Sarah no tenía la menor idea de lo que le pasaba. En un principio dio por hecho que había visto a alguien conocido, quizás que deseaba saludarlo; pero le vasto verlo golpear a aquel hombre para darse cuenta de que no era de ese modo. Tenía en claro que algo sucedía y para su desgracia no era la única en notarlo, sino que todo el restaurante les observaba y es que resultaba imposible no hacerlo. Lucas estaba dando un gran espectáculo y para su desgracia podía ver a varios conocidos entre los presentes, entre ellos un par de miembros de la prensa. Estos se encontraban más que interesados por lo que pasaba, así que debía detenerlo antes de que las cosas empeoraran aún más.
Corrió hacia ambos, tomando a Lucas por uno de los brazos para intentar alejarlo; por desgracia le fue imposible.—¿Qué diablos estás haciendo Lucas? —le cuestiono, volteando aMargaret había hecho una hermosa casa de campaña para los gemelos en su habitación, en la cual habían jugado hasta quedarse dormidos y ella a su lado, vigilando su sueño.Dormía profundamente, pero cuando pasada la media noche escucho como la puerta de la casa se abría y alguien entraba por esta, se preocupó. Marco y Lisa se encontraban fuera celebrando su aniversario e incluso le habían dicho que no pensaban volver hasta el día siguiente por la tarde, lo cual le hizo pensar en dos posibilidades. Alguien había entrado a la casa o algo malo había sucedido para que ellos regresaran tan pronto; en todo caso estaba angustiada, así que se levantó con suma lentitud intentando no despertar a los gemelos.Apenas salió al pasillo, vio que la luz en la habitación de Marco se encontraba encendida y se escuchaban sus voces en el interior. La puerta se encontraba
Lucas se encontraba trabajando en su oficina, cuando de pronto la puerta se abrió sin más.—Le dije que no estoy para nadie —dijo dando por hecho que se trataba de su secretaria.Sin embargo, al no recibir respuesta alguna levanto el rostro para encontrarse con Margaret. Era sin duda a quien menos habría esperado y es que había estado buscándola sin resultado alguno, parecía que había desaparecido de la faz de la tierra. En cambio, en esos momentos se encontraba justo ante él de forma sin duda inesperada.—Margaret —apenas podía pronunciar su nombre mientras se le quedaba viendo fijamente.La verdad es que al verla no pudo evitar que aquel amor y pasión que sentía por ella salieran una vez más a la superficie y es que aquellos sentimientos no podían desaparecer de la nada. Era de ese modo, aun cuando era consciente de su traición, la cua
Lucas apenas podía creer lo que estaba pasando. Ante sí, se encontraba la mujer que solía preferir permanecer en silencio ante los problemas, que evitaba a toda costa la confrontación. No obstante, se presentaba ante él para defender con fiereza a otro hombre.—¿En verdad me enfrentarías por él? —le cuestiono con incredulidad.—Por supuesto, Marco… —afirmaba, cuando de pronto se vio interrumpida por este.—Así que ese es su nombre, Marco. Solo me gustaría saber que te dio él para que arruinaras todo lo que teníamos, para que tiraras por la borda el amor que yo te tenía —deseo poder entender.—¿Amor dices? —le cuestiono sin poder evitar que una sonrisa irónica apareciera en su rostro y es que apenas podía creer lo que estaba escuchando.—Si, amor. Yo te amaba y tú lo arruinaste todo
Lucas apenas podía creer lo que acababa de suceder y aunque una parte de él deseaba salir tras ella para detenerla, obligarla a regresar. Se encontraba a punto de tomar la manija de la puerta para abrirla, cuando se dio cuenta de que no podía hacerlo. Margaret debía salir de su vida por completo y de una buena vez, no solo por su bien; sino también por el de Sarah y su hijo. Ellos eran todo en lo que debía pensar, así que fue en contra de su mayor deseo y solo bajo la mano con lentitud, permitiendo que se marchara. No solo ese día, sino para siempre como ella misma había dicho.Margaret, por su parte, espero por un instante que saliera tras ella, que le pidiera perdón. Deseaba que reconociera que había estado equivocado y aunque sabía que nada volvería a ser como antes, lo mínimo que merecía era una disculpa. Por desgracia, no sucedió; así que no tuvo otra opci
Samantha se sentía muy preocupada por ella, no tenía la menor idea de lo que le ocurría o que hacer, por lo cual creyó que lo mejor sería llamar Lucas. Él debía saberlo, así que mientras conducía saco el teléfono de su bolso, comenzando a llamarle. Por desgracia, este no contestaba el teléfono, timbraba una y otra vez sin que cogiera la llamada.—Contesta Lucas, por favor. Contesta —pidió en voz baja, realmente alterada.Aun en medio de su malestar, Margaret alcanzo a escuchar su nombre y no le costó más que un instante comprender lo que estaba pasando y no podía permitirlo. Por lo cual, aun a pesar de lo mal que se sentía se hizo hacia el frente para detenerla. Sujeto la mano con la que sostenía el teléfono, alejándolo de su oído.—No, por favor. No se lo diga, se lo suplico —le pidió con lág
Cuando Samantha entro en la habitación; Margaret estaba consciente por fortuna, recostada en una estrecha cama y usaba una bata de hospital. En cuanto la vio a aparecer cubrió su vientre con una manta; hecho que no pasó desapercibido para Samantha.—¿Como estas? —le cuestiono, terminando de entra a la habitación.—Me encuentro mejor, muchas gracias por traerme aquí —le agradeció genuinamente y es que no sabía que hubiera sido de ella de no ser por su ayuda.—No tienes nada que agradecer —le aseguro, acercándose un poco más a ella para pararse justo a su lado en la cama y al hacerlo no pudo evitar que su vista viajara directamente hacia su vientre, lo cual Margaret noto.—Lo sabe, ¿no es así? —dio por hecho, preocupada porque fuera de ese modo.—Si —reconoció con simpleza y es que no veía el caso n
—Me aseguraste que las cosas estarían bien, que no tendría ningún tipo de problema; pero eso no es verdad —vocifero Sarah. —¿De dónde diablos has sacado esas fotografías que me diste? Ahora más que nunca es que necesito saberlo —exigió, más que furiosa mientras caminaba de un lado al otro sin parar.—¿A qué viene esto de buenas a primeras? —le cuestiono de pronto Thomas, quien se encontraba sentado en el escritorio sin prestarle la menor atención y es que parecía más bien concentrado en los documentos que revisaba.—A que todo se está yendo directo al infierno. Nos acabamos de encontrar con ese hombre, el mismo con el que dijiste que no habría ningún problema, que no tendríamos que preocuparnos por él. Me aseguraste que no habría problema con este o con Margaret, ese era el trato. ¿Es que acaso lo has olvidado? —le recordó.—No, no lo he olvidado. Al igual que no olvido lo que tú me prometiste a cambio. ¿Es que eso has decidido borrarlo de tu memoria? —le cuestiono con actitud calmad
Thomas entonces la vio directo a los ojos, reconociendo en ellos no solo una gran inteligencia; sino también maldad, que era justo lo que buscaba.—Te escucho —le ánimo.—Todo cuanto necesito es sacar a Margaret del camino, hacer que Lucas la rechace, que la odie y en menos de un día estará de regreso ante mi —afirmo, totalmente convencida de que lo conseguiría.—¿Tan segura te sientes al respecto? —le cuestiono, admirado por tal seguridad.—De hecho, lo estoy. Apenas lo tenga de regreso a mi lado, ara exactamente lo que yo diga, lo tendré comiendo de la palma de mi mano como antes —acepto.—¿Que significa eso con exactitud? —intento asegurarse.—Are que Lucas valla directo hacia usted y lo acepte como su abuelo, que tome su apellido —afirmo totalmente convencida de que sería de ese modo.—¿Segura que será así? —deseo constatar y es que conocía a Lucas, era consciente de que no era un hombre fácil de controlar. —Completamente y lo único que deseo a cambio es tenerlo de nuevo a mi lad