Una hora más tarde, en la ciudad. Esa noche lluviosa el vehículo oscuro en el que viajaban Vladimir Korovin se detuvo frente a una floristería en un barrio bajo, la cual tenía una apariencia sencilla y bien cuidada. El chófer bajó del vehículo abriendo el paraguas y seguidamente abrió la puerta del sector trasero del vehículo, permitiendo que su jefe baje. Vladimir fue escoltado por el hombre hasta el interior del humilde negocio. —Bienvenido señor~ buenas noches, ¿en qué le puedo ayudar? —preguntó amablemente la joven que estaba trabajando desde el turno de la tarde. Un hombre mayor que estaba sentado tras la caja registradora, observó a ese alto rubio que ingresó junto a su chófer, quien en realidad era un guarda espaldas. —Déjalo Sasha, yo lo atenderé —dijo el señor acercándose a la jovencita y colocando su mano en el hombro de ella le sonrió—. Es el cliente que vino por la nueva orquídea~—Oh~ ya comprendo abuelito~ —sonrió la jovencita asintiendo. Seguidamente el "dueño"
—¿Sabes, no volveré a quedarme aquí cuando andes trabajando? —preguntó Tatianna recostada en la cama matrimonial junto a ese hombre rubio que se había quitado sus ropas quedando únicamente en boxer. —¿Estás loca?, necesitas descansar niña. —Sí. Pero tú también y administras horrible tu tiempo… A este paso morirás muy joven. —¿Joven?, jaja~ no soy joven, tengo 33. Entonces debería morir en cualquier momento~ —sonrió Vladimir bromeando con Tatianna. —¡No digas eso!, hablo en serio —Tatianna se recostó de lado, viendo a Vladimir o bueno… Con sus ojos abiertos en dirección a donde él estaba acostado en el sector izquierdo a ella en esa cama. Las luces nuevamente estaban apagadas, las cortinas habían sido cerradas y apenas la tenue luz de una lámpara a distancia estaba encendida. Tatianna no podía distinguir los rasgos en el rostro de ese hombre ni sus expresiones. Ella aún así, estiró su mano derecha y la apoyó sobre los pectorales de él. —Trabajas en la empresa y trabajas en… En
—¿Es todo Garry? —preguntó la mujer de cabello semi largo pelirrojo, terminado de empacar en el bolso de color oscuro, solo lo necesario. —Si mami… —dijo el niño de solo 5 años. Ekaterina observó en su reloj de muñeca la hora… 3: 40 pm. Ella dirigió sus ojos verdes oscuros en dirección a la ventana en el cuarto del hotel donde se estaba hospedando. La lluvia caía a torrenciales, ella abrigó a su hijo y a sí misma, con guantes y bufanda salió ese frío día de otoño, rumbo a la estación del tren. "Se acabo…""No puedo quedarme más, si quiero vivir y que Garry sobreviva… Es mejor irme lo más lejos que pueda" Pensaba la mujer pelirroja, después de que su amiga le avisara que HUYA ya que ella sospechaba que estaba siendo seguida por unos hombres peligrosos. Solo minutos después, Ekaterina había escuchado los gritos de su amiga y seguidamente la voz de un hombre burlista que riéndose a carcajadas le dijo: "Sigues tú m*ldita perra". ¡SU PLAN HABÍA FRACASADO! No solo no logró tender u
En ese momento, Ekaterina que estaba retenida de los brazos por dos hombres en la bodega con fuerte olor a madera, escuchó pasos desde la entrada y volvió a ver en esa dirección. Bajo la lluvia venía un guardaespaldas tapando con una sombrilla a una elegante mujer que vestía también totalmente de ropas oscuras y bien abrigada. Una vez ingresaron el hombre cerró el paraguas y como esa mujer pelirroja sospechó, se trataba de Tatianna, la belleza castaña que iba peinada con una cola alta amarrando su largo cabello ondulado, traía un maquillaje ligero y sus labios color fresa, lucía radiante esa tarde. Tatianna que llevaba puestas unas botas oscuras de cierre alto, mismas cuyo tacón era bajo de plataforma, caminaba en dirección a la mujer pelirroja. Ekaterina frunció el ceño y volvió a ver a Vladimir, ese hombre rubio fumaba tranquilamente como si no fuera asunto de él qué sucedería. —¡¿En serio me vas a lastimar por causa de esa m*ldita perra barata?! —le gritó Ekaterina a Vladimir
—¿En qué hueco estabas metido que no había sabido nada de ti, Mikhail? —le preguntó Tatianna a ese mafioso, por medio de llamada telefónica. —Estaba pensando en ti y quise llamarte~ fueron tres años los que estuvimos saliendo. —¿Llamas "salir" a los encuentros vagos, secos y sexuales que tuvimos?, todo fue carnal. —Ah. ¿Y ahora supongo que no lo es en tu nueva relación?, Vladimir está enamorado de la tonta mujer de los Nekrásov que me dió fácilmente todas las propiedades de don Gregori —decía burlista Alexei (Mikhail), del otro lado de la línea telefónica. —Vives en el pasado, estúpido~ —sonrió Tatianna altiva acostándose en la cama— Vladimir y yo ya teníamos una historia juntos~ y ahora… Él es mi familia… —susurró ella sin darse cuenta de su rostro ruborizado.—Te enviaré un obsequio y de paso haré que tu "familiar" nuevo pague por tu traición~ serás mía nuevamente Tatianna Lavrov. —Corrección, soy "Korovin" ahora~ —finalizó ella la llamada. "Ya no me sirve este teléfono ni núme
••••••••••Esa tarde de otoño. Tatianna y Vladimir se encontraban en la cubierta del yate en el que viajaban, inmersos en su quinto día de travesía rumbo a San Petersburgo por el majestuoso río Volga.A pesar de tener la opción de viajar por aire o tierra, la pareja decidió despejar sus mentes optando por el viaje marítimo.La suave luz del atardecer se filtraba entre las nubes grises, reflejándose en las aguas del río y tiñéndolas con tonos cálidos que contrastaban con el paisaje otoñal de ese día frío.Tatianna suspiró, admirando la belleza melancólica del paisaje.—Realmente ha sido hermoso. No puedo creer que mañana estaremos llegando a nuestro destino. Me he divertido mucho —sonrió Tatianna, sosteniendo una copa de champagne en su mano derecha. Seguidamente ella miró hacia atrás donde estaba su esposo sentado tranquilamente fumando un cigarrillo.—Es inevitable. Este viaje a San Petersburgo es por trabajo. Pero una vez que todo esto pase, podremos disfrutar aún más de nuestro ma
El interior del lujoso yate irradiaba elegancia. La sala estaba decorada con tonos cálidos, suaves alfombras y muebles de lujo que invitaban a un viaje relajante.Tatianna, guiaba a su amado esposo Vladimir el cuál la había seguido solo unos minutos después de su insinuación en la cubierta.Ella con gracia y seguridad caminaba por el salón. La luz tenue y el suave balanceo del yate creaban un ambiente íntimo y acogedor.Mientras se adentraban en la sala, Tatianna se acercó a Vladimir con un brillo travieso en sus ojos, y con un gesto seductor lo invitó a acercarse aún más a ella posando las manos de él sobre su cintura. —¿Quieres desenvolver el obsequio? —preguntó ella guiñando un ojo. Vladimir tenía una expresión seria pero pacífica… Conocía cómo era su amada "niña" y no se aburría de ella ni un solo minuto. Sus manos de inmediato le hicieron quitado el abrigo largo y elegante que llevaba Tatianna puesto, haciéndolo lanzado sobre un pequeño sofá que había a un costado detrás de e
Sus hermosos ojos azules claros entrecerrados veían el techo del interior de ese lujoso Yate. Tatianna con su mano izquierda acariciaba la cabellera rubia de ese apuesto hombre que tenía su boca entre sus pechos, llenándola de besos, chupones y una que otra pequeña mordida. Ella que se encontraba aún sentada en la silla acolchada, tenía a ese peligroso mafioso de rodillas ante ella con sus manos acariciando su cuerpo. Tatianna que mantenía sus piernas abiertas para dejarlo acomodarse mejor y "jugar" a "adivina mi sabor", ya no podía resistir verlo con tantas prendas. —Umm~ oh Vladi~ —tras algunos de los gemidos de ella, intentó concentrarse y formular bien sus palabras—. Mi amor… Espera… Aunque ella intentó que él se detuviera pronto sintió que sobre las copas ligeras de encaje de su sostén rojo, ese hombre jugueteaba con sus pezones. —¡Vladimir dije que OOH~ MAL…DICIÓN~ Mmm~Tras la expresión de ella que sintió como ese hombre que estaba hace solo unos segundos de rodillas ahora