Cuando Samantha entro en la habitación; Margaret estaba consciente por fortuna, recostada en una estrecha cama y usaba una bata de hospital. En cuanto la vio a aparecer cubrió su vientre con una manta; hecho que no pasó desapercibido para Samantha.
—¿Como estas? —le cuestiono, terminando de entra a la habitación.—Me encuentro mejor, muchas gracias por traerme aquí —le agradeció genuinamente y es que no sabía que hubiera sido de ella de no ser por su ayuda. —No tienes nada que agradecer —le aseguro, acercándose un poco más a ella para pararse justo a su lado en la cama y al hacerlo no pudo evitar que su vista viajara directamente hacia su vientre, lo cual Margaret noto.—Lo sabe, ¿no es así? —dio por hecho, preocupada porque fuera de ese modo.—Si —reconoció con simpleza y es que no veía el caso n—Me aseguraste que las cosas estarían bien, que no tendría ningún tipo de problema; pero eso no es verdad —vocifero Sarah. —¿De dónde diablos has sacado esas fotografías que me diste? Ahora más que nunca es que necesito saberlo —exigió, más que furiosa mientras caminaba de un lado al otro sin parar.—¿A qué viene esto de buenas a primeras? —le cuestiono de pronto Thomas, quien se encontraba sentado en el escritorio sin prestarle la menor atención y es que parecía más bien concentrado en los documentos que revisaba.—A que todo se está yendo directo al infierno. Nos acabamos de encontrar con ese hombre, el mismo con el que dijiste que no habría ningún problema, que no tendríamos que preocuparnos por él. Me aseguraste que no habría problema con este o con Margaret, ese era el trato. ¿Es que acaso lo has olvidado? —le recordó.—No, no lo he olvidado. Al igual que no olvido lo que tú me prometiste a cambio. ¿Es que eso has decidido borrarlo de tu memoria? —le cuestiono con actitud calmad
Thomas entonces la vio directo a los ojos, reconociendo en ellos no solo una gran inteligencia; sino también maldad, que era justo lo que buscaba.—Te escucho —le ánimo.—Todo cuanto necesito es sacar a Margaret del camino, hacer que Lucas la rechace, que la odie y en menos de un día estará de regreso ante mi —afirmo, totalmente convencida de que lo conseguiría.—¿Tan segura te sientes al respecto? —le cuestiono, admirado por tal seguridad.—De hecho, lo estoy. Apenas lo tenga de regreso a mi lado, ara exactamente lo que yo diga, lo tendré comiendo de la palma de mi mano como antes —acepto.—¿Que significa eso con exactitud? —intento asegurarse.—Are que Lucas valla directo hacia usted y lo acepte como su abuelo, que tome su apellido —afirmo totalmente convencida de que sería de ese modo.—¿Segura que será así? —deseo constatar y es que conocía a Lucas, era consciente de que no era un hombre fácil de controlar. —Completamente y lo único que deseo a cambio es tenerlo de nuevo a mi lad
Dos meses después…Lucas se disponía a salir rumbo a la oficina, tal como solía hacerlo cada mañana. Hacia varias semanas de la visita de Margaret y aunque debía reconocer que el volver a verla causo que muchos sentimientos en su interior se removieran, había comenzado a calmarse. Todo parecía volver a la normalidad y es que poco a poco volvía a ser como fue en el pasado.Esa mañana se encontraba de buen humor o al menos fue así hasta que su teléfono comenzó a sonar. Apenas vio la pantalla descubrió que se trataba de su abogado, mismo que le hizo sentir toda una mezcla de emociones al respecto.—Buenos días ¿Qué es lo que pasa? —le cuestiono deseando saber lo que pasaba lo antes posible.—Buenos días. Siento mucho llamar tan temprano, pero me pidió que le avisara en cuanto tuviera noticias. Me acaban de
Lucas no pudo pasar por alto que Sarah no había deseado cargar a la pequeña ni una sola vez en los dos días que tenia de nacida. Eso sin duda le angustiaba; aun cuando los médicos le aseguraron que era algo normal en algunas mujeres, que se debía a todo lo vivido durante el parto, por lo cual decidió no insistir.El médico le informo que podían irse cuando así lo quisieran, que ambas se encontraban muy bien; así que decidió ir a la habitación de Sarah para decírselo. Sabía que estaba más que harta de encontrarse ahí y deseaba alegrarla un poco con la noticia, incluso le había pedido a una de las enfermeras que le permitiera llevarle a la bebé. Esperaba que la buena nueva le pusiera de mejor humor, como para que al fin aceptara tomarla en sus brazos.Margaret había acudido al hospital para realizarse una revisión con su doctor. Marco
Lucas se acercaba a la habitación de Sarah, se encontraba a punto de abrir la puerta; cuando escucho algo que llamo a su atención y es que Sarah se encontraba acompañada de alguien. Se trataba de una persona cuya voz reconocería donde fuera, se trataba de Thomas, no tenía la menor duda de eso.La verdad es que no alcanzaba a entender que era lo que este hacía ahí, lo cual le altero terriblemente y es que sin duda no podía deberse a nada bueno. Sin embargo, se detuvo para no entrar y atacarle, pues recordó que no estaba solo, que sostenía a su recién nacida en sus brazos.Se encontraba agradecido de que hubiese sido de ese modo, porque eso le ayudo a escuchar algo que sin duda no se esperaba en lo absoluto.—Dime qué demonios significa esto —le exigió con firmeza.—No sé de lo que habla, ya se lo dije —se defendió, sin dejars
Un par de horas después, Sarah se encontraba lista para salir del hospital. Lucas mantuvo el control usando hasta el último ápice de su fuerza de voluntad y la ayudo a levantarse de la cama, tomándola por el brazo para acompañarla hacia la salida. Les había pedido a sus padres que estuvieran ahí en ese momento, afirmando que necesitaba ayuda, que se sentía nervioso. En cambio, la verdad es que eran otros sus planes.—¿Podrían llevarse a la niña con ustedes mamá? —le cuestiono de forma sorpresiva.—¿De que hablas? —intento entender lo que pasaba.—En el bolso esta su fórmula, llévenla a la casa del abuelo por un par de horas. Pasare a buscarla más tarde —le pidió, consciente de que no había nadie mejor que ellos para cuidarla.—¿Que sucede Lucas? —intento entender Gabriel.&m
Sarah se le quedo viendo fijamente durante un momento con expresión dolida; más pronto esta cambio, tornándose molesta.—Nos escuchaste —dio por hecho y es que no habría podido saberlo de otro modo, no cuando había sido especialmente cuidadosa.—Si —reconoció.—Ese maldito —no pudo evitar decir en voz alta; mientras caminaba un poco, alejándose.—No puedes culparme por esto. Es verdad que te engañe, pero tú lo hiciste también; incluso te casaste con otra y me dejaste atrás. No podrías culparme por buscar alguien más —se defendió.—Te equivocas, yo jamás te engañe; pero no tratare de justificarme, porque eso no tendría sentido ahora. La verdad es que en estos momentos me importa muy poco que me fueras infiel, lo que me enfurece es el hecho de que trataras de engañarme, q
Margaret había tomado la determinación de que el divorcio no podía afectarle, que no seria bueno para su hijo que se alterase. Había decidido dejar todo eso en el pasado, por su bien y el de su hijo.Se encontraba lavando los platos después de disfrutar de la cena, cuando de pronto se le acerco Lisa.—Deja eso, ya me encargo yo después —le pidió.—Descuida, de hecho, ya casi termino —se negó tratando de continuar con lo que hacía.—Por favor, la verdad es que necesitamos hablar contigo —admitió.—Claro, pero dime ¿pasa algo? Los he notado un tanto extraños durante la cena —deseo saber y es que los había sentido incluso nerviosos.Lisa, en cambio, no respondió nada; sino que tan solo la guio hacia el comedor donde les esperaba Marcos.—Siéntate —le pido este igualmente serio.