Lucas apenas podía creer lo que estaba pasando. Ante sí, se encontraba la mujer que solía preferir permanecer en silencio ante los problemas, que evitaba a toda costa la confrontación. No obstante, se presentaba ante él para defender con fiereza a otro hombre.
—¿En verdad me enfrentarías por él? —le cuestiono con incredulidad.—Por supuesto, Marco… —afirmaba, cuando de pronto se vio interrumpida por este.—Así que ese es su nombre, Marco. Solo me gustaría saber que te dio él para que arruinaras todo lo que teníamos, para que tiraras por la borda el amor que yo te tenía —deseo poder entender.—¿Amor dices? —le cuestiono sin poder evitar que una sonrisa irónica apareciera en su rostro y es que apenas podía creer lo que estaba escuchando.—Si, amor. Yo te amaba y tú lo arruinaste todoLucas apenas podía creer lo que acababa de suceder y aunque una parte de él deseaba salir tras ella para detenerla, obligarla a regresar. Se encontraba a punto de tomar la manija de la puerta para abrirla, cuando se dio cuenta de que no podía hacerlo. Margaret debía salir de su vida por completo y de una buena vez, no solo por su bien; sino también por el de Sarah y su hijo. Ellos eran todo en lo que debía pensar, así que fue en contra de su mayor deseo y solo bajo la mano con lentitud, permitiendo que se marchara. No solo ese día, sino para siempre como ella misma había dicho.Margaret, por su parte, espero por un instante que saliera tras ella, que le pidiera perdón. Deseaba que reconociera que había estado equivocado y aunque sabía que nada volvería a ser como antes, lo mínimo que merecía era una disculpa. Por desgracia, no sucedió; así que no tuvo otra opci
Samantha se sentía muy preocupada por ella, no tenía la menor idea de lo que le ocurría o que hacer, por lo cual creyó que lo mejor sería llamar Lucas. Él debía saberlo, así que mientras conducía saco el teléfono de su bolso, comenzando a llamarle. Por desgracia, este no contestaba el teléfono, timbraba una y otra vez sin que cogiera la llamada.—Contesta Lucas, por favor. Contesta —pidió en voz baja, realmente alterada.Aun en medio de su malestar, Margaret alcanzo a escuchar su nombre y no le costó más que un instante comprender lo que estaba pasando y no podía permitirlo. Por lo cual, aun a pesar de lo mal que se sentía se hizo hacia el frente para detenerla. Sujeto la mano con la que sostenía el teléfono, alejándolo de su oído.—No, por favor. No se lo diga, se lo suplico —le pidió con lág
Cuando Samantha entro en la habitación; Margaret estaba consciente por fortuna, recostada en una estrecha cama y usaba una bata de hospital. En cuanto la vio a aparecer cubrió su vientre con una manta; hecho que no pasó desapercibido para Samantha.—¿Como estas? —le cuestiono, terminando de entra a la habitación.—Me encuentro mejor, muchas gracias por traerme aquí —le agradeció genuinamente y es que no sabía que hubiera sido de ella de no ser por su ayuda.—No tienes nada que agradecer —le aseguro, acercándose un poco más a ella para pararse justo a su lado en la cama y al hacerlo no pudo evitar que su vista viajara directamente hacia su vientre, lo cual Margaret noto.—Lo sabe, ¿no es así? —dio por hecho, preocupada porque fuera de ese modo.—Si —reconoció con simpleza y es que no veía el caso n
—Me aseguraste que las cosas estarían bien, que no tendría ningún tipo de problema; pero eso no es verdad —vocifero Sarah. —¿De dónde diablos has sacado esas fotografías que me diste? Ahora más que nunca es que necesito saberlo —exigió, más que furiosa mientras caminaba de un lado al otro sin parar.—¿A qué viene esto de buenas a primeras? —le cuestiono de pronto Thomas, quien se encontraba sentado en el escritorio sin prestarle la menor atención y es que parecía más bien concentrado en los documentos que revisaba.—A que todo se está yendo directo al infierno. Nos acabamos de encontrar con ese hombre, el mismo con el que dijiste que no habría ningún problema, que no tendríamos que preocuparnos por él. Me aseguraste que no habría problema con este o con Margaret, ese era el trato. ¿Es que acaso lo has olvidado? —le recordó.—No, no lo he olvidado. Al igual que no olvido lo que tú me prometiste a cambio. ¿Es que eso has decidido borrarlo de tu memoria? —le cuestiono con actitud calmad
Thomas entonces la vio directo a los ojos, reconociendo en ellos no solo una gran inteligencia; sino también maldad, que era justo lo que buscaba.—Te escucho —le ánimo.—Todo cuanto necesito es sacar a Margaret del camino, hacer que Lucas la rechace, que la odie y en menos de un día estará de regreso ante mi —afirmo, totalmente convencida de que lo conseguiría.—¿Tan segura te sientes al respecto? —le cuestiono, admirado por tal seguridad.—De hecho, lo estoy. Apenas lo tenga de regreso a mi lado, ara exactamente lo que yo diga, lo tendré comiendo de la palma de mi mano como antes —acepto.—¿Que significa eso con exactitud? —intento asegurarse.—Are que Lucas valla directo hacia usted y lo acepte como su abuelo, que tome su apellido —afirmo totalmente convencida de que sería de ese modo.—¿Segura que será así? —deseo constatar y es que conocía a Lucas, era consciente de que no era un hombre fácil de controlar. —Completamente y lo único que deseo a cambio es tenerlo de nuevo a mi lad
Dos meses después…Lucas se disponía a salir rumbo a la oficina, tal como solía hacerlo cada mañana. Hacia varias semanas de la visita de Margaret y aunque debía reconocer que el volver a verla causo que muchos sentimientos en su interior se removieran, había comenzado a calmarse. Todo parecía volver a la normalidad y es que poco a poco volvía a ser como fue en el pasado.Esa mañana se encontraba de buen humor o al menos fue así hasta que su teléfono comenzó a sonar. Apenas vio la pantalla descubrió que se trataba de su abogado, mismo que le hizo sentir toda una mezcla de emociones al respecto.—Buenos días ¿Qué es lo que pasa? —le cuestiono deseando saber lo que pasaba lo antes posible.—Buenos días. Siento mucho llamar tan temprano, pero me pidió que le avisara en cuanto tuviera noticias. Me acaban de
Lucas no pudo pasar por alto que Sarah no había deseado cargar a la pequeña ni una sola vez en los dos días que tenia de nacida. Eso sin duda le angustiaba; aun cuando los médicos le aseguraron que era algo normal en algunas mujeres, que se debía a todo lo vivido durante el parto, por lo cual decidió no insistir.El médico le informo que podían irse cuando así lo quisieran, que ambas se encontraban muy bien; así que decidió ir a la habitación de Sarah para decírselo. Sabía que estaba más que harta de encontrarse ahí y deseaba alegrarla un poco con la noticia, incluso le había pedido a una de las enfermeras que le permitiera llevarle a la bebé. Esperaba que la buena nueva le pusiera de mejor humor, como para que al fin aceptara tomarla en sus brazos.Margaret había acudido al hospital para realizarse una revisión con su doctor. Marco
Lucas se acercaba a la habitación de Sarah, se encontraba a punto de abrir la puerta; cuando escucho algo que llamo a su atención y es que Sarah se encontraba acompañada de alguien. Se trataba de una persona cuya voz reconocería donde fuera, se trataba de Thomas, no tenía la menor duda de eso.La verdad es que no alcanzaba a entender que era lo que este hacía ahí, lo cual le altero terriblemente y es que sin duda no podía deberse a nada bueno. Sin embargo, se detuvo para no entrar y atacarle, pues recordó que no estaba solo, que sostenía a su recién nacida en sus brazos.Se encontraba agradecido de que hubiese sido de ese modo, porque eso le ayudo a escuchar algo que sin duda no se esperaba en lo absoluto.—Dime qué demonios significa esto —le exigió con firmeza.—No sé de lo que habla, ya se lo dije —se defendió, sin dejars