NicklassHabían pasado dos días desde que la vi.Aun podía recordar su cabello recogido en una cola; castaño claro, que brillaba bajo ese ambiente sangriento de la guerra...Aun no habíamos terminado nuestra misión, pero por alguna razón no podía encontrar la —no voy a decir que no la he buscado hasta debajo de las piedras, porque así es. La he buscado por todo el campamento y sus afueras—, así que he decidido hoy dejar de buscarla......temporalmente.Ya esperaría terminar con mi misión para volver a intentarlo. No importa cuántos años habían pasado, si en sesenta no había envejecido ni un poco, no creo que dos o tres años hagan la diferencia.—¡Nick! —El grito de Cristóbal me hizo girarme—. ¡Ven rápido, tienes que ver esto!Extendí mis alas y volé rápidamente hasta donde él se encontraba en una pequeña colina, de pie con las alas firmemente extendidas y el ceño fruncido.—¿Qué pasa? —Mi voz salió preocupada.Normalmente, Cristóbal siempre estaba sonriendo y sin importar la situación
Nicklass —Debo admitir que amo a la persona que creo está deliciosa comida. —Murmuro Margret mientras chupaba sus dedos. —Eres asquerosa. —Siseo Cristóbal desde su lugar al otro lado de la pequeña sala de estar. —Y tú eres un grano enterrado hasta el fondo en el cu... —Margret. —Dije, intentando evitar lo inevitable. —¡No quieras regañarme, Nick! —Dejó caer su comida en el mesa de un sólo golpe. Lo que era el relleno del pan hace unos segundos, salió esparcido por toda la mesa—. Hace casi cien años que soy parte de este equipo disfuncional y aún no aprendo a soportar a este imbécil. —¡Ah, mira, que casualidad! —Dijo Cristóbal, poniéndose de pie—. ¡PORQUE YO TAMPOCO TE SOPORTO! —¡VETE A LA M****A! —Grito Margret. —¡TÚ VETE A LA M****A! —Respondio Cristóbal, cruzándose de brazos, indignado. Volteé los ojos con fastidio y negué internamente. ¿Qué había hecho yo para merecer esto? —Saben una cosa —dije, poniéndome de pie y caminando hasta la puerta de la cabaña donde nos estábamo
NicklassSentí como una corriente subía por mi columna vertebral y se extendía por cada músculo en mi cuerpo. Me puse recto, mirando al frente, esquivando su mirada.—Nick, necesito que hablemos. —Su voz sonaba rasposa, así que volteé, fijando mi mirada en sus ojos. Fruncía mucho el ceño intentando contener las lágrimas. Margret casi nunca llora; nunca lo hace consciente—. Soy patética, lo siento.Inclinó su cabeza y suspiro profundamente. Era raro para mi verla así. Normalmente —no me da vergüenza admitirlo, la verdad— el sentimental soy yo. Ella es la chica ruda que patea mi trasero cada vez que alguna circunstancia muy cercana a mi trabajo, me hace poner sentimental y con ganas de llorar siempre.Así que, verla en ese estado y ciertamente por algo que sabemos que no puede pasar, me llena de conflicto. Ella, al igual que yo, tiene claro que no debe tener sentimientos por mí. No es lo correcto.—Shhh... —Me acercó a ella tanto como puedo y pongo mi mano bajo su mentón, haciendo que l
En la actualidad…MargretMuchas veces me sucedió que cuando olvidaba todo, en el momento de recordar, algunas personas eran borradas de mi mente, por lo que no podía saber quiénes eran. Me sucedió más de una vez con Daisy. Aunque ella es base importante de mi vida, la olvidaba de igual forma, y entonces Kim utilizaba sus métodos de tortura para que mi subconsciente dejara libre esos recuerdos.En este momento, mientras observo a Reyi sonreír, siento esa sensación. Cómo si lo conocí antes y simplemente lo olvidé en mi última modificación de memoria —y no recuerdo cuando fue—.—¿Es cierto? —El suave susurro de Nicklass me hizo saber que él seguía en la habitación.Pude haber negado la confesión de Reyi. Pude haber dicho que estaba loco y que no sabía de lo que hablaba. Pude ver Thor por onceava vez y hacer como si nada paso. Pero no quería mentirle a Nicklass. No más mentiras.Me quedé observando la cara de Reyi, intentando evitar lo mejor que podía a la persona a mi lado.Suspire pesa
MargretMi nombre es Margret, he tenido varios apellidos como Stewart, Cooper, Collins, Rose y el más reciente: Johnson. Mi nombre original, con el que fui bautizada en el infierno fue Margret King.Según el idioma Arcangeliano, Margret significa «Mar-Amor y Gret-Oscuro» y King es solo por ser hija del rey del infierno.Nací como una mortal. Mi alma fue vendida al rey vudú cuando estaba en el vientre de mi madre y este al verse implicado en deudas con Lucifer, recorrió al mejor pago: mi alma por su libertad.Los reyes del vudú son recipientes vacíos, carentes de almas y solo siguen el pecado. Hacen favores a cambio de la vida de los demás y predican que ser pecador es la nueva moda. Son despreciables.Cuando fui entregada al nacer, Lucifer extrajo mi alma de mi pequeño cuerpo y la hizo desarrollarse hasta que tuviera la capacidad de andar por el mundo como lo que él quería que fuera: un demonio.Sin embargo, mi alma era distinta, yo era diferente. Era una nefilim.Los nefilim son hijo
Margret—¡Por fin atiendes el teléfono! —Caí sentada en la esquina de mi cama.La conversación con Nicklass no termino en nada bueno.Su propuesta de tener un hijo no tuvo sentido en mi cabeza, pero estaba tan aturdida por lo que me dijo que sólo baje de la azotea y me encerré en mi habitación.—¿Qué pasa, Mar? —Henry se oía preocupado, seguramente ya sabía que había recuperado la memoria—. ¿Está todo bien?—No está nada bien —dije. Sentía como un nudo se formaba en mi garganta. Quería llorar pero no sabía el por qué—. ¿Dónde estás?—Tenía que reportarme con tu padre. Acabo de volver del infierno y voy directo a casa.—Pues, apúrate —lleve mis rodillas hasta mi pecho y las envolví como pude con mi brazo libre—. Necesito que me digas un montón de cosas.Y con eso colgué.Henry es mi cuidador desde que Kim no vive con nosotras. Él es uno de los subordinados más cercanos de mi padre y es la representación en carne y hueso del pecado. No lo hace frente a mí, pero, sé que lo hace.Pase el
╬El cielo y el infierno╬Margret—¿Te parece suficiente lo que has logrado hasta ahora? —Susurró el dueño de mis pesadillas—. ¿Te parece suficiente ser la putita del ángel guardián?—No soy la puta de nadie.El dolor se hizo presente casi de inmediato. Sentí como mi cabeza fue golpeada con un objeto punzante y podía sentir la sangre bajar rápidamente por mi nuca.Yo no quería esto. Yo no quería estar en este asqueroso lugar con olor a azufre y sufrimiento. Yo no quería ser esto que me han obligado a ser.—Sí, eres la puta de tu padre —siseo muy cerca de mi oído. Odiaba a este hombre, lo odiaba con todas mis fuerzas—. Pero déjame decirte una cosa, Margret, solo una: tú ángel guardián, tú padre, Kim y todos a tu alrededor morirán. Morirán por tu culpa. Tú y solamente tú, cargaras con el peso de haber asesinado a los tuyos.—¡Cállate! —Grite. Sentía como me ardía la garganta mientras el horrible sonido escapaba de ella—. ¡Cállate, cállate, cállate!—Eres un arma, no eres nadie...♡♡♡El
MargretLos humanos tienen la capacidad de amar a las personas desde que están en el vientre de su progenitora. Algunos lo desarrollan más que otros, y algunas personas simplemente no aprenden como amar.Cuando mi alma fue vendida a Lucifer, no tenía ni idea de quién era yo. Casualmente, era un alma nueva. Fui creado por Dios, y no había reencarnado —¿Y cómo hacerlo, si fui vendido dos días después de nacer?—, por lo que mi alma era pura.Es difícil creer que Dios, el creador del hombre y de todo lo que nos rodea, haya perdido de vista a una de sus nuevas almas. Según mi padre, eso nunca sucedió, pero yo fui la excepción.Entendí después de un tiempo a lo que se refería. Mi padre es muy poderoso y Dios confía en él, y confía en Amenadiel.Tengo muchas razones por las que se me considera un fenómeno en el mundo de mi padre. Una de ellas es porque tengo la capacidad de amar y de sentir como humanos, aunque no me crié como ellos —en partes.—¿Estás bien? ¿Nada raro ha sucedido? —Mi padre