo.
—Sé feliz—dijo el hombre frente a él con una sonrisa, pero Jefferson sabía que era falsa.
—No estoy feliz—le dijo. Era siempre lo que le decía cada vez que se veían. Él nunca iba a estar feliz, no luego de lo que hizo.
—Eso lo sé—dijo B
Se vio abrazada por Chris, ella estaba algo fría por las horas que duro dentro del agua y Chris estaba todo calientito, aquella sensación se sentía bien, y aquella otra también, se dijo apretando su trasero contra la pelvis de Chris, sentía su erección presionando sus glúteos. ¿Acaso iba a suceder ya?No había dejado de pensar en ello y eso, que se había dicho que tenía que dejar de pensar en eso, pero no, no había podido evitarlo, mientras pasaba la tarde bañándose en las aguas, se había estado imaginando a si misma con Chris en esas aguas, todo desnudos, teniendo relaciones sobre la arena, en el agua, donde sea, solo teniéndolas. Era una maniaca y ni siquiera era mujer todavía.—Cassie…—susurró él en su oreja derecha.Dios, incluso sentir su cálido aliento en sus orejas la excitaba. Giro en sus brazos y
La vio dormir. Parecía una niña indefensa, aunque no era una niña ya, era una mujer, era su mujer. Chris se acomodó a su lado y movió sus labios hacia un hombro de Cassie, lo beso. Ella estaba caliente. Dios… Se colocó a bocarriba. Habían hecho el amor, porque eso era lo que habían hecho. Él había pensado en simplemente tener sexo con ella, pero no fue así, había sido algo más, se había sentido tan bien, nunca había estado de esa manera con una mujer, e iba a describir el momento con palabras que no eran de su vocabulario, había sido mágico, fue tan hermoso. Dios, ¿qué pasaba con él? ¿Qué estaba haciendo Cassie con él? Lo estaba volviendo una mierda…Miro a Cassie de reojo. Era tan dulce y delicada, tan hermosa. Se volvió hacia ella y la envolvió en sus brazos, abrazándola fuer
Era injusto. Simplemente injusto. Cassie despertó una hora después de partir de Miami y pasó lo que quedaba de vuelo con los brazos cruzados, ignorando a su esposo a su lado. Llegaron a eso de las 10 de la noche a Los Ángeles. El chofer de Chris los llevó hasta el piso de este y ni bien la dejó en el piso, desaparecieron.Cassie estaba enfadada y duraría unos días sin dirigirle la palabra a Chris, ¿cómo se atrevía a cambiarla por su trabajo? Era inaudito, pero muy bien que le iría, con su trabajo no podría acostarse y era obvio que ella iba a vengarse de él. Suspirando, entró en la habitación que debía de ser de Chris, y hurgo en ella. Primero se dirigió abrió los cajones de la cómoda y busco algún secreto sucio bien guardado de su esposo, no encontró nada. Se dirigió hacia el amplio armario y abrió una de las
Hace dos años…Chris fijo la mirada en su hermano y soltó una sonora carcajada. No podía creerse lo que estaba escuchando. Sus oídos debían de estar tapados o algo así, porque creía haber escuchado mal. ¿En verdad iba a abandonar solo por una tontería como aquella? Sí que era estúpido…—Se lo que estás pensando…—dijo Max tomando asiento frente a él.Estaban en su oficina, Chris era el vicepresidente de la empresa familiar y muy pronto estaría en la oficina del presidente ejerciendo ese cargo, no era de dudarse.—¿Qué estoy pensando?—Que es estúpido—dijo Max y sonrió—Te conozco Chris, conozco cada parte de ti—levantó su mano derecha—Te conozco como mi mano y te diré algo.Chris se levantó de su asiento detrás del
Cassie volvió al piso luego de haber hecho algunas entrevistas de trabajo. Había caído algo bajo pero que le importaba, un trabajo era un trabajo. El que más le había interesado era en un café donde necesitaban una mesera y había solicitado el trabajo, de seguro la contratarían allí, ya que era un café de mucamas donde solo había chicas hermosas como meseras.Dejó el bolso sobre el sofá y marchó hacia la cocina, tenía hambre, mucha hambre, era hora de comer y no había comido nada, quizás podía llamar a Chris para quedar a comer y hablar un poco. Cassie se mordió el labio inferior, recordó lo que había pasado esta mañana. ¿Que había estado pensando? Chris no había hecho nada malo o ella creía. Lo había escuchado anoche, cuando él pensó que ella estaría dormida, que va, e
Cassie entró en el servicio de mujeres y luego en un cubículo, encerrándose allí. Se sentó sobre la superficie del váter y se llevó las manos a las mejillas que le ardían. La había encontrado infraganti, teniendo relaciones sobre un escritorio como si fuese una maldita zorra. ¡Dios! ¡Qué vergüenza! ¡Que se la tragara la tierra!—¡Ay!—exclamó enterrando la cara entre sus manos, era vergonzoso.No supo cuánto duro allí recuperándose de la sorpresa. Salió del cubículo cuando estuvo harta de estar allí y de que Chris no iba a ir a buscarla. Miro hacia los lados, algo que era estúpido, cuando había entrado a los servicios no había nadie y la secretaria de Chris se había dado aludida cuando la vio salir de la oficina.Cassie inhalo aire mientras se bajaba un poco más la falda,
¡Qué día más aburrido!Chris paseo la mirada por el centro de juntas. Estaba ahora mismo con un cliente y aunque al Chris de antes le habría entretenido al Chris de ahora le resultaba aburrido. Quería irse a casa y disfrutar de su esposa, de la que estaba disfrutando desde que contrajo matrimonio. Si esto era el estar casado porque nunca lo pensó antes.Sonrió feliz y borró la sonrisa al instante, debía de estar dándole una mala imagen al cliente, así sonriendo de la nada, como si estuviese loco. Chris se acomodó en el sillón al mismo tiempo que sentía como algo en sus bolsillos comenzaba a vibrar. Debía de ser su móvil, si era importante lo llamarían a la oficina.Chris bajo la mirada. Pero… Solo algunas personas cercanas a él tenían su número personal. ¿Acaso era Cassie? Chris se disculpó por un
Abrió los ojos. Era de día ya, se dijo mirando hacia la ventana por donde la luz del día entraba. Cassie se sentó lentamente en la cama y miro hacia su lado. Chris no estaba a su lado, debía de haberse ido ya. Frunció los labios, no se había despedido de ella, que malo era. Se bajó de la cama y se puso sus pantuflas, salió de la habitación hacia la cocina, tenía mucha hambre y quizás podía comer algo. Cuando entró en la cocina, algo llamó su atención. Pegada del frigorífico con un imán decorado, había una nota con la letra de Chris.Cassie despegó la nota.—Cassie… Sé que te enfadaras como la esposa que eres…—comenzaba la nota, Cassie rodó los ojos, vaya, la conocía muy bien. Siguió leyendo la nota—…Al irme sin despedirme de ti, pero te veías hermosa durmiend