MargretNací hace dos siglos, el día nunca lo supe, pero hace menos de un siglo, mi padre y Kim decidieron darme una fecha.Ahora, mi cumpleaños es el 31 de octubre. En algunos países se celebra el Halloween, en otros el día de las brujas, pero al final terminan por ser lo mismo.Tengo doscientos veinte años —sin embargo, llevándonos por la fecha nombrada para mi cumpleaños, tengo veinte, casi veintiún años—, pero no soy inmortal. Cuando nací mi padre solo pudo darme la capacidad de no envejecer y no morir por cualquier enfermedad, virus o por decirlo de otra forma, causas naturales, no obstante, puedo morir por un disparo, una puñalada o una caída de un séptimo piso...Cuando sucedió el accidente desde el techo, morí. Pero solo lo hice por unos minutos.Asimilar todo lo sucedido nunca es fácil, siempre tengo que lidiar con lo mismo y revivir mi vida no es mi cosa favorita.—No puedes decirle que volviste —Kim está de pie en medio de mi habitación. Tiene los brazos cruzados sobre el p
NicklassCiento cincuenta años antes...El viento sopla tan fuerte que las personas a mi alrededor tienen que sujetarse a lo primero que encuentran para poder mantener los pies en la tierra.—Por estos días los huracanes azotan con más ahínco en estas zonas. ¿Será por eso que nos delegan a este lado del mundo? —Pregunta Cristóbal a mi lado. Estamos en medio de una evacuación, pero no nos hemos movido, solo observamos como las personas se mueven sin percatarse de nuestra presencia—. La verdad es que no me gustan las catástrofes que envía el Creador a estos humanos. Creo que es muy cruel.Me giró en su dirección y lo observó con los ojos entrecerrados.—Deberías cuidar tus palabras, Cristóbal. —Era inútil decir eso, pero era mi deber—. El Creador sabe lo que es mejor para los humanos y ninguna de sus acciones puede considerarse como crueldad.—Lo sé, pero he estado mucho tiempo con los humanos cómo para dejarme envolver con sus tonterías. —Una risita se escapa de sus labios—. Pero, se l
NicklassHabían pasado dos días desde que la vi.Aun podía recordar su cabello recogido en una cola; castaño claro, que brillaba bajo ese ambiente sangriento de la guerra...Aun no habíamos terminado nuestra misión, pero por alguna razón no podía encontrar la —no voy a decir que no la he buscado hasta debajo de las piedras, porque así es. La he buscado por todo el campamento y sus afueras—, así que he decidido hoy dejar de buscarla......temporalmente.Ya esperaría terminar con mi misión para volver a intentarlo. No importa cuántos años habían pasado, si en sesenta no había envejecido ni un poco, no creo que dos o tres años hagan la diferencia.—¡Nick! —El grito de Cristóbal me hizo girarme—. ¡Ven rápido, tienes que ver esto!Extendí mis alas y volé rápidamente hasta donde él se encontraba en una pequeña colina, de pie con las alas firmemente extendidas y el ceño fruncido.—¿Qué pasa? —Mi voz salió preocupada.Normalmente, Cristóbal siempre estaba sonriendo y sin importar la situación
Nicklass —Debo admitir que amo a la persona que creo está deliciosa comida. —Murmuro Margret mientras chupaba sus dedos. —Eres asquerosa. —Siseo Cristóbal desde su lugar al otro lado de la pequeña sala de estar. —Y tú eres un grano enterrado hasta el fondo en el cu... —Margret. —Dije, intentando evitar lo inevitable. —¡No quieras regañarme, Nick! —Dejó caer su comida en el mesa de un sólo golpe. Lo que era el relleno del pan hace unos segundos, salió esparcido por toda la mesa—. Hace casi cien años que soy parte de este equipo disfuncional y aún no aprendo a soportar a este imbécil. —¡Ah, mira, que casualidad! —Dijo Cristóbal, poniéndose de pie—. ¡PORQUE YO TAMPOCO TE SOPORTO! —¡VETE A LA M****A! —Grito Margret. —¡TÚ VETE A LA M****A! —Respondio Cristóbal, cruzándose de brazos, indignado. Volteé los ojos con fastidio y negué internamente. ¿Qué había hecho yo para merecer esto? —Saben una cosa —dije, poniéndome de pie y caminando hasta la puerta de la cabaña donde nos estábamo
NicklassSentí como una corriente subía por mi columna vertebral y se extendía por cada músculo en mi cuerpo. Me puse recto, mirando al frente, esquivando su mirada.—Nick, necesito que hablemos. —Su voz sonaba rasposa, así que volteé, fijando mi mirada en sus ojos. Fruncía mucho el ceño intentando contener las lágrimas. Margret casi nunca llora; nunca lo hace consciente—. Soy patética, lo siento.Inclinó su cabeza y suspiro profundamente. Era raro para mi verla así. Normalmente —no me da vergüenza admitirlo, la verdad— el sentimental soy yo. Ella es la chica ruda que patea mi trasero cada vez que alguna circunstancia muy cercana a mi trabajo, me hace poner sentimental y con ganas de llorar siempre.Así que, verla en ese estado y ciertamente por algo que sabemos que no puede pasar, me llena de conflicto. Ella, al igual que yo, tiene claro que no debe tener sentimientos por mí. No es lo correcto.—Shhh... —Me acercó a ella tanto como puedo y pongo mi mano bajo su mentón, haciendo que l
En la actualidad…MargretMuchas veces me sucedió que cuando olvidaba todo, en el momento de recordar, algunas personas eran borradas de mi mente, por lo que no podía saber quiénes eran. Me sucedió más de una vez con Daisy. Aunque ella es base importante de mi vida, la olvidaba de igual forma, y entonces Kim utilizaba sus métodos de tortura para que mi subconsciente dejara libre esos recuerdos.En este momento, mientras observo a Reyi sonreír, siento esa sensación. Cómo si lo conocí antes y simplemente lo olvidé en mi última modificación de memoria —y no recuerdo cuando fue—.—¿Es cierto? —El suave susurro de Nicklass me hizo saber que él seguía en la habitación.Pude haber negado la confesión de Reyi. Pude haber dicho que estaba loco y que no sabía de lo que hablaba. Pude ver Thor por onceava vez y hacer como si nada paso. Pero no quería mentirle a Nicklass. No más mentiras.Me quedé observando la cara de Reyi, intentando evitar lo mejor que podía a la persona a mi lado.Suspire pesa
MargretMi nombre es Margret, he tenido varios apellidos como Stewart, Cooper, Collins, Rose y el más reciente: Johnson. Mi nombre original, con el que fui bautizada en el infierno fue Margret King.Según el idioma Arcangeliano, Margret significa «Mar-Amor y Gret-Oscuro» y King es solo por ser hija del rey del infierno.Nací como una mortal. Mi alma fue vendida al rey vudú cuando estaba en el vientre de mi madre y este al verse implicado en deudas con Lucifer, recorrió al mejor pago: mi alma por su libertad.Los reyes del vudú son recipientes vacíos, carentes de almas y solo siguen el pecado. Hacen favores a cambio de la vida de los demás y predican que ser pecador es la nueva moda. Son despreciables.Cuando fui entregada al nacer, Lucifer extrajo mi alma de mi pequeño cuerpo y la hizo desarrollarse hasta que tuviera la capacidad de andar por el mundo como lo que él quería que fuera: un demonio.Sin embargo, mi alma era distinta, yo era diferente. Era una nefilim.Los nefilim son hijo
Margret—¡Por fin atiendes el teléfono! —Caí sentada en la esquina de mi cama.La conversación con Nicklass no termino en nada bueno.Su propuesta de tener un hijo no tuvo sentido en mi cabeza, pero estaba tan aturdida por lo que me dijo que sólo baje de la azotea y me encerré en mi habitación.—¿Qué pasa, Mar? —Henry se oía preocupado, seguramente ya sabía que había recuperado la memoria—. ¿Está todo bien?—No está nada bien —dije. Sentía como un nudo se formaba en mi garganta. Quería llorar pero no sabía el por qué—. ¿Dónde estás?—Tenía que reportarme con tu padre. Acabo de volver del infierno y voy directo a casa.—Pues, apúrate —lleve mis rodillas hasta mi pecho y las envolví como pude con mi brazo libre—. Necesito que me digas un montón de cosas.Y con eso colgué.Henry es mi cuidador desde que Kim no vive con nosotras. Él es uno de los subordinados más cercanos de mi padre y es la representación en carne y hueso del pecado. No lo hace frente a mí, pero, sé que lo hace.Pase el