Una vez en la habitación de Vladimir.Ese hombre rubio dejó a Tatianna en la cama, ella sonrió somnolienta y se acurrucó entre esas cómodas sábanas y almohadas de tonalidad azul oscuro en esa cama matrimonial. —Huele todo a ti… —susurró Tatianna. —¿Será porque es mi habitación? —dijo él que seguía de pie, quitándose su gabardina, saco, chaleco y corbata para seguidamente sentarse en el borde de la cama en el sector izquierdo de Tatianna. Él comenzó a quitarse sus zapatillas y Tatianna que entrecerraba los ojos le susurró: —¿Por qué me has seguido el juego delante de esa mujer? —le preguntó Tatianna a su esposo curiosa. —¿Juego?—No te hagas. Sabes que quería provocarla y que vea que eres mío… —Tatianna hizo una pausa, dándose cuenta de las palabras que acababa de dejar salir de su boca sin querer. Vladimir se acostó sin decir nada al respecto. Él se encontraba boca arriba en esa cama al lado de Tatianna que estaba acostada de lado. "¿No va a decirme nada o simplemente fingirá q
3: 40 pm. La tarde de ese mismo día, Tatianna ingresó a la oficina de Vladimir. Clac~ Apenas ella cruzó la puerta se sentó sobre una silla acolchada frente al escritorio de ese CEO. —¡Necesito hablar contigo! —exclamó ella de inmediato interrumpiendo a su esposo. Él que seguía trabajando frunció el ceño al ser interrumpido por Tatianna. Vladimir era un hombre muy serio en sus obligaciones, no le gustaba que le molesten en momentos donde dedicaba su atención a su trabajo. De hecho, era su concentración a cada detalle lo que le hacía tan bueno en lo que fuera que se desempeñe. A cómo lideró la organización en la época de Don Gregori, cómo levantó su propia compañía y cómo a la vez levantaba una nueva organización. Tatianna lo sabía, había estado con él en muchos de sus trabajos en el pasado mientras aprendía. Pero ese no era un momento para dejarlo tranquilo. —No me veas de esa manera. Sé que estás ocupado… —dijo ella incómoda. —¿Si sabes que estoy ocupado, por qué vienes a-
••••••••••4: 20 pm.—¿Vas a ir tan temprano? —le preguntó Ivan Petrov a Yuri Miranova. El hombre de cabello oscuro y llamativos ojos verdes esmeraldas terminaba de arreglarse sus elegantes ropas de tonalidades negras mientras se veía frente al espejo. —Sí~ siempre hay que estar presentable~ aún más si voy a secuestrar a Tatianna Lavrov~ —Es Korovin. Recuerda que ella se casó con ese maníaco —recalcó Ivan, recordándole a su amigo Yuri. —Lo sé, pero la señora Johnson (Kristy), cree que fue obligada y por eso estoy yo aquí investigando~ tuve que pagar a ese tal don Kozlova y realmente es un hombre efectivo~ me ayudó rápido —contaba animado, Yuri. Toc~ toc~ En ese momento, tocaron a la puerta de esa habitación donde Yuri terminaba de alistarse e Ivan había ingresado preocupado por su amigo para saber qué haría. —Pasa —dió permiso, Yuri y de inmediato el hombre que trabajaba para Ivan, ingresó. —Señor Petrov, hay… Hay una visita inesperada, esperando que se les habrá los portones
Tatianna subió a la parte trasera del mismo automóvil en el que iba ese hombre rubio con el que se había casado. La lluvia comenzaba a hacerse presente con gran intensidad esa tarde fría de otoño. Los hermosos ojos azules claros de ella se posaron en dirección a su costado izquierdo donde iba sentado su atractivo esposo. El vehículo comenzó a ponerse en movimiento y ella rompió el silencio del interior:—Pensé que ibas a atacarlos, ¿realmente los perdonaste porque ese Yuri Miranova nos ayudó en la villa de tu amigo? —preguntó ella con curiosidad a su marido. Vladimir dirigió su mirada celeste hacia esa mujer, él asintió seriamente. —Sí, no tengo problemas con los Miranova. Tampoco busco ganar enemigos nuevos mientras estoy intentando acabar con Mikhail —recalcó él que claramente tenía sus prioridades. —No sé por qué mintió y me amenazó con Kristy solo para atraerme —frunció el ceño Tatianna—, ¿no le era más fácil contactarme y ser sincero conmigo?, te habría dicho a ti y-—Te lo
………………………………………..>>> Tatianna Korovin: Tengo recuerdos de mi padre. Hombre apuesto, de cabello castaño claro, espalda ancha, estatura promedio y ojos verdes hermosos de un tono ligeramente esmeralda.Parecía un hombre maduro llegando a sus cuarenta años, bastante bien cuidado, bien vestido, elegante… Nunca lo ví con una apariencia desaliñada. Ahora que lo pienso diría que era rico, quizá tenía mucho dinero, usaba ropas de marcas caras en ese entonces. Recuerdo sus manos, les prestaba mucha atención ya que en una de ellas tenía un corte largo cerrado como si de una vieja herida cocida se tratara. Quizá alguien lo hirió con alguna arma filosa, quién sabe. Recuerdo que siempre me traía obsequios y le daba un sobre a mi madre, en ese entonces era muy pequeña para prestarle atención, pero… A los días, mi madre siempre me llevaba de compras así que supongo que el contenido de ese sobre se trataba de dinero. Él utilizaba una sortija de matrimonio, una muy hermosa y llamativa… Pero
8: 10 pm. En los baños femeninos de un lujoso club exclusivo en la ciudad. Laika Kovalenko se escondió llamando por teléfono de inmediato a su mejor amiga. —¿Rina? —Si, ¿por qué me llamas a esta hora Laika, creí que trabajabas hoy en el club —le dijo Ekaterina a su mejor amiga, vía llamada telefónica. —Es así, estoy en el club. Pero mi amigo, que trabaja en el otro que pertenece al mismo dueño, me acaba de enviar una fotografía. Esa mujer que odias ha ido ahí con Vladimir~ —sonrió maliciosa la mujer de cabello corto rubio contándole a Ekaterina. —¿En serio?, pero ya sería demasiado involucrar a un tercero, podría arruinarlo todo. —No. Porque me debe un montón de favores~ es un apostador y bueno… Tiene problemas con gente incorrecta~ le he prestado dinero en algunas ocasiones —contaba Laika sobre el hombre que trabajaba en el otro club. —¿Entonces puedo contar contigo? —preguntó con un tono de voz animado, Ekaterina. —Claro~ hagamos que Vladimir vea lo zorra que puede ser esa m
Humillada, débil y sin escape. El recuerdo de ese hombre rubio cruzó por la mente de Tatianna en ese momento de desesperación.Ella que torpemente se movía todo lo que podía para que ese señor no la tocara fácilmente. ¡CLANK! Un fuerte sonido se escuchó en ese momento desde la entrada a esa lujosa habitación. El viejo que encimaba a Tatianna furioso se levantaba de la cama yendo a ver qué sucedía. Sin embargo, apenas él bajó con dificultad por su peso, ese hombre rubio ya había ingresado a la recámara. PAF~ Sonó la fuerte patada que le dió ese rubio al hombre que cayó asustado al piso alfombrado. Tatianna que se sentó sobre la cama veía temblorosa por las drogas en su cuerpo la escena mientras sentía nuevamente náuseas y que caería desmayada en cualquier momento. —¡SOY INOCENTE! ¡NO HE HECHO NADA! —gritó el señor viendo esa peligrosa mirada asesina en el rubio que sacó su arma del interior se su traje. ¡BAM! ¡BAM! Un disparo no fue suficiente… Tatianna desvío su mirada a
Vladimir exhaló y tomó a Tatianna de la mano. —Bien, pero no intentes nada. Me preocupa tu salud, niña."¿No intentar nada?, ni que él fuera un inocente chico puro y yo una violad*ra… Si cuando tuvimos sexo no tuvo piedad de mí en ningún momento el desgraciado" Pensó Tatianna haciendo un puchero. Pues obviamente sus intenciones eran "intentar algo". —¿Lo dices porque estando enferma soy una carga para ti? ¿O por qué no te gusto lo suficiente para hacer algo "travieso en un hospital"? —preguntó Tatianna al ingresar al cuarto de baño junto a ese CEO mafioso. —No eres una carga. ¿Por qué dices eso? —preguntó él soltando la mano de su esposa y comenzando a quitarle con total descaro y normalidad la bata que ella llevaba puesta. Tatianna levantó sus brazos permitiendo que ese hombre se la quitara, dejándola en ropa interior sencilla de algodón y color blanco que le fue entregada en el hospital por una enfermera. —Nunca te había visto con ropa interior tan anticuada~ —rió él burlista