Antes de ti, me costaba tanto despedirme de mi familia para regresar a Madrid... Pero, ahora todo es diferente. Si bien me sigue poniendo triste decirles adiós; ahora tú estabas a mi lado. De alguna manera ya tú eras mi familia. Regresamos a nuestro piso en Madrid y con ello regresamos a nuestras rutinas. Empezaste la universidad y yo bueno, de a poco comencé a trabajar de nuevo en la escuela hípica y en mis entrenamientos para seguir con todo lo que me esperaba.
Romper la rutina era muy fácil entre nosotros. Era solo cuestión de que ambos estuviésemos en casa para inventar una guerra de harina en la cocina o una competencia buscar las mejores frases en un libro. De a poco las semanas fueron avanzando y lo nuestro en vez de debilitarse por la convivencia; parecía fortalecerse. Quizás eran nuestras exquisitas noches en aquella habitación lo que hacía que cada día viviésemos mas en
Te vi arreglarte frente al espejo aquel viernes a la noche y solo pude quedarme mirándote. Te veías tan hermosa... —¿Y tú donde vas tan guapa?— Te pregunte mientras te abrazaba desde atrás y me sonreíste a través del espejo.—¡Te has olvidado!— Me reclamaste y mi cara de póker no me ayudó mucho.Tengo mala memoria para algunas cosas... eso no ha mejorado mucho.—Lo más probable que si... no me digas que es nuestro aniversario o algo así. — Te dije casi en un susurro.De verdad sentí temor de que tantas horas de entrenamiento me pasaran la cuenta.Reíste burlándote de mi, y te diste la media vuelta. —Cariño... deja de viajar tanto a la luna.— Bromeaste mientras llevabas tus brazos por encima de mis hombros y ese vestido se levantaba un poco más. —Vienen mis amigas a ce
No entendiste muy bien porque estaba tan misterioso y mucho menos porque había tantos aperitivos en la sala. Me preguntaste mil veces que cual era la sorpresa y yo seguía negándome a responderte; a pesar de que me intentaste sacar la información a punta de besos y cosquillas. Parecíamos dos niños chiquitos discutiendo por toda la casa para que el otro hablara.Te paraste con tus brazos en jarra y me miraste seria. —Ya no me están gustando nada tus sorpresas... primero la bendita llave, y ahora esto. No puedo más de la curiosidad.— Dijiste haciéndote la enfadada y solo pude reírme.Te veías tan adorable.—No seas impaciente cariño, mi sorpresa debe de estar por llegar ya.— Dije mirando el reloj y como llamándolo, el toco el timbre. —Abro yo.— Anuncie antes de que tú salieras corriendo a la puerta.&md
Me llevo exactamente una semana entender porque estabas tan extraña. Habíamos llegado a Barcelona para supuestamente celebrar mi cumpleaños con mi familia y algunos amigos, cuando tú junto a mi hermana hicieron una especia de conspiración. Definitivamente te habías ganado a toda mi familia. Te protegían como una hija más y te consentían más que a mí.La noche previa a mi cumpleaños, te escuche levantarte de la cama por la madrugada y no preste mucha atención; creía que simplemente ibas a la cocina por agua como solías hacerlo siempre. No sé cuanto tardaste porque simplemente me quede dormido nuevamente, pero como no hacerlo si hacía nada que nos habíamos ido a dormir...
Qué manera de terminar mi cumpleaños numero 27 junto a ti. Después de aquella gran fiesta donde la hemos pasado increíble con amigos y familia, tú y yo nos fuimos a nuestra habitación besándonos como si no hubiese mañana. Estaba por acomodarte sobre aquella cama, cuando me detuviste.—Espérame aquí amor. Te tengo una sorpresa. — Dijiste dándome un ultimo y corto beso para luego entrar al baño.Tu media sonrisa seductora me hacia creer que me encantaría la sorpresa, y vaya que no me equivoque.Saliste de allí cubierta en un albornoz de seda color negro y caminaste hacia la puerta. La cerraste con llave y una vez que lo hiciste, dejaste caer el albornoz al suelo para dejarme ver tu sensual cuerpo cubierto en una lencería de encaje que hizo volar todos y cada uno de mis sentidos.Fue la primera vez que te vi así de atrevida y debo de de
Pretender que éramos dos extraños en el avión si que nos costo. De manera disimulada acariciábamos nuestras manos y nos decíamos cosas bien bajito para que nadie nos escuchara, era un juego lleno de intensiones el cual exploto al llegar a la habitación de hotel aquella noche. Éramos capaces de comenzar un incendio con tan solo una mirada, entre tú y yo siempre han existido fuegos artificiales.Caminar junto a ti por las calles de Paris se sentía diferente. Había venido tantas veces a esta ciudad, pero por alguna razón sentía que era la primera vez que conocía ciertos encantos de esta romántica ciudad. Quizás fue besarnos mientras caminábamos por el Puente Alexandre III lo que me hizo sentir así, o tal vez nuestra sesión de fotos con la torre Eiffel de fondo. No lo sé bien, solo sé que ha sido muy especial.Te tení
Al entrar a la habitación del hotel, el sorprendido fui yo. —¿Qué ha sucedido aquí?— Pregunte sonriente al ver la romántica decoración con velas y un teclado. Sin responderme fuiste hasta el guardarropa y sacaste un frasco de vidrio bastante grande de allí. —Mi regalo de aniversario. Aun no puedo llevarte de viaje, pero algún día lo hare.— Expresaste con una tímida sonrisa. —No debes hacerlo, el que estemos juntos es mi mejor regalo.— Te aclare y luego bese tus labios dulcemente. —Quizás quieras abrirlo después.— Dijiste mientras me entregaste el frasco y al ver el corazón que había pintado en él, sonreí. Decía "Razones por las cuales te amo" y se veían un montón de pequeños papeles dentro —Son muchas.— Añadiste haciéndome sonreír. —Ya veo...— Te
Era el día de tu cumpleaños número 19 y yo moría de nervios. Ya llevábamos dos días en Barcelona y mi familia te estaba planeando una gran celebración, mientras que lo que yo quería, era estar a solas contigo para poder entregarte el regalo más especial del mundo.Después de negociar con mi hermana y con mi madre, logré que pasaran la celebración para el domingo y yo te advertí que tenia algo muy especial preparado para ti. Recuerdo perfectamente el vestido corto color rojo que te pusiste aquella noche; te veías extremadamente hermosa.Te ayude a subir al auto, y a mitad de camino
Llego Navidad y estar juntos claramente era nuestro mejor regalo. La cena familiar fue especial y llenas de risas, sin duda alguna mucho más relajada que la del año pasado. Ya eras parte de la familia. Tú y tus regalos especiales, siempre me has dejado sin palabras, y este no ha sido la excepción. Abrí la pequeña cajita y me encontré con una especie de cupones con diferentes frases. Entre ellas..."Desayuno en la cama""Cena romántica""Un baile solo para ti""Besos sin fin"
Último capítulo