Thomas esbozó una enorme sonrisa al escuchar que Lorraine quería verlo "antes de dormir", así que añadió de manera seductora.
—¿Y qué te gustaría hacer durante esa hora?
Sin comprender la doble intención de la pregunta, ella respondió ingenuamente.
—No sé. Tal vez salir a caminar por el parque o cenar cerca. En realidad no quisiera ir a un sitio muy lejano, porque debo volver a casa temprano.
La vaga respuesta causó gracia en el atrevido hombre de negocios, que volvió a insistir en sus intenciones perversas.
—¿Solo eso quieres hacer? ¿Acaso no te gustaría ir a un lugar más privado? Donde pod
—Lorraine, separémonos...De nuevo, me encontraba en la misma pesadilla con Micky, solo que en esta ocasión era yo la que conducía el vehículo. Aunque seguía teniendo la misma sensación de angustia que me generaba el hecho de saber que Michael me había engañado con otra mujer, quien casualmente estaba esperando un hijo de él, esta nueva visión volvió a causarme tanto malestar, que volví a estallar en contra de "mi marido".—¡Eres injusto! ¿Por qué siempre quieres ponerme como la mala de la historia, cuando lo único que hacía era conseguir mi restaurante y que tú seas partícipe de ello...—¿Entonces quieres echarme la culpa a mí de nuestro fracaso? —
Aunque Lois parecía emocionada por volver a casa temprano, al poco rato comenzó a sentirse culpable por haber cerrado antes de lo acostumbrado.—¡Ah! No sé si fue buena idea marcharme antes. Tengo clientes que regularmente llegan después del mediodía. Espero que no se molesten por ello —se lamentó.Su comentario me hizo darme cuenta de que no resultaba muy beneficioso para el negocio de Lois que cerrara temprano, puesto que causaría confusión en los clientes vespertinos. Entonces propuse inmediatamente.—¿Qué pasaría si mañana prepara más comida? Así podría apartar algunos paquetes para sus clientes regulares y no cerrar hasta que ellos lleguen.No muy convencida, Lois replicó:—No estoy segura de que eso funcione. Temo que sobre comida si hacemos eso.—Bueno, en ese caso podemos probar cómo nos va mañana —insistí en mi propuesta—. Quizá si lleva unas pechugas extra y prepara los guisos que más le gustan a los clientes que llegan más tarde, podrá tener comida disponible para ellos des
En su lúgubre oficina, Frederick Walker estaba parado frente a la ventana, mirando con nostalgia el jardín recién modificado, sitio que había albergado durante casi 10 años los restos de su primera esposa. Como estaba distraído en sus reflexiones, no se percató de la presencia de Stevens, quien acababa de entrar a la habitación para dar su reporte. —Señor Walker, vine para reportar los movimientos de la señorita Ruiz, tal como lo pidió. Al escuchar su voz, el hombre se sobresaltó y volteó rápidamente para atenderlo. —¡Ah! ¿Pudiste encontrarle un lugar adecuado para que se establezca? —No, señor. Sorprendentemente ella se hizo amiga de la dueña de un puesto de comida. —Finalmente cumplió con su capricho —meditó el severo hombre—. ¿Quién es esa mujer que la recibió? Stevens frunció el ceño, para revisar los documentos que tenía en la mano y después siguió explicando. —No hay mucha información. Su nombre es Lois Patterson, nació en la ciudad de Gemma y se mudó a Port Saint Johns
A Jeremiah no le agradó que su amigo lo acusara de ser malagradecido e inmediatamente reviró. —¿De qué estás hablando? ¡No soy malagradecido! —¡Claro que lo eres! ¡No tienes excusa para dejar de visitar a tu madre! —regañó Thomas. —¡Tú eres el culpable de que no tenga tiempo libre! De no ser porque te la pasas de vago, no tendría que estar resolviendo las crisis que provocas con tus escándalos —justificó. Este argumento encendió más la rabia de Walker, que replicó. —¡No seas un mentiroso! Solo te ha tocado resolver esos asuntos en un par de ocasiones, así que no uses eso como excusa. Ni siquiera te pido trabajar fuera de tu horario, así que no me eches la culpa. Como no estaba dispuesto a perder la discusión, Patterson objetó de nuevo. —¿Por qué te importa tanto si veo o no a mi madre? Yo no me ando metiendo en los asuntos de tu familia, como para que vengas a reclamarme por cosas que no te competen. Este argumento indignó más a Walker, que resopló furioso y exclamó. —¡Claro q
Al llegar a la sala, Lorraine encontró un ambiente tan gélido entre Jeremiah y Thomas, que suspiró de frustración y alzó la voz para atraer la atención de ambos hombres necios.—¿Qué pasa? ¿Acaso les comió la lengua el ratón?Esta frase confundió un poco a ambos hombres, ya que jamás la habían escuchado.—¿Ratón? ¿De qué hablas, Lory? —preguntó Jeremiah intrigado.—¡Ey! No te permito que hables tan coquetamente con mi novia —bramó Thomas.—¡No le estoy coqueteando! Deja de ser un maldito celoso —se defendió su amigo.—¡No soy celoso! Solo protejo lo que es mío —recalcó el necio hombre.—¡Basta! Dejen de decir tonterías y mejor hablemos sobre lo que pasó hace rato con Lois —reprendió Lorraine furiosa.Cuando ella mencionó esto, ambos hombres desviaron la mirada avergonzados. Entonces Lorraine se dirigió a Thomas.—Supongo que no estabas enterado de que Lois es la madre de Jeremiah y por eso te sorprendiste mucho cuando la conociste, ¿no es así? —añadió la joven intentando encauzar la
Mientras Thomas y Jeremiah seguían discutiendo sobre tonterías, me acerqué a Lois, quien en ese momento lucía bastante divertida con la escena.—¿Cómo te sientes? —pregunté un tanto inquieta.—Mucho mejor, querida —respondió dulcemente.—¿De verdad?—Sí, pero no te preocupes, ya todo está bien —reafirmó ella.Al constatar que ella lucía bastante repuesta, dirigí mi vista al vicepresidente y luego volví con Lois.—Bueno, realmente no esperaba que Jeremiah fuera en realidad tu hijo y que además padezcas la misma condici
—¿Mamá? —exclamé sorprendida cuando escuché su voz.—¿Acaso tienes otra? —reviró ella ofendida.—¡Oh! Lo siento si no te llamé antes, es que estos días he tenido mucho trabajo —intenté justificarme.—¡No puede ser posible que haya pasado casi una semana y aún no me digas dónde te has mudado! Estoy preocupada por ti. Casi me di un golpe mental al recordar que había olvidado contarle a mi madre ese detalle, así que respondí rápidamente.—Perdón, es que con lo de la mudanza, se me pasó comentarte que conocí a una mujer muy amable, que resultó ser mamá de un amigo de Thomas y con ella me estoy quedando.—¿Mamá de un amigo de Thomas? ¿Acaso te reconciliaste con ese hombre? —cuestionó ella con severidad.—Yo… bueno… Fue casualidad, ni siquiera sabía que ella era la mamá de su amigo…—¡Ah! ¿Qué voy a hacer contigo Lorraine? Siempre es lo mismo con ese hombre, primero huyes, luego te reconcilias con él, ¿acaso se la van a pasar jugando todo el tiempo? —se quejó.Me sentí mal escuchar su dece
Mi sonrisa se esfumó cuando mi madre me dijo que era momento de rendir cuentas, así que, luego de mirar rápidamente a Thomas, volví hacia ella y contesté.—Vamos a mi habitación, ahí podremos charlar con más calma.Ella estuvo de acuerdo y disimuladamente salimos del comedor. Cuando estuvimos a solas, ella me miró seriamente y preguntó.—¿Qué sucedió con Thomas?—Bueno… nos reconciliamos —respondí tímidamente.—¿Él ya no te odia por lo que pasó con la familia que lo acosaba?—Ya no, él creyó en mí y consideró que era injusto acusarme de un delito que no cometí. Noté que mi Marissa parecía bastante consternada por lo que le había dicho, pero luego sonrió y, tras darme una delicada caricia en la mejilla, añadió.—Entiendo, me alegra saber que las cosas se arreglaron entre ustedes.—Sí, también él estaba bastante abrumado para procesar las cosas, así que entiendo que me haya pedido espacio para reflexionar.—Así es y eso fue lo mejor. Además, se ve que te ama muchísimo para perdonar que